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Los tipos de interés de referencia podrían seguir subiendo

Desde un punto de vista financiero y en perspectiva, los tipos a largo plazo en EE UU tienen mayor margen de alza del que les ha estado asignando el mercado

3/10/2023 - 

MADRID. Hasta hace realmente un par de semanas era curioso ver cómo la percepción que había en el mercado era que la Reserva Federal norteamericana (FED) bajaría los tipos de interés de referencia más pronto que tarde. Si repasamos lo que decían muchos analistas a comienzos de 2023 era generalizada la idea de bajadas de tipos en el último trimestre del presente año. Sin embargo, después de la última reunión de la FED -cuando mantuvo sus tipos- en el mercado sí que se ha percibido el contundente mensaje del banco central norteamericano: "No sólo los tipos no van a bajar, sino que van a permanecer al menos en los niveles actuales durante más tiempo".

Las bolsas han bajado con contundencia, la rentabilidad de los bonos en los plazos largos ha subido y parece como si -ahora sí- los inversores sean conscientes de que los tiempos de 'dinero gratis' y de liquidez ilimitada han pasado a mejor vida. Pero todavía puede haber más… La verdad es que llama la atención cómo se ha cuestionado muy poco en los mercados que los tipos de interés oficiales se hayan mantenido en niveles notoriamente bajos durante tanto tiempo. Lo han hecho cuando era evidente que había una serie de cambios, quizás estructurales en muchos de los casos, que apuntaban hacia niveles de inflación más altos a largo plazo.

Entre estos factores se encuentra lo relacionado con el precio de los combustibles y con la transición energética. Los precios de la energía están aumentando rápidamente, mientras la decisión de no reponer el SPR (Reserva Estratégica de Petróleo) se ha demostrado como un error peligroso. La transición hacia la energía verde también se revela como una empresa incalculablemente costosa, y los precios más altos de la gasolina están elevando las expectativas inflacionarias como percibe el ciudadano medio.

Salarios en niveles elevados

Otros factores como la desglobalización, los crecientes costos de defensa y el aumento de los derechos sociales con el fortalecimiento de la posición negociadora de los trabajadores, que han mantenido los salarios en niveles ciertamente elevados, redundan en ello.

Por otra parte, y desde una perspectiva de oferta y demanda, y a pesar de las bajadas de precio especialmente en los últimos días, los bonos del Tesoro americano a largo plazo parecen sobrecomprados. Con una deuda nacional que supera los 32 billones de dólares, un déficit persistente y unos tipos de interés al alza se configura un escenario de creciente oferta de bonos del Tesoro a largo plazo.


Pero desde el punto de vista de la demanda, la perspectiva tampoco es de especial fortaleza. Ahí están el deseo de China -y de otros países- de desvincularse financieramente de Estados Unidos, el final del control de la rentabilidad de la curva de tipos por parte del Banco de Japón -algo que aumenta el atractivo relativo de los bonos en yenes en comparación con los bonos americanos-, las crecientes preocupaciones sobre la gobernanza, la responsabilidad fiscal y la división política en Estados Unidos, tal como lo señala la reciente rebaja de Fitch.

La emisión continua de papel combinada con la implementación de la política de reducción de balance de su banco central -el denominado Quantitative Tapering- plantea interrogantes sobre la capacidad del mercado para absorber un importante aumento en la oferta; una probable disminución de la demanda sin que los tipos de interés se eleven sustancialmente.

Mercado americano de bonos

Si la inflación a largo plazo se mantiene en torno al 3%, en lugar del 2% previamente aceptado, las implicaciones para los bonos del Tesoro a 30 años podrían ser significativas. Considerando una inflación estable en el 3%, una tasa de interés real en el 0,5% y una prima de plazo del 2% llevaría a que el rendimiento potencial de estos bonos podría situarse en torno al 5,5% frente a la rentabilidad actual del 4,64% para dicho plazo de 30 años.

Todo ello podría materializarse más pronto de lo que imaginamos, ya que la historia nos enseña que el mercado de bonos puede reevaluar rápidamente el extremo largo de la curva en cuestión de semanas. En resumen, la actual situación y probablemente la que viene plantea interrogantes y desafíos considerables para los inversores. Tendremos que estar atentos.

Antonio Castelo es analista de iBroker

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