La incertidumbre de esta espera nos atrapa a todos. Esta sensación que se ha instalado en la sociedad catalana con su consiguiente fractura social y en España con el rechazo que se observa contra el Estado y sus decisiones, nos dirige a una conclusión. Se necesitan hombres/mujeres buenos para un nuevo tiempo.
Tras el 1-O evaluación de daños. Los que forman parte del problema a lo mejor no deben de estar en la solución y me refiero a los responsables de ambas administraciones políticas. Unos quedarán fuera por la vía penal y otros por la electoral. Las próximas elecciones catalanas, que sin duda se convocarán y unas futuribles generales situarán a cada uno en su lugar. Es una crisis de gran calado no solo para Cataluña, sino también para el Estado Español. Ha habido errores por ambas partes. El Gobierno central no ha procurado que la presencia del Estado en Cataluña fuera constante con ánimo de colaboración, de ahí la desafección. Tampoco ha identificado el sentimiento nacionalista y se desconocen propuestas de futuro concretas. Ha faltado tacto y sobre todo diálogo en todas sus vertientes. Por parte del Govern tampoco se ha buscado ese diálogo, más bien se ha negado. En una huida hacia delante ha creado una legalidad paralela infravalorando el valor de la ley y su cumplimiento y ha puesto en el disparadero a la gente para eludir su responsabilidad de gobierno. Además ha permitido que una formación política con apenas el 8% de voto (LA CUP) sea quien dirija la estrategia y la acción gubernamental.
El estrés al que se está sometiendo a la población de una y otra idea en la cuestión catalana, ralla en el despropósito. Esta presión para ir a votar por parte de los soberanistas, de tensar a colectivos como la judicatura (menoscabar su autoridad y como consecuencia rechazar toda la arquitectura jurídica del Estado de Derecho); la seguridad (Mossos, Guardia Civil, Policía Nacional, Policías locales); la representación democrática municipal con los Alcaldes a la cabeza (tanto soberanistas como del PSC); los funcionarios (en todos sus sectores); la educación (locales para la consulta, directores y profesores de IES y Colegios, alumnos menores conminados a formar parte de la movilización, padres que se enfrentan entre sí,…); la sanidad (cesión como centros de votación en centros de salud y geriátricos, llamadas para convocar a posibles votantes); y en definitiva a toda la población, deberá ser reconducida. Tengo la sensación de que los responsables del Govern han intentado escurrir el bulto y lo que es peor lanzar a la calle a la gente, con el consiguiente riesgo, para rodearse de razón, su razón. El cálculo de efectividad política es muy relativo. Al final habrá que leer con tino el resultado de la pseudo consulta para no agrandar todo este error en el que se ha jugado con los sentimientos de los ciudadanos.
La utilización del lenguaje. Con los sentimientos a flor de piel, el lenguaje, los símbolos, las RRSS, los vídeos y manifestaciones extemporáneas (la Hispanofobia del PP o el “A por ellos” en la despedida de los agentes hacia Cataluña), las declaraciones exacerbadas fundamentalmente del lado independentista, y las descalificaciones al contrario, las convocatorias de Organizaciones que se dicen cívicas y que representan el rechazo al Estado como ANC, Òmnium Cultural entre otras, cobran una dimensión especial. Establecer disyuntivas enfrentadas como demócratas o fascistas, unionistas o soberanistas, o conmigo o sin mí, se me antoja cuando menos problemático y no ayuda nada a la convivencia que piden ahora todos los sectores políticos. El relato mediático está muy dirigido. El procés ha conquistado a parte de la prensa internacional con el relato épico de los manifestantes. El Gobierno central ha despreciado la pedagogía a los corresponsales de la prensa extranjera en un nuevo error. De acuerdo que tiene que asumir el papel de garante del Estado de Derecho y su defensa. La proporcionalidad también en la comunicación es complicada y difícil de lograr. Y por cierto hace falta sentido del humor: siempre nos quedará Piolín.
