VALÈNCIA. La industria está en continuo proceso de cambio. Una transformación propiciada por el nuevo tablero geopolítico y los nuevos hábitos de la sociedad que han llevado a la mayoría de sectores a acelerar procesos, principalmente enfocados hacia la descarbonización. Y, en este contexto, la automoción lleva años innovando hacia el nuevo paradigma de la electromovilidad a través de la búsqueda de soluciones que den respuesta al mercado y la demanda de los consumidores.
En estos momentos, los patinetes, las bicicletas o los vehículos compartidos forman ya parte de la fotografía de la mayoría de ciudades. Pero, pese a ello, todavía se siguen explorando nuevas capacidades para afrontar los retos del futuro, principalmente en materia de sostenibilidad para cumplir con los objetivos que marca Europa.
De hecho, la mayoría de firmas está ya haciendo los deberes y están lanzando al mercado flota eléctrica o construyendo gigafactorías de celdas de baterías para suministrar sus coches. Este es el caso del Grupo Volkswagen con su planta en Sagunt o Ford, que va a electrificar Almussafes y se ha fijado conseguir la huella de carbono neutra para 2035.
Para identificar esos objetivos que debe alcanzar el sector para que las empresas sean más competitivas, el Comité Estratégico de Innovación Especializado (CEIE) en Automoción y Movilidad Sostenible de la Agencia Valenciana de la Innovación (AVI) ha propuesto una docena de soluciones tecnológicas. Y sus conclusiones han sido claras: las baterías, el hidrógeno y los puntos de recarga inteligentes serán claves para garantizar el futuro de la automoción y su industria auxiliar.
En concreto, el primer reto que plantean los expertos es la integración en el vehículo de sistemas de propulsión sostenibles basados en hidrógeno. Para ello, proponen el diseño de estructuras de soporte para almacenamiento y uso de hidrógeno en los coches, la optimización de la fabricación de pilas de combustible y electrolizadores y la utilización de hidrógeno y otros combustibles relacionados en motores de combustión.
Por otro lado, el comité apunta a la necesidad de la optimización del uso y ciclo de vida de las baterías a través de mejoras en su eficiencia, sostenibilidad y seguridad, así como en sus procesos de fabricación y ensamblado. También, apuesta por explorar la gestión de la segunda vida, circularidad y gestión del residuo de las baterías.
Otro de los retos que pone encima de la mesa es la incorporación de tecnologías para una movilidad inteligente y sostenible mediante sistemas de tratamiento de la información como Inteligencia Artificial (IA), Big Data o ciberseguridad, pero también de soluciones de comunicación avanzadas para la movilidad, vehículo conectado y cooperativo.
Asimismo, aboga por el rediseño de los procesos logísticos urbanos e interurbanos y la implementación de nuevos modelos de movilidad, así como el desarrollo de infraestructuras de recarga inteligente, recarga rápida, y vehículos V2G, es decir, aquellos que exportan energía del coche a la red, y de coches V2H, que son los que llevan la energía del coche a casa.
Finalmente, los expertos inciden en el desarrollo de nuevos materiales con funcionalidades avanzadas capaces de integrar la electrónica y que permitan la interacción con el vehículo conectado y autónomo. También que sean más sostenibles mediante la fabricación con materiales abundantes y no geoestratégicos y que permitan integración en los procesos industriales y su reutilización y reciclado.
Unas conclusiones que, además de fijar la hoja de ruta para las empresas, también servirán para priorizar a los proyectos de I+D+i que den respuesta a estos desafíos en las próximas convocatorias de ayudas de la AVI de 2024. Y es que desde 2020 la entidad ha destinado más de seis millones de euros para financiar iniciativas asociadas a la automoción y la movilidad sostenible con el fin de ayudar a las empresas a adaptarse al cambio del sector.
Constituido en mayo de 2018, este comité de expertos surge con el objetivo de identificar los retos prioritarios en este ámbito y proponer soluciones. Participan representantes de la comunidad científica, los centros tecnológicos y el empresariado.
Así, está coordinado por el presidente del Grupo Segura, Francisco Segura; y participan, desde el ámbito científico, Hendrik Jan Bolink (ICMol UV), Gustau Camps-Valls (Universitat de València) y Raúl Payri (Universitat Politècnica de València); mientras que Marta García (ITE), Laura Olcina (ITI) y Carlos Monerris (ITENE) representan a los centros tecnológicos de la Comunitat. Por su parte, la visión del tejido industrial la aportan Pablo Bayo (Faurecia); Rubén D. Urrestarazu (Vectalia) y Antonio Ortín (ETRA I+D).
En los últimos años, son varias las iniciativas empresariales del sector de la automoción que han recibido alguna de las ayudas de la AVI. Una de ellas es un proyecto enfocado en el desarrollo de nuevas estaciones inteligentes de recarga y sustitución rápida de baterías para reducir las limitaciones de autonomía del vehículo eléctrico ligero.
También se ha financiado otro que busca aligerar el peso del vehículo y prolongar su autonomía mediante la sustitución de elementos metálicos de las baterías por composites termoplásticos de alta resistencia, así como otra iniciativa para la integración y fabricación de un prototipo del sistema propulsivo de hyperloop mediante un turborreactor y un tren de potencia de vehículo eléctrico.