VALÈNCIA (VP/EP). La agencia de calificación crediticia Standard & Poor's mantiene el 'rating' de Cataluña ('B+/B'), que equivale al temido 'bono basura' en perspectiva negativa ante la incertidumbre del resultado electoral en los comicios convocados en la comunidad para el próximo 21 de diciembre. De bajarle un solo peldaño, la nota de solvencia de Cataluña sería la misma que S&P le tiene asignada actualmente a Grecia, es decir, 'B-'.
"La inestabilidad política puede continuar en Cataluña después de las próximas elecciones, afectando a la coordinación" entre los gobiernos estatal y autonómico, señala en un comunicado, en el que defiende que las tensiones políticas y la incertidumbre "continúan" y se podría producir una nueva confrontación con el Govern que salga de las urnas.
Ante la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña, la agencia de calificación advierte una posible disminución del conflicto político pero, alerta, no se garantiza la estabilidad, por lo que considera que sigue existiendo un riesgo de que se intensifique la escalada de las tensiones políticas después de las elecciones que afecte a la necesaria cooperación entre ambas administraciones para garantizar los pagos programados de deuda.
S&P ha subrayado que el Gobierno central ha proporcionado un considerable apoyo financiero a Cataluña y ha mitigado las consecuencias económicas del conflicto, cuyo impacto "dependerá en parte de la duración de las tensiones". Así, aunque ha recalcado la incertidumbre al no conocer la postura fiscal que tendrá el próximo Govern, la agencia ha estimado que la consolidación presupuestaria se logre a finales de 2019.
Las previsiones de S&P advierten del efecto que una nueva escalada de tensiones puede tener en la deuda a corto plazo para Cataluña, que sigue dependiendo "en gran medida" de los fondos del Gobierno central para financiar su déficit, y que mantiene un nivel de endeudamiento que sigue siendo "muy elevado".
Standard & Poor's ha explicado que revisará el 'rating' de Cataluña en tres meses, cuando ya habrían pasado las elecciones, aunque podría retrasarlo en función de las nuevas condiciones.
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