VALÈNCIA (EFE). El coreógrafo español y director de la compañía de danza La Veronal, Marcos Morau, presenta este domingo su primera creación para el Staatsballet de Berlín, el Ballet Estatal, que parte de la idea de que "todo final es un inicio" y la vida "cíclica" y un "bucle" en el que es posible avanzar a pesar de todo. "Esta creación parte de la idea de que todo final es un inicio, que los inicios son fascinantes porque todo está por pasar, pero también sabemos con certeza que todo tiene que terminar", explica el valenciano a EFE.
El coreógrafo ha intentado con su pieza entrar en "este bucle que es la vida" y "generar un dispositivo escénico que parte de los cimientos, de la civilización, del origen" para abordar "cómo construimos la sociedad desde que el mundo es mundo". La obra, titulada "Overture", indaga en la cuestión de "cómo somos capaces de crear, pero cómo somos capaces de destruir", y cómo en esta destrucción que es "propia del ser humano y que estamos viendo en nuestros días", somos capaces de" seguir cayendo en los mismos errores y seguir al mismo tiempo avanzando", como "cayendo hacia delante sin aprender de lo que ha sucedido en la historia".
"El cambio es lo que nos da la esperanza y las ganas de vivir", lo cual "es una contradicción en sí misma, porque somos cíclicos, siempre volvemos a empezar, y parece que todo sea nuevo, pero no lo es", añade Morau. Así también es como la pieza crece, también en su escenografía: "levantamos una columna, construimos un templo, destruimos el templo, volvemos a levantar otra columna, se construye otro templo, y esto es la vida", dice. Morau ha querido imprimirle a la pieza al final "un carácter de esperanza", donde hay que volver a construir tras tocar fondo.
Quizás es demasiado "iluso" y "naif", concede, pero le apetecía construir un final que fuera en la dirección de lo que cree que puede llegar a ser el mundo, y aunque es una pieza que atraviesa por estados oscuros y momentos de tinieblas y de cosas que realmente no somos capaces de asimilar, acaba por haber un "rayo de luz" donde acogerse para volver a empezar. El coreógrafo se apoya para su nueva creación en la Quinta Sinfonía de Mahler, con una música "tan elocuente, tan rica en matices", con un primer movimiento "tan fuerte, con tantas cambios de dinámica, el segundo movimiento, el Adagietto, "increíble, precioso, emotivo" que "abraza a los bailarines y nos suspende en este poema" que compuso este músico, para acabar la pieza "con estos conflictos constantes entre el ser humano", explica.
"Overture" es la primera colaboración con el Staatsballet, del que es artista en residencia, tras haber actuado muchos años en el festival internacional de danza contemporánea "Tanz im August", que se celebra en verano en Berlín, y haber trabajado en el Ballet de Zúrich con el coreógrafo alemán Christian Spuck, actual director artístico del ballet berlinés. Según Morau, "Overture" es un título que hace mucha referencia también a esa nueva etapa que ha iniciado en el Staatsballet, en el que dice estar "feliz" de tener cuarenta bailarines, la orquesta y estar trabajando con la Quinta Sinfonía de Mahler, "que siempre ha sido un icono y una referencia para los amantes de la música y del arte". Trabajar con un nuevo colectivo es siempre "fascinante", asegura, y una oportunidad de reinverntarse. Para Morau es un "honor" trabajar con el Staatsballet, una compañía histórica, agrega, con un gran legado, muy versátil y completamente abierta a los nuevos creadores y las nuevas voces.