VALÈNCIA. La Entidad Pública de Saneamiento de Aguas Residuales (Epsar), dependiente de la Conselleria de Medio Ambiente, ha lanzado el concurso público para adjudicar el servicio de explotación y mantenimiento de la depuradora de Pinedo. Un contrato que sale a licitación por más de 89,1 millones de euros (IVA incluido) para los próximos cuatro años, si bien es prorrogable para un ejercicio más.
Hasta ahora, una UTE conformada por Global Omnium, SAV y Depuración de Aguas de Mediterráneo es la encargada de la gestión y el mantenimiento de la estación depuradora en virtud del anterior contrato, que entró en vigor en 2020 y que se adjudicó por 61,7 millones de euros (IVA incluido). Dicho contrato vence el próximo mes de enero, por lo que la entidad dependiente de la Generalitat Valenciana ha sacado a licitación de nuevo este servicio.
Cabe recordar que la depuradora de Pinedo es la más grande de la Comunitat Valenciana y da servicio a 1,8 millones de habitantes de 17 municipios del área metropolitana de València, entre ellos la capital del Túria. La planta, dividida en Pinedo 1 y Pinedo 2, tiene un caudal de diseño de 324.800 metros cúbicos por día y un tratamiento terciario que permite una desinfección final del agua, con capacidad para tratar hasta 350.000 metros cúbicos diarios.
El objeto del contrato es asegurar los trabajos de saneamiento de manera continua, sin interrupciones, y sin generar molestias como malos olores. En ese sentido, el contratista será responsable de todas las labores necesarias para este menester, y entre otras cosas deberá elaborar un plan de mantenimiento preventivo y correctivo, que tendrá que presentarse durante el primer mes. Además, tendrá que elaborar auditorías periódicas para controlar las emisiones de ruido y la calidad del aire, así como otra auditoría energética para garantizar la eficiencia en el consumo de recursos.
Por su parte, el contratista también se encargará de la limpieza periódica de las infraestructuras, especialmente tras episodios de lluvias, para prevenir obstrucciones, y tendrá que reponer cualquier elemento dañado y realizar cualquier reparación necesaria en un plazo máximo de 24 horas o, en su defecto, adoptar medidas provisionales para garantizar el funcionamiento continuo del sistema.
Asimismo, tendrá que encargarse de hacer una gestión adecuada de los residuos sólidos y fangos resultantes de la depuración, y por otra parte, detectar vertidos contaminantes o industriales que entren en la red de saneamiento y que puedan afectar negativamente el proceso de depuración y notificarlo de inmediato a la Entidad autonómica, así como adoptar medidas correctoras.
El contrato también contempla una serie de mejoras e innovaciones orientadas a modernizar el sistema y aumentar su eficiencia, como un sistema de videovigilancia y alarma antirrobo, el uso de vehículos 'cero emisiones' para el mantenimiento, la implementación de puntos de carga eléctricos y la instalación de un sistema de alarmas que avisará de incidencias de forma automática.
Cabe recordar que hace más de un año, en el verano de 2023, la Generalitat también adjudicó un contrato para la reforma de la depuradora por valor de 26 millones de euros a la UTE formada por Global Omnium Medioambiente, Cicloagua, Drace Geocisa y Agricultores de la Vega de Valencia (SAV). Una actuación que contemplaba medidas correctoras medioambientales dirigidas a minimizar los impactos por olores y ruidos de las instalaciones actuales, y a garantizar las condiciones de vertido del Sistema Pinedo.
Así, estas obras buscaban asegurar las tareas de depuración mediante la ampliación de la capacidad de bombeo y mejora del proceso de depuración de la línea de tratamiento de Pinedo 1, la interconexión del tratamiento terciario con el emisario submarino y la instalación de grupos electrógenos para evitar aliviados de agua sin tratar en caso de fallo de suministro eléctrico.
También medidas para la optimización, acondicionamiento y fiabilidad de las instalaciones, encaminadas a la sustitución de los equipos más obsoletos y a la ampliación de las unidades de tratamiento que se encuentran al límite de su capacidad; y medidas para la eficiencia energética de las instalaciones, fundamentalmente por la actualización del sistema de control y automatización que optimice el funcionamiento de la totalidad de las instalaciones.