VALÈNCIA. El Ayuntamiento de Llíria se ha reunido con Genia Bioenergy, promotora de la construcción en el municipio de una planta de biodigestión de gas sostenible a partir de residuos, para abordar el estado de tramitación de las autorizaciones pertinentes para la puesta en marcha de este proyecto pionero en la Comunitat Valenciana. Como ha apuntado el consistorio, ya han solicitado la Declaración de Interés Comunitario (DIC) a la Generalitat.
Esta nueva planta producirá gas de forma sostenible a partir de la acción de bacterias anaerobias, que viven en ausencia de oxígeno sobre los residuos, según ha explicado la administración local. Por su parte, el alcalde Joanma Miguel, ha destacado que el objetivo es que las instalaciones "puedan estar operativas a lo largo de 2024 en el sector industrial de la Capa Blava".
Asimismo, el primer edil ha puesto de manifiesto que esta planta pionera "será capaz de biodigerir 90.000 toneladas de los residuos orgánicos que se generan en nuestra localidad cada año, iniciando así un modelo vanguardista de sostenibilidad, descarbonización y economía circular, que será el primero de estas características que se ejecute en la Comunitat Valenciana".
La planta está promovida y diseñada por Genia Bioenergy, una ingeniería energética valenciana especializada en energías renovables, y cuenta con el apoyo de Enagás. Según las previsiones del ayuntamiento, la instalación, una vez en funcionamiento, creará doce puestos de trabajo cualificados directos para su gestión y otros sesenta indirectos. Además, también han concretado que con el gas producido podrían cubrirse las necesidades de 8.500 hogares en la localidad.
Tal y como han detallado desde el consistorio, el gas obtenido de fuentes renovables será sometido a un proceso de depuración para ser convertido en biometano e inyectado en la red de gas natural, desde donde se distribuirá para su consumo en industrias, hogares o como combustible para vehículos.
Además de obtener un valor en forma de energía renovable a partir de residuos, el proceso incluye importantes beneficios medioambientales, según calculan, ya que reduce su almacenamiento en vertederos y facilita adecuarse a la normativa europea que exige que en 2035 no más del 10% de los residuos acaben allí. A su vez, otras ventajas que presentarán las instalaciones son que "evita la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera, reduce la emisión de olores, la proliferación de insectos, patógenos y otras molestias", han enumerado desde la administración local.