VALÈNCIA (EFE/Concha Tejerina). El científico valenciano Santiago Grisolía considera que la gestión de la pandemia del coronavirus por parte del Gobierno y las autonomías es "mala" porque, a su juicio, "no declaran la verdad" y los datos que ofrecen a los ciudadanos "son un poco deficientes".
"La verdad es que hay mucha gente enferma y mucha gente muerta y hay que decir las cosas para que la gente se proteja lo más que pueda", asegura en una entrevista con la Agencia EFE, en la que afirma que el año 2020 "ha sido una desgracia y todavía lo es, un momento muy malo que espero que desaparezca".
A pocas semanas de cumplir los 98 años, el 6 de enero de 2021, el premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica 1990 sigue acudiendo a trabajar a la Fundación Valenciana de Estudios Avanzados (FVEA), de la que fue uno de los fundadores en 1978, y también al Consell Valencià de Cultura (CVC), del que es presidente.
Santiago Grisolía (Valencia, 1923) explica que durante el confinamiento, la nueva normalidad y esta segunda ola del coronavirus mantiene una vida "normal. No he salido a ningún sitio, he estado la mayoría del tiempo en casa, como siempre, porque a mi edad ya no tienes que ir corriendo detrás de las niñas jóvenes".
Considera que la vacuna contra la covid-19 abre un poco de esperanza para terminar con esta pandemia, y asegura que cuando comience a administrarse "me la pondré como todo el mundo, pero sin deseos de ser el primero. En cualquier tiempo será buena".
Preguntado por si los ciudadanos hemos aprendido algo durante la pandemia y todo lo que ha conllevado, el impulsor de los Premios Rey Jaime I afirma: "nunca se aprende, siempre piensas que el futuro va a ser mejor".
Se muestra muy crítico con la gestión del Gobierno y las Comunidades Autónomas frente a la pandemia y asegura que está siendo "mala porque no declaran la verdad. La verdad es que hay mucha gente enferma y mucha gente muerta y hay que decir las cosas para que la gente se proteja lo más que pueda".
A su juicio, no se están dando todos los datos. "Son un poco deficientes, se parecen un poco a la verdad pero no es la verdad", y preguntado por si considera peligroso que un gobierno no sea trasparente y no diga la verdad, contesta: "sin duda alguna".
En referencia al elevado número de ancianos que han fallecido durante la pandemia en las residencias, opina que estamos en una sociedad "más encaminada hacia la juventud. A los viejos antes se les consideraba porque podían dar recuerdos y consejos, pero eso ya está olvidado".
Ante la cuestión de si ha pensado alguna vez en jubilarse, recuerda al Nobel Santiago Ramón y Cajal, para quien "jubilarse no era una palabra corriente" y añade: "afortunadamente si no te das cuenta de que el tiempo pasa no piensas en los años como tal, crees que estás igual que hace veinte o treinta años".
Confiesa que le gustaría ser recordado como "una buena persona, corriente, que tiene buenos amigos, goza mucho de la vida y le gusta vivir al máximo", pero antes de morir desearía conseguir "el Premio Nobel, naturalmente. Siempre es una buena idea pensar que algo bueno te va a pasar, y nunca debes de perder la esperanza".
El bioquímico valenciano, que estuvo al frente del proyecto del genoma humano de la Unesco y en 2014 el ahora rey emérito le concedió el título de marqués, señala que el secreto de la longevidad es "tener buenos amigos".
Considera que aún estamos a un nivel "muy bajo" de inversión en ciencia, pero se está reivindicando llegar al dos por ciento del Producto Interior Bruto (PIB). "Esperemos que sea así, creo que estamos ahí y será y, si no, protestaremos", afirma.
A su juicio, el considerado 'padre' de la técnica CRISPR, el español Francis Mojica, "merece el Nobel. Ojalá se lo den y seguramente con el tiempo se lo darán".
También afirma que aunque en España hay científicos muy buenos, el número es pequeño, mucho menor que en otros países, y por eso no conceden más premios Nobel a españoles.