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El Banco de España alerta de una retirada de estímulos monetarios "más rápida que la esperada"

Foto: ISABEL INFANTES/EP
27/04/2022 - 

VALÈNCIA (EP). El Banco de España ha alertado de que una retirada de los estímulos monetarios por parte de los bancos centrales "más rápida que la esperada" actualmente por los inversores podría elevar "en mayor medida" los tipos de interés libres de riesgo a largo plazo y "desencadenar nuevas correcciones en los precios de los activos".

Así lo ha señalado en el Informe de Estabilidad Financiera correspondiente a primavera de 2022, en el que ha explicado que las rentabilidades a largo plazo de la deuda soberana de elevada calidad crediticia "repuntaron significativamente" desde finales de 2021 ante la posibilidad de que los bancos centrales de las principales economías mundiales endureciesen sus políticas monetarias más rápido de lo esperado por los mercados bursátiles.

La invasión rusa de Ucrania ha derivado en una presión todavía mayor sobre los precios elevando la inflación, por lo que los bancos centrales han adoptado un "tono menos acomodaticio" en sus comunicaciones. Ante esta situación, los inversores anticipan una retirada más rápida de los estímulos monetarios, incluyendo reducciones de sus programa de compra, de sus balances o subidas de tipos de interés, especialmente en el caso de Estados Unidos.

De esta forma, se están produciendo aumentos en las rentabilidades de la deuda soberana a largo plazo, que se situaba, a cierre del Informe de Estabilidad Financiera, "en los niveles más elevados desde diciembre de 2018".

"La evidencia disponible apunta a que una parte del aumento de la rentabilidad en las economías que se encuentran comparativamente más retrasadas en el ciclo", como sería el caso de la Unión Económica y Monetaria de la Unión Europea (UEM), "no se explicaría por factores internos", señala el Banco de España.

En cambio, la institución señala que parte de este aumento de las rentabilidades estaría condicionado, en especial, por los cambios en las expectativas de política monetaria en Estados Unidos, "lo que sería coherente con el importante papel que desempeña en las condiciones financieras globales".

Esta evolución se ha acompañado, además, con un aumento de la volatilidad de los precios de la deuda soberana, que repuntó con fuerza tras la invasión rusa de Ucrania y se moderó posteriormente, "aunque sigue en niveles históricamente elevados".

Ante esta situación, señala que se han producido repuntes en los diferenciales de rentabilidad de la deuda soberana en la UEM y de las primas de riesgo corporativas. De esta forma, los diferenciales de rentabilidad del bono soberano alemán se ha situado en los niveles más elevados desde mediados de 2020.

Sin embargo, indica que el incremento desde principios de año ha sido más acusado en las economías con mayores rentabilidades como Grecia e Italia y más moderado en otras como España.

Por su parte, el supervisor recoge que las primas de riesgo de crédito corporativas también han aumentado en los últimos meses, particularmente, en el segmento de alto rendimiento, situándose por encima de los niveles anteriores a la crisis sanitaria.

En cuanto a la renta variable, el Banco de España ha observado que los índices bursátiles de las principales economías desarrolladas llegaron a alcanzar máximos históricos a principios de enero, gracias a unos mejores beneficios empresariales de los esperados.

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos. Foto: EFE

No obstante, el aumento de los tipos de interés a largo plazo, "que ha incidido negativamente sobre los precios de las acciones en la medida en que eleva la tasa a la que se descuentan los dividendos futuros", y las tensiones geopolíticas en el Este de Europa, que derivaron en la invasión rusa de Ucrania, "contribuyeron en un primer momento a intensificar la evolución descendente de los índices bursátiles", especialmente los europeos.

No obstante, posteriormente, el Banco de España ha observado una recuperación de los precios de las acciones y una moderación de la volatilidad.

Impacto de la guerra en los mercados

Sin embargo, el supervisor afirma que una duración prolongada del conflicto bélico en Ucrania o nuevas escaladas de tensión asociadas a la guerra "podrían generar episodios adicionales de inestabilidad en los mercados financieros internacionales".

La materialización de estos riesgos podría derivar en un aumento de la preocupación de los inversores sobre las perspectivas macroeconómicas y la situación económica y financiera de las empresas, lo que, a su vez, podría desencadenar retrocesos de los precios de los activos con riesgo.

Asimismo, alerta de que una retirada de los estímulos monetarios de los bancos centrales más rápida que la esperada actualmente por los inversores podría elevar en mayor medida los tipos de interés libres de riesgo a largo plazo y desencadenar nuevas correcciones en los precios de los activos.

Este escenario podría ocurrir si se materializan los riesgos al alza sobre la inflación, como son los derivados de la guerra en Ucrania o por la pandemia de covid-19.

Advierte de que el posible incremento de las rentabilidades podría trasladarse "con más intensidad" a los bonos corporativos, ya que estos registrarían todavía unas primas de riesgo bajas de acuerdo con su relación histórica con sus determinantes habituales.

