VALÈNCIA. (EFE) En la tercera sesión del juicio por las presuntas irregularidades en los contratos de la visita del Papa, se ha producido uno de los momentos más esperados, la declaración del expresidente de la Generalitat Valenciana Francisco Camps. Como cada vez que acude a una sede judicial, el expolítico no ha defraudado y ha dejado varias ‘perlas’ durante su declaración, sobre todo a preguntas de la fiscal y del abogado de Álvaro Pérez, Javier Vasallo, con el que ha mantenido una tensa conversación.
La primera en preguntar ha sido la fiscal. El expresidente se ha mostrado muy vehemente con ella llegando a decirle “usted ha pretendido incriminarme durante once años”. A lo que ella ha contestado: “Yo no. No llevo once años en Anticorrupción”.
La fiscal ha querido saber qué relación mantenía el expresidente con los miembros de la trama, a lo que Camps ha contestado que “no he tenido ningún tipo de relación con Correa”, y que no es cierto que coincidiera con él en la boda de la hija de Aznar, a la que acudió porque era amigo de Alejandro Agag.
En cuanto a Álvaro Pérez, ha explicado que lo conoció en el año 2003. Y ha añadido: “He reiterado siempre lo mismo durante once años en los que llevan preguntando lo mismo, nunca supe que existía Orange Market hasta que Garzón entró en las oficinas. Para mí Álvaro Pérez era una persona que trabajaba para el partido y organizaba actos del partido”.
Y ha asegurado que Pérez “mantiene relación con el partido, que es lo que tenía que hacer, los actos del partido. Yo no he cambiado nunca de opinión y sigo manteniendo lo mismo que en 2009 delante del señor Flors (presidente de la Sala que juzgo el caso de los trajes). Nunca jamás, mi relación con él era absolutamente profesional. No tuve una relación de amistad. Tiene la grabación que ha oído toda España varias veces. Ustedes llevan once años tratando de ligarme con alguna irregularidad en la administración valenciana”.
Preguntado por los regalos que presuntamente le hizo la trama corrupta, Francisco Camps ha negado la mayor diciendo: “Me parece disparatado pensar que se dieron regalos por darles el contrato. Los regalos a hijos de Camps nunca llegaron, y Cotino, que en paz descanse, siempre ha negado que le regalaran un chaquetón. Lo único que recibimos se lo devolvimos”.
La fiscal le ha preguntado que si es cierto lo que Pedro García explicó en la sala, “que usted le dijo que dijera a todo que sí, incluido lo de las empresas de Correa”, a lo que Camps ha contestado: “Están diciendo estas cosas porque les conviene”. Es más, ha llegado a asegurar que se enteró que era presidente de honor de la Fundación V Encuentro por el sumario.
Respecto de las contrataciones de la visita del Papa ha dicho: “No tengo ni idea porqué se contrató así, ni sé quién lo hizo. Yo no le di instrucciones a Pedro García. Yo no recuerdo ni las pantallas, como para pantallas estaba yo ese día. Mi cometido era otro como recibir al Papa, ir a la vigilia...nadie me dijo que hubiera habido ningún problema, todo salió bien”.
Tanto la fiscal como la defensa de Pérez le han preguntado por el viaje a Roma, al Vaticano, en el que supuestamente estaba Álvaro Pérez. El expresidente ha dicho: “no he viajado con Álvaro Pérez ni a la vuelta de la esquina”, y cuando la fiscal le ha recordado que Cotino dijo que sí que estaba, se ha ido por las ramas diciendo: “Tengo una amistad extraordinaria aquí en la tierra como en el cielo con Juan Cotino. Es un dolor horrible, es como si me hubieran arrancado un brazo. Me acuerdo de él todos los días”.
El momento de mayor tensión del día se ha vivido cuando ha comenzado a preguntar la defensa de Álvaro Pérez. De la vehemencia mostrada con la fiscal, Camps ha pasado directamente a la prepotencia. Hasta tal punto que el presidente de la Sala le ha tenido que llamar la atención.
Entre las frases fuera de tono ha destacado cuando le ha espetado al abogado: “¿Cómo se lo ocurre preguntar eso al presidente de la Generalitat?”, a lo que el letrado le ha contestado: “Yo pregunto lo que quiero”, mientras Camps le reprochaba diciendo “me parece insidioso”. Y así habrían continuado de no ser por el presidente de la Sala que ha cortado por lo sano.
En su turno de preguntas, el abogado puso la famosa llamada entre Camps y Pérez. Tras mantener el enésimo debate con la defensa, Camps ha asegurado que se acaba de enterar de que fue Álvaro Pérez el que le llamó. “Sinceramente, siempre creí que había sido yo. Me acaba de dar una auténtica novedad después de once años”.
En cuanto a la conversación en sí, ha aseverado: “Le dije 'te quiero mucho', pues porque era la nochebuena y me salió esa palabreja. Hacía muy poco tiempo que se había celebrado un congreso y había salido muy bien y aproveché aquel momento para demostrarle el aprecio por alguien que había hecho algo bien por el partido. Dije eso cómo podía haber dicho otra cosa y no trasluce ningún tipo de relación, ni de irregularidad. Si alguien tiene amistad se lo lleva a su casa, pero no lo deja en la puerta”.
Y ha apostillado que “le pedía lealtad al partido porque trabajaba para al partido. Le dije que no me debía nada, porque no quiero que nadie me deba nada. No manipule la conversación como hizo la Ser y El País porque los regalos se devolvieron. Se dice que gané porque iba dopado y no. En el año 2011 no estaba Álvaro Pérez y saqué más escaños”.
Además del expresidente, también han declarado otros testigos como César Tomás Martín, un abogado que trabajaba revisando contratos para la trama. Según ha explicado, Pablo Crespo le pidió que hiciera él el pliego de condiciones de las pantallas.
Un pliego que, supuestamente, debería haber redactado la administración, pero que sin embargo fue redactado por este hombre, y cuya factura fue abonada por Teconsa, la empresa a la que finalmente le fue adjudicado el contrato.
También acudió al juicio Juan José Rincón Feliu, un extrabajador de Orange Market. Contó que él se encargó de gestionar el trabajo de la visita del Papa, pero que se marchó de la empresa mucho antes de que se celebrara el acto.
A preguntas de Javier Vasallo, abogado de Álvaro Pérez, dijo que, “Cuando hablo de presidencia, hablo del expresidente Camps, los ex vicepresidentes… el señor Camps conocía a Álvaro Pérez y tenían una relación de confianza”.
El último en declarar ha sido Antonio Corbí, el que fuera secretario personal del arzobispo de València. Como ya hiciera en anteriores declaraciones, ha señalado como máximo responsable a un cardenal ya fallecido, el presidente del Pontificio Consejo para la Familia de la Santa Sede, el cardenal colombiano Alfonso López Trujillo. A este respecto ha asegurado: “El arzobispo tomaba las decisiones” pero “no se hacía nada que no contase con su aprobación de López Trujillo. La intervención de Roma era plena”.