Son torpes, inmorales, mentirosos y no muy trabajadores. Pero además algunos de nuestros gobernantes son unos zoquetes. No saben hablar ni escribir. La tienen tomada con el diccionario, por el que no sienten respeto. Hoy, cualquier analfabeto puede llegar a ser ministro
Los independentistas catalanes se parecen, en su cobardía, al joven Casado y a la bella doña Inés. Ninguno tiene lo que hay que tener. Los separatistas siguen dando la matraca, pero les falta coraje para separarse de España. Al negarse a dimitir por el fracaso electoral, los líderes del PP y Ciudadanos empujan a sus partidos a la irrelevancia
Si no comulgas con las ruedas de molino del Régimen, eres un populista que amenaza la democracia. Nada de críticas. Hay que demostrar obediencia a los que mandan y dejar que todo se siga pudriendo hasta que no tenga remedio. A ellos lo único que les importa es saquear lo que queda de un Estado en descomposición
Pablo Casado y Santiago Abascal se disputan el Premio al Tonto del Año. Sería justo que lo compartieran por dejar de ser útiles a sus votantes. En lugar de tirarse los trastos a la cabeza, deberían unir fuerzas para derribar al Gobierno calamidad. Si son incapaces de hacerlo, que dejen paso a otros dirigentes de la derecha
El mundo al revés. Una parte de España desea independizarse de Cataluña y el País Vasco, y hacer realidad el sueño de los nacionalistas. Cada vez somos más los que firmaríamos para que se fuesen. Cuarenta años de chantajes al Estado son demasiados. La fiesta autonómica nos ha salido muy cara. Ahora que ellos se paguen sus caprichos
L’amor és ritual, i el ritual és la vida, la vida anar tirant (Enric Cassasses / Miquel Gil)
Nuestro país vecino vive una insólita crisis política. El Gobierno portugués se escuda en la lucha contra el coronavirus para restringir las libertades y los derechos de sus ciudadanos. Pero en esta empresa, la de frenar el virus, ha fracasado. Bruselas vigila el autoritarismo del Ejecutivo luso para evitar una vuelta a los tiempos de Salazar
Termina el verano y parece que el nuevo curso político, tanto nacional como internacional, no va a dejar de tensionarse.
Y no lo decimos por la fiebre de la covid-19. Los políticos han tomado la agenda con brío, como si no hubiera un mañana. Alguno ha tenido un largo asueto y ahora le entran las prisas para buscar soluciones a la grave crisis que atravesamos. El caso es que vuelven los niños a los colegios, muchos se incorporan a su actividad laboral, otros teletrabajan y muchos tienen que cerrar sus pequeños negocios porque no pueden continuar.
Pedirán también la baja, al igual que Puigdemont y otros dirigentes de JxCat.
Estamos en ciernes de una campaña electoral, que por mor del enroque y del tacticismmo va a durar casi dos meses, habrá que ir pensando que criterios usamos para votar
Las leyes y reformas que afectan a la sociedad civil en forma de ERE deberían ser aplicables a la clase política. La misma que se anota prebendas y cargos vitalicios con descaro.