VALÈNCIA (EFE). El presidente de la Asociación Nacional de Enfermería y Vacunas (Anenvac), José Antonio Forcada, considera un "error estratégico bestial" la suspensión de la administración de vacunas contra la covid-19 como AstraZeneca o Janssen.
"El beneficio es infinitamente superior al riesgo y se están salvando miles de vidas frente a una reacción adversa grave", asegura en una entrevista con la Agencia EFE, en la que afirma que hay que "tener 10.000 veces" más miedo al virus que a las vacunas.
Según Forcada, el número de casos de trombos que se han notificado es muy pequeño en relación a las vacunas inoculadas y la situación es "total y absolutamente controlable. No por eso habría que paralizar la vacunación".
El presidente de Anenvac señala que habrá que esperar a lo que dicen la FDA estadounidense, la Agencia Europea del Medicamento (EMA) y el laboratorio Janssen sobre la paralización de esta vacuna.
La compañía farmacéutica decidió este martes, tras notificarse seis casos de trombos, suspender la distribución de la vacuna en Europa, de la que España esperaba recibir esta semana las primeras 300.000 dosis.
En el caso de AstraZeneca, afirma que lo ocurrido con esta vacuna ha sido un "disparate", un "caos increíble" y "un error estratégico bestial" porque "el beneficio es infinitamente superior al riesgo".
"Estamos salvando a muchos miles de personas enfermas que tienen que ingresar en hospitales, y al sufrimiento personal de cada una de ellas se añade una sobrecarga muy importante para el sistema sanitario que lleva más de un año con una presión brutal", afirma.
Según Forcada, los cambios en los tramos de edades, unido al parón de la vacunación y a las declaraciones de algunos políticos, "no ayudan para nada y han creado una alarma social y una desconfianza de la gente" que ha llevado a algunas personas a negarse a inocularse la vacuna por miedo.
Según Forcada, una sola dosis de la vacuna, en el caso de AstraZeneca, "no garantiza una buena inmunidad ni en el espacio ni en el tiempo", y con la segunda "sí que habría mayor protección y la duración de la inmunidad sería mucho más larga".
"Poner una sola dosis en una situación de emergencia se puede contemplan para evitar más enfermedad grave pero no evitará más enfermedad leve, y al no hacerlo se seguirá manteniendo la transmisión. Para mí no tiene ningún sentido", asevera.
Respecto a la combinación de distintas vacunas, señala que de momento ninguna vacuna tiene probada la compatibilidad con otra y en el caso de las de AstraZeneca y Pfizer se están haciendo estudios de intercambiabilidad de los que aún no hay resultados.
"Lo más lógico es que la segunda dosis se repita con AstraZeneca, porque si una persona no ha tenido un efecto secundario grave con la primera, con la segunda las posibilidades de que la tenga son muchísimo menores", destaca.
El presidente de Anenvac considera que antes del verano "ni de casualidad" se llegará al 70 % de población vacunada y para el final del verano "es posible, pero cada vez que se paraliza la vacunación hay que volver a coger ritmo y recuperar la confianza de la gente. Es complicado llegar a tanta población".
Forcada precisa que aunque se habla de un porcentaje del 70 %, para llegar a una inmunidad de grupo se necesitan coberturas "muchísimo más altas".
Pone como ejemplo el sarampión, en la que para tener una inmunidad de grupo se necesita tener casi a un 95 % de niños vacunados, y aun así aparecen brotes cuando se junta parte de ese 5 % no vacunado.
"Todavía no sabemos cuál es la efectividad de las vacunas ni cuánto va a durar la inmunidad, ni la natural que produce la infección ni la provocada por la vacuna", aclara.
A su juicio, hay que tener "10.000 veces más" miedo al virus que a las vacunas y subraya la poca mortalidad que hay en la actualidad en las residencias de mayores gracias a que se les ha administrado vacunas.
"Fueron los primeros en vacunar y los resultados ahí están. Tenemos casi toda la población de más de 80 años protegida con una dosis y más de la mitad con dos dosis, y la incidencia de infecciones en ese grupo ha descendido mucho", indica.
El presidente de Anenvac recuerda que en España las vacunas no son obligatorias y mientras así sea "podrán seguir negándose" a recibirla, aunque considera que si llega un momento en el que los enfermos son personas que no han sido vacunadas, "ellos mismos la demandarán".
En el caso de que la epidemia se agravara, explica, tienen que ser las autoridades sanitarias las que decidan si la vacuna debe ser obligatoria y para ello debe acudir a la Ley de medidas extraordinarias de salud pública, aunque matiza que es algo "interpretativo" y algún juez "podría desmontarlo".
No obstante, considera que se "tendría que hacer algo, y más que obligar a vacunarse a una persona se podrían restringir accesos a lugares o a viajes de los no vacunados. "El 'pasaporte' covid es una manera de obligar a vacunarse".
Forcada ha destacado el esfuerzo que realizan los sanitarios, especialmente las enfermeras, en la vacunación: "Son un ejemplo de solidaridad y de bien social".
Respecto a la liberalización de las patentes de las vacunas, afirma que es "difícil" porque es algo que depende de la organización internacional de comercio y de un consenso por parte de todos los países.
Además, señala que Pfizer, Moderna o AstraZeneca "son empresas y su objetivo es ganar dinero y responder ante sus accionistas. De ninguna manera pueden regalar una patente".
Otra cosa, añade, sería llegar a acuerdos entre los Estados para una liberación parcial con un coste económico que facilite que se pueda producir en otros lugares, pero habría que ver en qué condiciones y si hay plantas con la calidad suficiente para que esa vacuna cumpla con todos los estándares de calidad, algo que además no se consigue en pocos meses.
"Estaría bien que se produjeran muchas más vacunas, antes acabaríamos con la pandemia y se volvería a una cierta normalidad, pero es muy complicado", reconoce.