Tren construido en la planta de Albuixech. (EVA MÁÑEZ)El grupo suizo no fabrica en la actualidad suficientes bogies -ruedas para la plataforma del ferrocarril- y el nuevo dueño, Peter Spuhler, planea abastecer a toda la compañía con la producción de estos elementos en Albuixech
VALENCIA. No hubo muchas concreciones sobre el futuro de la empresa en la primera comparecencia del dueño de Stadler Valencia -la antigua Vossloh España- pero una de ellas augura un jugoso negocio para la fabricante de trenes y locomotoras de Albuixech: el abastecimiento de bogies para el conjunto del grupo -la plataforma del ferrocarril que alberga las ruedas del vehículo y permite girar a la máquina-.
Según indicó Peter Spuhler, en la actualidad la multinacional no logra satisfacer su propia demanda con los bogies que fabrica Stadler Winterthur, una planta ubicada en Suiza que se dedica expresamente a fabricar este material rodante. "Nuestra capacidad actualmente es limitada y tenemos que comprarlos fuera de la empresa", explicó el propietario de la multinacional.
En esta línea, el dirigente añadió que se trata de una clara vía de desarrollo para la factoría valenciana, que a su vez constituirá una división de la multinacional. "Ahora tenemos la posibilidad de fabricarlos en Valencia, y esto le generará crecimiento", dijo.
Por contra, la llegada del grupo parece que no creará en el entorno de la industria de Albuixech más negocio del ya existente. El complejo mundo ferroviario, con trenes y locomotoras provistos de componentes fabricados por unas pocas multinacionales que los distribuyen por todo el mundo, impedirá, como ya ocurrió bajo la batuta de Alstom y Vossloh, que la factoría valenciana genere a su alrededor un potente parque de proveedores como sucede con la industria de la automoción, según detallaron tanto Spuhler como el presidente de Stadler Valencia, Íñigo Parra.
Sobre otras cuestiones que pudieran afectar al futuro negocio de Stadler en Valencia, como la decisión de Sudáfrica de llevar a los tribunales un contrato de 250 millones en el que la firma local Swifambo contaba con 70 locomotoras de la industria de Albuixech, Spuhler afirmó que "existen garantías" para cubrir "los riesgos que siempre existen cuando se adquiere una compañía".
