Hoy es 4 de octubre
VALÈNCIA. Gandia ha finalizado las obras de adecuación de la avenida del Grau en el marco del Plan de Sostenibilidad Turística de la ciudad. Esta actuación ha permitido que la única vía que conecta directamente el municipio y el Grau (playa) abandone su anterior configuración diseñada y centrada en el tráfico privado. A partir de ahora, servirá como eje de conexión sostenible, segura y atractiva entre ambos puntos. Los trabajos han supuesto una inversión de 1.030.202,47 euros procedentes del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, la Generalitat Valenciana a través de Turismo Comunitat Valenciana y del Ayuntamiento de Gandia.
Antes de las obras, un 70% de la avenida estaba destinada al tráfico rodado y contaba con serias deficiencias. El objetivo de la actuación realizada era conseguir un entorno más inclusivo, seguro y de mayor calidad ambiental tanto para los residentes como para los turistas que lo transitan. Además de consolidar esta vía como un eje de conexión adecuado para los modos de transporte sostenibles. De este modo, la actuación posibilita el cumplimiento de los ODS de la Agenda 2030 y el apoyo a la reconversión de los destinos turísticos pioneros con el fin de potenciar su atractivo y competitividad turística.
La reforma ha permitido crear un espacio segregado para peatones y ciclistas, ordenar y reducir la velocidad del tráfico rodado e incorporar arbolado y mobiliario urbano para mejorar la calidad, seguridad y atractivo de la zona que conecta el centro de Gandia y la playa. La primera fase de intervención se ha centrado en el tramo que discurre desde la rotonda de Daimús hasta la rotonda de la Goleta.
Desde ahora, la avenida pasa de tener solo dos pasos de peatón a tener seis. La coexistencia, ahora ya ordenada, de tráfico ciclista y peatonal, aumenta la seguridad de todos los usuarios; pero además reparte de forma más equitativa el espacio viario y mejora el diseño de la avenida para garantizar la convivencia de ambos. De este modo, se adecua el vial a la normativa de accesibilidad, consiguiendo un itinerario adaptado y con sombras para combatir el efecto isla de calor. Además de esto, la reducción de la anchura de los carriles supone también una reducción importante de la velocidad del tráfico rodado y de las emisiones de CO².