El gigante bancario alemán considera que la renta variable española superará a la europea a lo largo de los próximos meses
La analista de Saxo Bank advierte que el gran perdedor tras el desafío independentista es Cataluña, con el rendimiento de sus bonos subiendo con fuerza
No hay posibilidad de retorno. No hay nada que negociar con los golpistas catalanes. Son ellos o nosotros. España ha de jugársela en Cataluña. Puede salir victoriosa o derrotada pero nunca aceptar la rendición que, bajo la palabra diálogo, preconizan algunos. Suceda lo que suceda, hemos de despedirnos del régimen constitucional del 78
El jefe de estrategia en renta variable de Saxo Bank advierte que el principal índice bursátil español (Ibex 35) visite los 9.500 puntos "próximamente"
En mi breve experiencia como columnista de la actualidad, reconozco que este Tintero es el que más me ha costado escribir. La mezcla de tristeza, desánimo, rabia, impotencia, pena mucha pena, y porqué no decirlo cierto asco, hacen difícil comentar siquiera razonar sobre el surrealismo al que estamos asistiendo.
La incertidumbre de esta espera nos atrapa a todos. Esta sensación que se ha instalado en la sociedad catalana con su consiguiente fractura social y en España con el rechazo que se observa contra el Estado y sus decisiones, nos dirige a una conclusión. Se necesitan hombres/mujeres buenos para un nuevo tiempo.
El golpe judicial y policial a la logística del Referéndum de Puigdemont y compañía ha cambiado el relato de los acontecimientos. Los soberanistas han acusado el golpe y ya se plantean la convocatoria como una diluida “movilización”
Los dos grandes sindicatos y la patronal CEOE se han puesto de perfil en la crisis catalana. Pertenecen a la Cofradía del Santo Diálogo, en la que todo equidistante aspira a ser admitido. Lo mínimo que podían hacer es defender al Estado que les paga con tanta generosidad
El economista jefe de Robeco analiza el impacto de la crisis constitucional en Cataluña ante la proximidad del uno de octubre (1-O), que apenas se ha dejado sentir sobre la prima de riesgo española
Lo de confundir los deseos con la realidad no es muy práctico. Cuando entran en juego los sentimientos y se juega con ellos el resultado puede ser nefasto. La ensoñación de Puigdemont y compañía generará al final un grado de frustración tal a sus cooptados seguidores que dudo que hayan calculado el efecto.
En Cataluña hay que elegir entre lo malo o lo peor. Si ha de producirse el choque de trenes, que sea cuanto antes, reduciendo en lo posible los daños de la colisión. Así sabremos quién tiene el verdadero poder para doblegar a la otra parte: si el Estado español o la Generalitat secuestrada por una banda de facinerosos
Los independentistas catalanes se dirigen sin solución de continuidad a un sinsentido del cual no han calculado el final. Saben como empieza el partido pero no como va a acabar. Quisieran llegar a su paraíso quimérico con la República independiente de Cataluña. Otra cosa es que lo consigan.
Cuando el asunto de la injusta financiación a nuestro territorio comenzaba a ser algo así como de ‘relevancia nacional’ y parecía que estábamos entre las prioridades del gobierno central, aparece el ‘prusés’ en todo su apogeo para romper la convivencia y de paso dejarnos, una vez más, en segundo plano.
Ya dijo Ortega que el problema catalán habría que sobrellevarlo, pero estamos ante el hijo mayor de edad que maltrata a sus padres a diario y seguimos riñéndole con algo así como “hoy no sales de tu cuarto”