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el billete / OPINIÓN

Compromís ofrenda su voto a Sánchez

Diría que el PSOE sabe que cuenta con el voto valenciano, que Compromís no votaría no a la investidura de Sánchez aunque no obtuviera contrapartidas que deberían ser líneas rojas.

21/02/2016 - 

Se le nota tanto a Compromís el deseo que tiene de apoyar la candidatura de Pedro Sánchez a la Presidencia de un Gobierno progresista, que todo indica que la condonación de toda o parte de la llamada deuda histórica –que Ximo Puig cifra en 16.000 millones de euros– no va a formar parte de las contrapartidas que va a sacar la minoría valenciana de las negociaciones con los socialistas. Ni esa ni otras reivindicaciones planteadas como difuminadas líneas rojas que irán palideciendo con el paso de los días.

Diría que el PSOE sabe que cuenta con el voto de Compromís. En otras palabras, que Compromís no votaría no a la investidura de Sánchez aunque no obtuviera contrapartidas que deberían ser líneas rojas.

Oltra, Baldoví y compañía deberían aprender del PNV, que lleva 40 años haciéndose valer ante los grandes partidos con tanta habilidad que, no por casualidad, la vasca es la comunidad mejor financiada con una diferencia en euros per cápita sobre la valenciana que debería producir en las autoridades estatales tanto sonrojo como indignación causa en la Comunitat. Y no es tanto por el concierto económico vasco, que también, como por el cupo que han sabido negociar con unos interlocutores dispuestos a darlo todo para tener una legislatura tranquila. El Aznar que cuando le hizo falta habló catalán en la intimidad o llamó movimiento vasco de liberación al entorno etarra tapó con estos gestos al Aznar que hizo la concesión más importante a los hábiles negociadores vascos, la económica. Ahí está la madre del cordero.

Ahora que surgen voces de barones del PP y del PSOE contra la desigualdad entre españoles que representa el actual cupo vasco, entre ellas la de Ximo Puig, la antaño denominada Minoría Vasca espera a que le llegue su turno para negociar, sabedora de que no sólo no le van a tocar el cupo, sino que va a conseguir concesiones adicionales como la treintena de transferencias pendientes y algunas inversiones. Negociará con seis diputados, dos más que Compromís.

El entusiasmo de Baldoví por elevar a Sánchez a la Presidencia, porque facilitar el cambio de gobierno es lo más importante para Compromís, contrasta con la tranquilidad del PNV, que pondrá sus condiciones sobre la mesa cuando Sánchez, Iglesias, Oltra y Garzón se pongan de acuerdo y vayan a pedirle su apoyo. Y su único interlocutor en la negociación será el PSOE, por más que haya aceptado hacerse la foto con todos los demás.

En el Bloc saben cómo lo hacen los vascos porque desde hace años no han faltado los contactos con el PNV, visita incluida a las campas alavesas, en especial con el veterano fontanero del partido Joseba Aurrekoetxea. Pero los valencianos no han seguido el guión de una buena negociación y en lugar de dejarse querer han ido corriendo a mostrar sus ganas de pactar a toda costa. Esperemos que no a cualquier precio.

Otro error en el borrador inicial de Compromís es mezclar las reivindicaciones valencianas con otras generales de carácter progresista. Estas las debe defender Podemos.

El PSOE no está por la labor

De momento, la línea roja del pago de la deuda histórica se la cargó el secretario de Organización del PSOE, César Luena, el jueves por la noche, dos días después de que Ximo Puig montara una cumbre de diputados y senadores valencianos -excepto Rita y Gerardo- para demostrar que el poder valenciano está unido. A la primera mención en la prensa de los 16.000 millones, que todavía no se habían ni puesto encima de la mesa, saltaron la consejera andaluza de Hacienda y el presidente de Aragón –otra comunidad bien pagá– para obligar a Luena a tomar posición. Y la tomó en contra de Puig. Como dijo Mónica Oltra, que se aclaren Susana y Ximo, que se ven en Mislata este domingo.

Por parte de Compromís, fueron tan grandilocuentes las reacciones de Oltra y Baldoví a los reveses de Luena y Susana Díaz que o bien consiguen algún compromiso de Sánchez respecto a la deuda histórica o no solo va a quedar mal Puig con los valencianos. A todo esto, ¿qué dice de la deuda histórica valenciana Pablo Iglesias?

Más fáciles parecen las otras grandes reivindicaciones que presenta Compromís, aunque algunas habrá que atarlas bien para que no queden en mera declaración de intenciones: derogación inmediata de los recursos de inconstitucionalidad contra tres leyes civiles valencianas –que Valencia Plaza viene reivindicando desde hace tiempo–, inversiones concretas –ojo a los plazos– y reforma del sistema de financiación autonómica, ya veremos si con carácter retroactivo, que sería lo justo.

Debemos alegrarnos de que la reforma del sistema de financiación autonómica aparezca por fin en la agenda política nacional. No en prime time pero algo suena, que hasta hace dos días ni sonaba. Desgraciadamente, sigue sin estar en la agenda de Montoro, que con eso de que está en funciones se ha olvidado de que aquí hay un problema muy gordo de infrafinanciación del que deriva otro no menos gordo de déficit público. Hace dos años que tenía que haberse reformado el sistema y hace dos meses que tenía que haberse celebrado el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF), donde se supone que existe un grupo de trabajo que trabaja en esta cuestión. Las últimas noticias sobre este grupo son de hace cuatro meses, cuando hizo un compendio de las propuestas autonómicas bastante desalentador para las expectativas valencianas.

El coche oficial de Climent

En Valencia Plaza nos sorprendió que el conseller de Economía Sostenible sea recogido cada mañana en su casa de Muro de Alcoi por un coche oficial que viaja vacío –con el chófer, claro– cada mañana desde Valencia y tras llevarlo de regreso a su domicilio vuelve también vacío al Cap i Casal por la noche. Unos 180 kilómetros cada día. Nos preguntamos si no hay fórmulas más sostenibles para que Rafael Climent se desplace cada día de casa al despacho. Así lo creen los lectores que nos avisaron. Por eso lo publicamos, para que los lectores, los responsables políticos y el propio Climent juzgaran.

Rafael Climent. Foto: EVA MÁÑEZ

Hace una semana publicamos que los chóferes del conseller han encabezado con éxito una reivindicación de subida salarial basada en el elevado número de kilómetros que tienen que realizar. No dijimos que no fuera necesario que el conseller recorra kilómetros, pero el lector debe saber que a partir de ahora va a costar más.

Nos consta por terceras personas que Climent está muy enfadado y su entorno, el del partido, muy preocupado. Tanto, que circula un libelo salido de ese entorno entre la "militancia y simpatizantes" del Bloc para contrarrestar la que denomina "información malintencionada, información nunca contrastada por ese diario", en referencia a Valencia Plaza, aunque no cita el nombre. El panfleto es una sucesión de explicaciones sobre asuntos que este diario nunca ha cuestionado, como que el conseller viva en su casa o que visite empresas, para concluir que "esta claro que la estrategia de alguno o algunos es dañar la imagen del conseller Climent por hacer uso de una herramienta básica para recorrer el territorio escuchando empresas, administraciones y particulares".

Ni que decir tiene que este periódico siempre contrasta sus informaciones y que si el conseller cree que alguna no es correcta solo tiene que decirlo. Y si le parece sostenible que un coche oficial sin ocupantes recorra 180 kilómetros cada día para recogerlo y dejarlo en casa, perfecto. A mí no me lo parece.

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