Aunque ya ha ocurrido a lo largo de la Historia, hoy en día estamos siendo testigos de la formación o disolución de países a una velocidad vertiginosa, y parece que algunos políticos miran o no a otra parte, según del color del cristal con el que miran
Este pasado jueves en Valencia hemos tenido la oportunidad de escuchar a uno de esos personajes que dejan huella en la Historia con mayúsculas: el presidente de Colombia (2002-2010) Álvaro Uribe, gracias a la Cátedra Tomás Moro de la UCV, con Jaime Mayor Oreja a la cabeza, que le invitó a pronunciar una conferencia sobre liderazgo en el Ateneo Mercantil de Valencia (gentileza de Carmen de Rosa y equipo), con la presencia del Arzobispo de Valencia Antonio Cañizares.
El presidente Uribe abordó diferentes cuestiones, teniendo como hilo conductor su actuación como líder público. Nos habló del terrorismo, de la narco-guerrilla marxista leninista, de los procesos de paz en donde se pretende intercambiar paz (de los cementerios) para el pueblo por poder político para la guerrilla y donde los asesinos pretenden obtener el perdón si reponer la justicia. Y aunque se refería al proceso colombiano, era inevitable que muchos de los oyentes pensáramos en nuestra lacra particular -ETA- en donde sus ahijados políticos ocupan instituciones y en donde existen aún casi 300 asesinatos por resolver.
El presidente nos habló también de como el relativismo moral está creando un Nuevo Orden Mundial o mejor dicho desorden internacional, con un gobierno mundial de grandes organizaciones internacionales. Tampoco se olvidó de mencionar a su vecino venezolano, Nicolás Maduro, y a la Cuba de Fidel Castro, recordando su pasado subversivo contra el gobierno legítimo y democrático de Colombia del presidente Alberto Lleras.
De Venezuela además de recordar algunos encuentros con Hugo Chávez, pido a las Fuerzas Armadas venezolanas su compromiso y responsabilidad con el futuro de su país evitando la creación de gobierno marxista leninista dictatorial a través de la nueva Constituyente, y la promoción de unas elecciones libres, pues la dictadura que se está creando a orillas del Caribe considera a la democracia como a una idiota útil.
Este país bolivariano es uno de esos ejemplos de desconstrucción del Estado, en el que se desescala todo lo conseguido, y sucesivamente se van perdiendo las estructuras estatales, el acoso al sector privado, la crisis económica mundial unida a la caída de los precios del petróleo ha llevado a que el incipiente Estado del Bienestar haya ido desapareciendo paulatinamente hasta llegar a una situación de racionamiento económico. Las estructuras político-estatales que permiten el funcionamiento del Estado Democrático y de Derecho se han ido parasitando por las huestes bolivarianas-revolucionarias, un buen ejemplo son las acciones legales de la Fiscal General de Venezuela Luisa Ortega (otrora considerada chavista) contra la Constituyente, y hasta el pacto social básico de la seguridad, ha saltado por los aires al generarse un clima de inestabilidad y delincuencia insoportable, en donde los choques entre manifestantes y fuerzas del régimen hace que las cifras de muertos se acerque a casi 100.
Y la crisis del país parece que va en aumento, esta semana hemos visto como Maduro ha relevado (por adelantado, pues correspondía en julio) a parte de la cúpula militar, entre las grandes protesta contra el gobierno desde el 1 de abril, síntoma de que algo no va bien en su régimen. Pues cuando la inestabilidad y los conflictos (sobre todo armados) aumentan de intensidad el poder militar va complementando o incluso sustituyendo, aunque sea sutilmente, al poder civil, como ejemplo Maduro designó a militares como responsables de varios ministerios, y anunció el reclutamiento de 40.000 nuevos oficiales de policía y miembros de la Guardia Nacional.
El Ministro de Defensa Vladimir Padrino López, hasta el momento hombre fuerte, fue relevado como jefe del Comando Estratégico Operacional militar (CEOFANB) sustituido por el Almirante Remigio Ceballos, aunque fuese confirmado como Ministro, detalle este muy importante, que unido al relevo del General jefe del cuerpo policial-militar –Guardia Nacional Bolivariana- responsable del orden (o desorden) público, General Antonio Benavides, sustituido por el General Sergio Rivero, así como el relevo en las jefatura de los Ejércitos de Tierra, Mar y Aire, y finalmente también en la Milicia, hace ver o transmitir ciertas inseguridades/deslealtades que de cara a los uniformados no son de nada positivas en estos momentos de crisis.
Respecto a esta situación desastrosa hay políticos transversales en España que les resulta indiferente (¿estómagos agradecidos serán?), y en cambio les parece una aberración contra la paz que Uribe pida justicia para las víctimas del narcoterrorismo, pero ya nos hemos dado cuenta que los de la nueva política (extremismo reactivo que diría Uribe) tienen unos principios o códigos éticos a lo Groucho Marx (no confundirnos con Karl Marx, ojo que también podrían): "Estos son mis principios. Si no le gustan (o no me interesan) tengo otros", pues después de bramar y crear su leitmotiv, imputación-dimisión, cuando ahora les afecta a dos concejales de su corporación madrileña, parece que esa exigencia se esfuma.
Y con el presidente Uribe se puede estar de acuerdo o no, pero lo que no hay duda, era que Colombia finó el siglo XX como un país casi en situación fallida, camino de ser un narco Estado por obra de esas narco guerrillas marxistas como las FARC o el ELN, y Uribe en dos legislaturas le dio estabilidad, seguridad, restableció el Estado de Derecho en la mayor parte del territorio, al vencer a esos movimientos terroristas, e incluso puso las bases del despegue económico, en fin un esfuerzo titánico de un líder que contaba con unas Fuerzas Armadas eficaces y el respaldo de todo un pueblo, y que puede servir como modelo de lo que debe ser la construcción/reconstrucción de un Estado de Derecho y Democrático.