VALÈNCIA. “La obra de Rayess es muy compleja; es un artista que no tiene un estilo permanente. Tiene, más bien, una actitud muy abierta y también tiene referencias muy diversas”. Estas palabras las firma Catherine David, comisaria de la exposición Aref El rayess, Obras 1958-1978, que abre sus puertas esta semana en el Institut Valencià d’Art Modern (IVAM) como una de las grandes apuestas de carácter internacional del curso. La muestra hace una fotografía a dos décadas de producción del artista libanés, una gran exposición que convierte en la primera que se le dedica en Europa, un acercamiento ambicioso a una figura con muchas aristas. “Era un dandi. Y hasta cierto punto un libertario, una paradoja para un hombre que venía de una familia tradicional drusa. Pero creo que las paradojas son hasta cierto punto la marca de Rayess, tanto en las formas de su trabajo como en la manera en que vivió”.
Nadie dijo que fuera fácil acercarse a la obra del libanés y eso es algo que tiene muy claro la comisaria, que fue conservadora del Centre Pompidou y del Jeu de Paume, y en 1997 directora de Dokumenta X de Kassel, quien tuvo que intervenir telemáticamente en la presentación de la exposición, que corrió a cargo de la directora del IVAM, Nuria Enguita. Hijo de una acomodada familia drusa, de formación autodidáctica y ecléctica, la muestra hace un recorrido por gran parte de la vida de Aref El Rayess a través de 130 obras además de abundante documentación. El proyecto se centra en el período que abarca desde 1958 a 1978, cuando Rayess regresa a Beirut tras sus años de formación entre París -donde asistió a clases en los estudios de Fernand Léger y André Lhote-, Senegal y el Líbano y hasta los inicios de la guerra civil libanesa (1975-1990).
“Aref el Rayess es todavía una investigación en curso, pues nadie puede olvidar la precariedad de los archivos en determinadas ocasiones”, subrayó Enguita durante la presentación. En similares términos se expresaba la comisaria en una reciente entrevista con Culturplaza, en la que definía la exposición como un "milagro", pues gran parte de su producción estaba guardada en cajas que hasta después de su muerte no volvieron a ver la luz. Esta es una de las muchas complejidades que tiene la construcción del proyecto: por un lado la dificultad para acceder a los materiales y, por otro, la de estudiar a una figura que no se integra con facilidad en el esquema general de la Historia del Arte de occidente. Así, se presenta a un artista “no sujeto a los 'ismos' del arte moderno canónico sino más atento a su entorno social”.
La exposición comienza con un autorretrato y un retrato de Kamal Jumblatt, líder progresista druso, fundador del Partido Socialista progresista, poeta y escritor, asesinado en el año 1977. Su presencia es continúa en la vida y obra de Rayess y, de hecho, al final de la exposición vuelve a estar presente con una serie de dibujos que se realizaron para ilustrar uno de sus libros de poemas. La exposición es también un reflejo de sus viajes y cómo su vida y obra estuvo afectada por ellos, una muestra que presenta sus obras matéricas realizadas en Italia, entre las que se incluye la serie Tiempos y muros. También queda reflejado su viaje a Estados Unidos y México con piezas como Alfombra voladora, “un guiño al orientalismo rampante de la época”, países en los que se asombra por las grandes extensiones y sobre todo los nudos de autopista que ve en los Ángeles.
Con las series Sangre y libertad y Amor, muerte y revolución se presenta la vertiente más “política” del artista, piezas en las que "se abre paso la ironía y el uso de imágenes de consumo del arte pop”, explica Enguita, series a las que se unen otra como Tiempos modernos y tercer mundo, de 1974, con una clara referencia a Chaplin, a la mecanización del mundo y a las masas. Otro de los puntos clave del proyecto expositivo es la interesante serie Las flores de la calle Mutanabbi, dedicadas a la zona de los burdeles de la época, una reflexión que “ahora consideraríamos feminista” al considerar la prostitución “no tanto en du dimensión de intercambio sexual sino en una dimensión social y sobre todo simbólica del estado de degradación del país”. Sala a sala se descubre a un artista complejo, sí, que enriquece el relato de la modernidad artístico global, un artista con muchas artistas que la comisaria resumen en una palabra: "Excepcional".