VALÈNCIA. Un año y seis meses. Ese es el tiempo que lleva constituida la subcomisión de Les Corts que debe abordar una reforma de la ley de creación de la Corporació Valenciana de Mitjans de Comunicació (CVMC) sin que durante todo ese tiempo se haya iniciado todavía ningún trabajo en ella. Desde que se aprobó su creación en septiembre de 2019 no se ha reunido ni una vez y ni siquiera hay aprobado un plan de trabajo.
Los diputados del Botànic, así como también los de Ciudadanos -que impulsaron en primera instancia su creación- han intentado en varias ocasiones ponerla en marcha y darle utilidad a esta herramienta parlamentaria. Pero por un motivo u otro, su celebración o avances no se hacen realidad. "Parece que está gafada", comenta una parlamentaria del tripartito a este diario.
Una declaración que se producía, precisamente, este miércoles después de que la primera convocatoria de la comisión tuviera que cancelarse por enésima vez. El motivo no era otro que el posible positivo que se detectó el martes a media tarde de un diputado de Vox al realizarse un test de antígenos, si bien finalmente este obtuvo un resultado negativo tras someterse a una prueba PCR.
Hasta la confirmación negativa, no obstante, la situación impidió que se celebrase la subcomisión. ¿Por qué? Porque ahora las comisiones se celebran en el hemiciclo de Les Corts, lo que obliga a que solo se pueda convocar una cada mañana. Para que pudieran celebrarse más sesiones diarias, los diputados que integran esta subcomisión solicitaron poder celebrarla en otro espacio -sala Vinatea- que también permitía tanto que sus señorías guardasen la distancia de seguridad, como que la sesión fuese retransmita por el canal de Youtube.
Pero existía un contratiempo: como varios de los integrantes se encontraban en cuarentena y debían intervenir desde sus casas mediante una conexión en directo, hubo que aplazarla porque la citada sala no permitía el voto telemático.
El abrupto calendario
El retraso, sin embargo, no es el único que ha tenido que vivir esta subcomisión. De hecho, se suma a la larga lista que guarda ya. La primera vez que se puso sobre la mesa una propuesta formal para crear esta subcomisión con el objetivo de modificar de arriba abajo la norma que en su día impulsó Podem fue en septiembre de 2019.
En aquel momento, la intención era iniciar los trabajos cuanto antes. En especial, porque el expresidente del ente, Enrique Soriano había advertido que quería dejar el cargo que ocupaba -el PSPV estudiaba cambios en las mayorías requeridas para nombrar un candidato-, la exdirectora general Empar Marco estaba en el tramo final de su mandato y el dilema del presupuesto, con el que siempre hay problemas por la existencia de las dos sociedades, quedaba a pocos meses.
Sin embargo, como suele suceder en el último trimestre del año, los tres partidos del Botànic II se volcaron en la negociación de los presupuestos y acordaron que retomarían sus pretensiones en febrero de 2020, cinco meses después de someterse a votación la creación de la comisión. Llegó la fecha, y el único trámite que sus señorías abordaron fue la aprobación de su propia subcomisión y el rechazo a la que había propuesto Ciudadanos, que era prácticamente igual, pero de Ciudadanos. En las próximas semanas se reunirían y aprobarían un plan de trabajo para estudiar todos los cambios de la ley, pero el estallido de la pandemia dejó en cuarentena esa labor como cualquier otra que se estuviera llevando en el Parlamento valenciano.
Después del confinamiento y la desescalada iniciada en mayo, llegó el verano y, después, otra vez la negociación de los presupuestos. Esta vez los de 2021. Tras esa vuelta completa al calendario parlamentario, tampoco abrieron ese melón, pero lo que sí hicieron los diputados del tripartito fue registrar una batería de enmiendas a la Ley de Acompañamiento que cambiaban las cuestiones de mayor trascendencia de la norma -con excepción de la fusión de sociedades- y aprobarlo con su mayoría: elegir al presidente sin la oposición, menos incompatibilidades para los miembros del Consejo Rector, y cobrar la publicidad institucional para poder aumentar sus ingresos y acercarse al cumplimiento del famoso tercio de personal.
Una maniobra tras la que el Partido Popular advirtió que se borraba de la subcomisión de la tele porque no tenía ya "sentido" enfrascarse en ella con la "enmienda a la totalidad" que había hecho el Botànic. Desde entonces han pasado de nuevo dos meses, el calendario vuelve a marcar febrero y la comisión ya ha sufrido su primer aplazamiento del año. Quién sabe si será el último.