Por lo que se refiere a la renta variable, a pesar de las caídas recientes, el Banco de España observa que los precios se mantienen todavía en algunas geografías "en niveles históricamente elevados" en comparación con los beneficios de las empresas, en términos ajustados al ciclo.

Al respecto, explica que, en gran medida, esta situación sería "un reflejo de los bajos tipos de interés ya que, en estos casos, las primas de riesgo se encuentran cercanas a sus medias históricas. En este sentido, repuntes adicionales en los tipos de interés a largo plazo podrían conducir a nuevas reducciones de las cotizaciones bursátiles".

Impactos en las economías emergentes

Esta edición del Informe de Estabilidad Financiera también recoge el impacto en tres economías emergentes, México, Brasil y Turquía, relevantes para el sistema bancario español, de la normalización de la política monetaria en Estados Unidos y de las subidas de los precios energéticos.

En este sentido, el Banco de España afirma que un endurecimiento de la política monetaria en Estados Unidos superior a lo descontado actualmente por los mercados y provocado por un mayor repunte de la inflación afectaría a estas economías a través de varios canales.

"En primer lugar, su demanda externa se reduciría, dado el impacto adverso de dicha política sobre la actividad económica global. En segundo lugar, las subidas de tipos en Estados Unidos producirían un endurecimiento de las condiciones financieras globales, cuyos efectos serán mayores que en otras coyunturas al derivarse de sorpresas de inflación", explica el supervisor.

Así, se produciría una reducción del crecimiento esperado en México, Brasil y Turquía, y se incrementarían los tipos soberanos de los tres países y se depreciarían sus monedas.

"Estos efectos podrían quedar compensados parcialmente en los dos primeros casos por una mejoría de los términos de intercambio derivada de un aumento del precio de las materias primas, que, sin embargo, afectaría muy negativamente a Turquía", asegura el Banco de España.

"No obstante, en conjunto, los países más afectados serían Brasil y México, dado que la caída de su crecimiento mediano es mayor" en el análisis de sensibilidad realizado por el Banco de España.

La banca española resistiría a un escenario severo de guerra e inflación

El Banco de España ha constatado también que el sector bancario español cuenta con una adecuada capacidad de resistencia para absorber el impacto que tendría en su solvencia un hipotético escenario severo de deterioro de las perspectivas macroeconómicas como consecuencia de la invasión rusa en Ucrania y la escalada de la inflación, con un consumo de capital que sería de entre 1,8 y 3 puntos porcentuales de su ratio de CET1 a nivel agregado sobre el escenario base que se maneja para finales de 2023.

La entidad ha realizado un ejercicio de resistencia aplicando el marco metodológico FLESB (Forward-Looking Exercise on Spanish Banks, por sus siglas en inglés) para analizar los riesgos que se podrían derivar para el sector bancario como resultado del conflicto bélico desatado en Ucrania.

El escenario hipotético que el Banco de España ha utilizado para el ejercicio contempla un elevado grado de materialización de los riesgos macro-financieros latentes para el horizonte 2022-2023, que se traducirían en variaciones negativas de la rentabilidad y solvencia bancaria.

En concreto, utiliza un escenario adverso de aumento de primas de riesgo y mayores aumentos de los precios de las materias primas energéticas y cuellos de botella, que elevan la inflación y hacen que reaccione la política monetaria. También usa un escenario severo, en el que suma al escenario adverso la pérdida de confianza de los agentes, que supone una reacción menos agresiva de la política monetaria.

Según ha cuantificado el Banco de España, la materialización del escenario adverso implicaría una reducción de 1,8 puntos porcentuales sobre la ratio de CET1 agregada esperable al final de 2023, alcanzándose un efecto todavía más negativo de hasta 3 puntos porcentuales en el escenario severo, debido al deterioro de la calidad de crédito en escenarios en los que se produce un aumento de los tipos de interés y un freno de la actividad económica al mismo tiempo.

El alza de energía podría comprometer el pago de deudas de hogares

El Banco de España ha alertado igualmente de que el intenso aumento de los precios de la energía registrado en 2021 y en la parte transcurrida de 2022 podría comprometer la capacidad de pago de las deudas de los hogares de rentas bajas.

Según indica, las consecuencias económicas de la guerra en Ucrania intensificarán y prolongarán el aumento que venía observándose en los precios energéticos y de otras materias primas antes de la invasión, lo que afectará a las decisiones de consumo e inversión de familias y empresas y limitará el crecimiento económico.

Además, ha avisado de que si las presiones sobre los costes de las empresas acaban trasladándose plenamente a los precios finales, las mayores demandas salariales podrían desencadenar efectos de segunda ronda de una intensidad notable, lo que se traduciría en un repunte inflacionista más acusado y más prolongado que el anticipado hasta ahora.

"Si bien la moderación de la actividad derivada del conflicto podría reducir las presiones inflacionistas en el medio plazo, la magnitud y persistencia del incremento de la inflación ya observado en el corto plazo aumenta los riesgos de materialización de los efectos de segunda ronda sobre los salarios y sobre los márgenes empresariales", advierte el organismo en su informe.

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