Hoy es 4 de octubre
VALENCIA. El análisis en torno a los Presupuestos de la Generalitat Valenciana para 2016 sigue generando reacciones en los entornos culturales. En concreto, en el degradado escenario de la edición de libros en valenciano, sobre todo si se tiene en cuenta el volumen de ayudas que la industria editorial de los territorios periféricos del Estado reciben (informe Galeusca).
Si bien la Conselleria de Educación, Investigación, Cultura y Deporte ha visto incrementado su presupuesto en un 4,7%, las ayudas directas a la edición se han elevado en 120.000 euros. Esta cifras se divida en dos líneas: la primera de ellas, de100.000 euros, destinada en exclusiva a la traducción de libros extranjeros; la segunda, de 20.000 euros, para la participación en ferias internacionales.
Desde la Associació d'Editors del País Valencià, no obstante, celebran una partida que por inesperada ha servido para ilusionar a buena parte del sector: la línea para el fomento de la lectura en valenciano, una novedad con 250.000 euros de dotación. Es una aportación indirecta pero que refleja "el interés que el conseller, el subsecretario de cultura y la directora general de cultura han mostrado durante estos meses", apunta Jesús Figuerola, presidente de la AEPV en referencia a Vicent Marzà, Albert Girona y Carmen Amoraga.
Esta nueva línea con la que se muestran "satisfechos" los editores tiene mucho que ver con los objetivos de la Fundació pel Llibre y la Lectura (FULL), pese a que la exigencia de acometer lo que dispone la Llei del Llibre del año 2003 sigue demasiado lejos del actual escenario. Para Figuerola, la línea de 250.000 euros es "ambiciosa, ha de servir para dotar de mayor presencia a los autores y, sobre todo, evitar que sigamos a la cola de lectura en la lengua propia dentro del Estado español".
No obstante, Figuerola se muestra contento porque "como ya decíamos cuando gobernaba el Partido Popular, mientras haya dependientes que no cobran y sigamos con al límite de quiebra técnica como territorio, no estamos como para exigir mucho más". El presidente de la AEPV acepta que las ayudas dejan "mucho margen" de mejora de cara al resto de presupuestos durante la legislatura.
En este sentido, el fundador de Bromera, Josep Gregori, asegura estar "un poco decepcionado" con los presupuestos. "Somos conscientes de la falta de financiación y no somos defensores de las ayudas, porque lo que debemos hacer son buenos libros y generar que el público se interese, pero no hay que olvidar que las ayudas a la producción editorial eran de 600.000 euros hace tan solo unos pocos años (en próximo presupuesto es de 200.000 euros, igual que en 2015)".
Las editoriales, no obstante, valoran que se mantengan los 100.000 euros destinados a la edición de libros en valenciano en formato digital, aunque advierten que la misma ayuda de este año sigue sin abrir convocatoria a tan solo dos meses de acabarse el año. Otros agentes en el escenario, como l'Associació d'Escriptors en Llengua Catalana (AELC) se muestran sorprendidos de la proactividad con la que "los dirigentes se han puesto en contacto con nosotros. Por llevar el apellido catalán nunca nos han tenido en cuenta, hemos estado privados de cualquier atención y esta ayuda al fomento nos parece de lo más interesante.
Los editores independientes ven las ayudas desde un punto de vista particular. Como señala Joan Carles Girbes, de Sembra Llibres, "para nosotros no tiene sentido que pidamos la ayuda para la producción de un libro en marzo de 2014 y en septiembre de 2015 recibamos, por ejemplo, 300 euros. Es una situación de indeterminación que no fomenta un estadio profesional con respecto a la posible financiación de proyectos ambiciosos".
Además, Girbes se refiere al aspecto de la traducción: "abordar una traducción de 5 o 6.000 euros y no saber con qué tipo de ayuda se puede contar hasta muchos meses después convierte a las ayudas en una aportación poco interesante para editoriales pequeñas".