es tiempo de calabazas, setas y buñuelos

Planes gastronómicos para comerse Halloween (o Todos los Santos)

Halloween para algunos. Todos los Santos para otros. Tres días por delante para comer y beber. Porque no hay nada mejor que recordar a los que ya no están que disfrutar de la vida   

| 01/11/2019 | 6 min, 39 seg

No hay nada más aterrador que un fin de semana sin hedonismo, comiendo acelga hervida y bebiendo agua con gas.  Eso sí que es ser un muerto viviente. Todo lo contrario que nuestros colaboradores, que estos días aprovechan para comer buñuelos sin remordimiento, explorar el universo micológico o mojar mucho pan en esos platos de cuchara otoñales. Estos son algunos de los planes que nos proponen.

Jesús Terrés

El Día de Todos los Santos (¿Halloween? Colega: que vives en Alboraya, no en Chicago) siempre me ha parecido tiempo de recogimiento, melancolía y platos de cuchara: momento de caza, cocina con setas y vinos viejos (Oportos, Burdeos o Amontillados), aquello de la cocina frente al fuego y tiempo de la Berrea, la Champions de la caza.

Apetecen perdices, becadas o liebres y el maravilloso aroma de las trufas y el sotobosque —bien es cierto que el Cap i Casal nunca ha sido territorio de restaurantes de caza pero siempre hay excepciones: Dos Estaciones, Apicius  de Enrique Medina e Yvonne Arcidiacono o Milán. O por qué no, coger la carretera hasta la montaña mágica de Cocentaina que alberga ese templo del hedonismo llamado L'Escaleta

Lidia Caro

Mi plan para este puente es comer buñuelos de viento hasta la diabetes tipo 1. Cumpliendo la tradición de todos los años, voy a ir de cabeza a La Rosa de Jericó y después al ambulatorio a por un par de jeringas de insulina. También me sirve conectar con Halloween a través de la calabaza de los panquemaos del horno Alfonso Martínez o desayunar lo que Machí mejor hace con la cucurbitácea: un pan de calabaza que te mueres. 

Almudena Ortuño

Como todo en mi vida últimamente, mis planes para el Puente de Todos los Santos están muy en el aire, PERO… esto es lo que me gustaría terminar haciendo. 

Comprar ‘Pan de Muerto’ en la Despensa de Frida

Michel Resendiz lleva, desde el año pasado, invitándome a probar este pan y asegurándome que no hay cadáveres de por medio. Le debo una visita a su parada del Mercado de Ruzafa, donde hacen degustación con motivo de la víspera de Todos los Santos. Se trata de una receta típica de México, que sirve de complemento principal en la ofrenda a los muertos y tiene forma de esfera con huesos incrustados. La elaboración es parecida a la del pan quemado, aunque con esencia de azahar, así que te garantizas un desayuno de miedo. El sábado, además, de 10 a 11h, invitan a los clientes a una bebida para acompañar: café de olla mexicano y chocolate con leche especiado.


Visitar las bodegas de Valencia y Utiel-Requena

Cualquier momento es bueno para poner en valor nuestro patrimonio vinícola, pero el paisaje de los viñedos mejora con el otoño, una vez que ya ha pasado la vendimia y el campo se dispone a recibir una nueva temporada. Me gustaría aprender más y adentrarme en territorio Bobal. La zona de Utiel-Requena ofrece planes combinados para realizar visitas con cata, degustación de tapas o cursos de maridaje; todos recogidos en su Agenda del Vino 2019. También la DO Valencia tiene caminos por explorar, empezando por la Ruta del Vino, con la que demostrar que hay tejido enoturístico en la Comunitat. De verdad, ¿por qué mirar hacia fuera? Si es a veces lo mejor está aquí dentro.

Explorar la cocina rural y micológica del otoño

El último de mis propósitos pasa por las setas. Que sí, que ya he dado la murga con las Jornadas Micológicas que organizan en La Sequieta, donde todo tipo de variedades se encuentran en un menú especial de platos fríos y calientes. Pero como me he obsesionado, propongo más frikadas. Es posible aprender más de este mundo en la Sociedad Micológica Valenciana, que todos los lunes del año ofrece talleres y organiza actividades para iniciarse en la recogida. Y hay mucha tradición en Castellón, concretamente en el municipio de Els Ports, donde los miembros de Asmicas ya van por las décimas jornadas mitológicas y tienen en marcha una exposición fotográfica. De repente Castellón, como destino turístico del Puente. Toma ya.

Macarena Escrivá

Me da miedo Halloween. Es así. Quienes me conocen saben que soy la persona más miedica del mundo, de esas que de tapa los ojos y oídos cuando ponen un anuncio de peli de terror en la televisión. Así que mi celebración no va a tener nada que ver con los muertos. Nos vamos a París, a comernos la ciudad del amor y a disfrutarla como merece. Tenemos reserva en Pierre Gagnaire, uno de los pesos pesados de la cocina francesa. Eso sí, cuando vuelva a Madrid, tengo la nevera llena de los típicos buñuelos de viento de la pastelería Nuno’s, el bocado por excelencia del día de Todos los Santos

Raisa Gallegos

Años atrás, a estas alturas ya tendría elegida la calabaza que reinaría en la casa. Pero las cosas cambian, (la cuenta corriente también) y ahora, qué quieres que te diga, si llega puente me fugo, huyo, ciao ciao. Por eso estos días no me veréis por estas orillas, sino por las calles del zoco de Marrakesch, respirando el olor de las especias, comiendo como si se terminase el mundo, pringándome las manos y saboreado hasta cada esquina de la ciudad. Pero si no corriese esta suerte y me quedase en Valencia, no dudes que cada día aprovecharía para almorzar como una diosa. Que si Bluebell por aquí, Federal café por allá, los brunchs de Baalbec o los açais de Savory ... almorzar es vida.

Paula Pons

Me voy a mi refugio. A intentar dormir y a pasear por la playa. Me he propuesto cocinar. Haré crema de calabaza, que mi dealer de verduras ecológicas (L'Horta dels Basquetaires) ya me trajo una la semana pasada, y quiero aprender a hacer gazpacho manchego, que me encanta y nunca me he lanzado. 

Si me quedase en Valencia, el sábado me iría a algún mercado, a Rojas Clemente, el Central o Ruzafa, a comprar setas e intentar no destrozarlas en casa. No soy de visitar a los muertos en el cementerio (mi padre está en un almendro en el campo), pero si estos días vais a cambiar las flores y a darle un poco de lustre a las lápidas, podéis aprovechar para comer y brindar por los que se fueron en Mui, el restaurante de la Rambleta al que se llega andando en pocos minutos, cruzar el bulevar y poneros bien de marisco y pescado en Barbados o llegar hasta Patraix donde unas bravas en la Taberna Amparín o cualquier opción de El Observatorio resucitan cualquier alma en pena. 


Marta Moreira

Yo estaré en el Funtastic Dracula Carnival de Benidorm. Un fin de semana con mucho  garage punk y comidas con grupos de muchos amigos. Estamos urdiendo una visita colectiva a la arrocería La Marina, pero también caerá seguro un English Breakfast (posiblemente en John and Joseph) para hacer el guiri como mandan los cánones. El corckys penny farthing Benidorm también es digno para english breakfast.


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