PP y Ciudadanos realizan un batiburrillo de críticas al president, que replica con firmeza a Bonig pero sigue manteniendo un tono conciliador con Punset
VALENCIA.La primera sesión de control al presidente de la Generalitat, Ximo Puig, en el cuarto mes de gobierno estuvo plagada de guiños y reproches por parte del resto de grupos parlamentarios. Mientras que Compromís y Podemos se mostraron tranquilos con el jefe del Consell, PP y Ciudadanos concentraron algo más de ruido y realizaron críticas dispares a su gestión.
El primer turno de intervención fue para Isabel Bonig, portavoz del PP valenciano, que también se estrenaba en una sesión de control y lanzó una serie de críticas al president basadas en el argumento del "postureo", el 'menos llorar y más gobernar' y la ausencia de gestión, como está siendo habitual desde que ostenta el cargo de líder de la oposición.
Un accidente en la autovía retrasó una hora la comparecencia de Puig, ya que varios diputados se vieron afectados, lo que sirvió a Bonig para iniciar su discurso. "A pesar de que la V-31 se amplió con los gobiernos del PP a tres carriles, de repente hay accidentes" dijo la líder popular, que consideró que aquello demostraba que venía "en coche propio y no oficial" a lo que el president respondió: "No creo que haya un carril especial para coches oficiales".
El siguiente dardo llegó cuando la popular se refirió a las declaraciones de Mónica Oltra, antes de que se realizara el pacto de gobierno, cuando la actual vicepresidenta aseguró que algunos pretendían cambiar "el cromo de Messi por el del Coyote". "Ahora -aseguró Bonig- sabemos que el Coyote es usted".
La presidenta del PPCV también aprovechó su intervención para acuñar el concepto del 'despilfarricidio'. Con este término se refirió a los 6.000 euros de sueldo del antecesor de Enric Morera como president de les Corts, el socialista Francesc Colomer, que sólo ejerció el cargo durante 20 días, por lo que en el PP se ha consolidado el título de "El Breve".
Habitual en el discurso popular ha sido la crítica a los 100 días de "desgobierno" del Consell. En esta ocasión, han sido "100 días de gobierno y 0 de acciones" reprochó la popular, quién culminó su discurso con otro reproche al que recurre con asiduidad: "Aquí se viene llorado de casa".
Así recogió la pelota el president Puig, quien bromeó con el tono de Bonig: "Si usted está en este estado de alteración a los 100 días, no me imagino como estará a los 1000". Propuso el president dos sesiones de control, una para este Consell y otra para la explicar la gestión del anterior gobierno popular. "La política es el opio del pueblo", citó Bonig, y el president se la devolvió: "No nos contaron que el 81 por ciento del presupuesto se lo habían fumado en cinco meses... ¿como el opio?", se preguntó irónicamente.
Por otro lado, la portavoz de Ciudadanos, Carolina Punset, basó su intervención en preguntar al jefe del Consell cómo van a pagar sus promesas electorales. "Si no quiere cerrar el chiringuito político ¿su único plan es denunciar al Gobierno?" planteó Punset. De nuevo en línea con las directrices de su partido, criticó que el Consell no elimine lo que consideran organismos superfluos (entre ellos, el Consell Jurídic Consultiu).
Se sumó a las referencias religiosas que últimamente aparecen en Les Corts y advirtió al president que si hace promesas a esta velocidad, "ni la virgen de Fátima le sigue el ritmo". También a las referencias de las leyendas medievales, comparando a Puig con Robin Hood -"su política de titulares ensalza su figura"- pero reprochando de inmediato que la Comunitat "necesita buenos gestores".
En un tono condescendiente entre ambos líderes, Puig recurrió a la falta de financiación como respuesta a Punset. Insistió la síndica de C's en que no puede ser la judicialización de la política la respuesta a los problemas de los valencianos y el president, replicó asegurando que era "engañar a la gente" afirmar que con quitar los "cuatro chiringuitos" a los que se refería Punset "se soluciona el problema".
Sin embargo, en la referencia de Punset sobre la austeridad el presidente sí tendió la mano, para asegurar que los nuevos presupuestos de la Generalitat para 2016 incluirán medidas para la eficiencia de la administración, "austeridad de la buena", afirmó.