Habla un juez. De todas las declaraciones registradas en los últimos días destaco las del Magistrado de la Audiencia Provincial de Barcelona y Presidente de la APM (Asociación Profesional de la Magistratura) en Cataluña por el pesar y el dolor que reflejan. Luis Rodríguez Vega se mostraba impotente al reconocer que “hemos pasado de un sueño a una pesadilla, donde somos enemigos del pueblo. Parece que lo épico y lo heroico sea saltarse la ley cuando la justicia lo único que hace es poner límites al abuso de poder”. Rodríguez Vega nacido en Madrid aunque ha desarrollado toda su carrera profesional en Cataluña y se siente un catalán más, reconocía su tristeza y dolor personal. Contaba que en su propio entorno familiar y de amigos había “falta de diálogo, no se habla, el silencio es máximo por falta de confianza, no nos fiamos los unos de los otros”.
Añorando al Cardenal Vicente Enrique y Tarancón. El de Burriana y sus buenos oficios durante la Transición como conciliador y mediador serían necesarios en estos momentos. Esta reflexión viene a cuento del posicionamiento de la Iglesia española y catalana. El Presidente de la Conferencia Episcopal, Monseñor Ricardo Blázquez pide “diálogo generoso con respeto a la Constitución, al derecho y a las Instituciones”. Y solicita “evitar decisiones y actuaciones irreversibles de graves consecuencias al margen de la práctica democrática y la legalidad” y lo que ha levantado suspicacias el “reconocimiento de los derechos propios de todos los pueblos de España” Pues ya lo tenemos. Que sí se pone de perfil, que si es equidistante. En fin. Pero sí el mensaje lo contrastamos con el manifiesto de más de 400 sacerdotes y diáconos capitaneados por el párroco de Calella, Custo Busquets en el que se califica al Estado de “represor franquista” al igual que el Abad de de Montserrat, Sergi d´Assís reclamando “el derecho a decidir ante la opresión del Estado”, ya tenemos el enfrentamiento servido. Digo yo que Dios en su sabia magnificencia proveerá. No en vano la diplomacia vaticana es la pura historia que perdura en el tiempo, así que en Cataluña también.
A la espera o no de la DUI (Declaración Unilateral de Independencia) los partidos políticos en Cataluña y en el Estado se afanarán por marcar territorio y relato. En el horizonte además de esta apuesta también figuran las elecciones autonómicas o una posible convocatoria de comicios generales. Después del 1-O se decidirán o activarán los acontecimientos.
Carles Puigdemont, President de la Generalitat: “Queremos reentendernos mejor con España” ¡Sorprendente. Que me lo traduzca!
Santiago Vila, Conseller de Empresa de la Generalitat (PDeCAT): “Hemos violentado el reglamento en el Parlament y esto es objetivo. Tener identidades múltiples no es problema. Yo puedo ser catalán y español y eso no es problemático”. ¡Discrepancias a la vista en el PDeCAT. Dicen de él que es un futurible tras la crisis!
Luis de Guindos, Ministro de Economía en TV3: “Nada está escrito en piedra. Lo que pone en la mesa el Gobierno es una nuevo sistema de financiación autonómica que atenderá las singularidades de las comunidades autónomas, incluida Cataluña” ¡No sé si creérmelo. Esperemos que la Comunidad Valenciana no sea la víctima propiciatoria!
Albert Rivera, Presidente C´s, sobre Pere Soler “el desaparecido” director político de Los Mossos que solo tuitea que sepamos: “El director de Los Mossos es un hooligan que odia a los españoles” ¡Por su ausencia les conoceréis!
Manuel Valls, ex primer Ministro Francés y catalán: “La independencia de Cataluña sería el fin de Europa” ¡Nulo apoyo internacional!
Gabriel Rufián, Portavoz Adjunto ERC: “Votar en el referéndum es de demócratas y antifascistas” ¡Adjudicando carnets de demócrata!
Joan Manuel Serrat, cantante y todo un símbolo en Cataluña: “Prefiero pasar miedo antes que vergüenza. Los que me tildan de fascista desconocen el fascismo” ¡Tiene bemoles que alguien como Serrat haya tenido que sufrir acoso y ataques por expresar con libertad su opinión!