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el tintero / OPINIÓN

Una de cal y una de arena

Una gran noticia ha revolucionado a la Comunidad Valenciana en los últimos días: la próxima apertura de una gigafactoría de Volkswagen en Sagunto generando actividad económica, empleo y riqueza, pero apenas unos días después, leíamos con triste sorpresa que la America’s Cup se iba a Barcelona.

30/03/2022 - 

 La crisis económica, como muchos están recordando estos días, viene de largo, prácticamente desde la de 2008, no es una cuestión exclusiva de los dos años de restricciones (algunas inconstitucionales) por la pandemia, ni de la reciente invasión de Rusia en Ucrania, sino que empieza a ser una crisis estructural donde el gasto de los denominados estados de bienestar es más elevado que los ingresos reales que estos estados logran, y en conclusión, los países viven constantemente por encima de sus posibilidades reales, a veces, muy por encima y de ahí la reticencia de nuestro gobierno a bajar o eliminar impuestos.

Hace años que diversos economistas denuncian o alertan sobre la insostenibilidad de nuestro sistema, uno de los ejemplos más claros es la forma de pagar las pensiones utilizando las cotizaciones de los trabajadores en activo. El mercado laboral sufre cada vez más, nº parados, trabajadores temporales, autónomos, salarios bajos, todo ello hace que, entre pensionistas, parados y ayudas sociales de todo tipo y condición, la situación alcance límites que muchas veces superan las que deberían ser líneas rojas en el gasto público. Quizá otra fórmula para garantizar las pensiones que no dependiera del mercado laboral en activo, sería más idónea. Porque debemos recordar que, ante la prolongada temporada de crisis económica, gran parte del mantenimiento de la denominada paz social es gracias a los pensionistas, los mayores, que saben gestionar con mayor cuidado sus ingresos y no han dejado de ayudar a sus familiares.

En esta época de pequeñas recuperaciones y grandes decepciones, siempre hay una mala noticia para recordarnos que la vida es un camino de complejidades y obstáculos, aunque rodeado de belleza. Lo primero lo solemos aportar los humanos y lo segundo la naturaleza. Cuando parecía que tras los dos años de pandemia y restricción de la economía al paralizar la vida normal retornábamos a la senda del crecimiento, algunos incluso auguraban una nueva época dorada que se comparaba con los populares años 20 del siglo pasado, el líder ruso decidió volver al pasado, pero para rememorar las guerras que asolaron Europa y la invasión y destrucción de Ucrania nos augura años de dificultades y de crisis que puede tardar mucho en recuperar la normalidad prebélica.

Parc Sagunt.

Como Dios aprieta, pero no ahoga, la semana pasada conocimos que el gigante de la automoción Volskwagen elegía Sagunto para instalar una gigafactoría y ello conllevará una serie de buenas noticias, como la ampliación del Puerto de Valencia, la posible colaboración con coches que fabrican en la factoría Ford de Almussafes y en definitiva mantener una posición de liderazgo en el sector del motor que teníamos desde que la compañía norteamericana se instaló en la década de los 70. La noticia ha sido hábilmente utilizada por nuestros políticos para vender el éxito en las negociaciones y todos han lanzado un discurso de optimismo vinculado a la creación de empleo, riqueza y bienestar que una gran empresa provoca en la población donde se encuentra.

Y cuando creíamos que las buenas noticias volvían a nuestra vida, nos desayunamos hace apenas tres días con lo último que podíamos imaginar, la próxima edición de la Copa América de Vela se celebrará en Barcelona, tras haber tenido Valencia la oportunidad y siendo el campo de regatas más idóneo de Europa y uno de los mejores del mundo, para celebrar tan importante evento, dejamos que los vecinos del norte se lleven este gran evento. La voz del lobby empresarial más importante de la Comunidad Valenciana no se hizo esperar, es de agradecer que desde Asociación Valenciana de Empresarios lanzaran un comunicado diciendo: "la Junta Directiva de AVE lamenta profundamente que el Ayuntamiento de València y la Generalitat Valenciana no se hayan implicado lo suficiente para conseguirlo, pese al apoyo mostrado por la sociedad civil en general y el mundo empresarial en particular".

Una vez más nuestra clase política no está a la altura de lo que esperamos y merecemos de ella, el exceso de ideología y prejuicios nos llevan a perder oportunidades que son fundamentales para el progreso y crecimiento de nuestra economía, máxime en un momento tan delicado y donde todos los factores parecen conjurarse para hundir la economía mundial. Ojalá esta columna se hubiera titulado “Dos de arena” y estuviéramos celebrando dos buenas noticias.

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