VALÈNCIA. Oficinas más verdes y certificadas. Eso es lo que buscan los operadores a la hora de mudarse y trasladar a un espacio de trabajo sus operativas. Sin embargo, y pese a que es una tendencia de mercado, València todavía está muy lejos de adecuar su parque inmobiliario en el segmento de las oficinas a esta nueva realidad. Así, solo el 1,5% de sus activos cuenta con certificados de sostenibilidad frente a otras plazas como Madrid o Barcelona, que presentan un 11 y 19%, respectivamente, de stock ya certificado.
La importancia de adecuar las edificaciones radica en que la demanda cada vez es más exigente y reclama que se cumplan los estándares ESG -factores ambientales, sociales y de gobierno corporativo- a la hora de invertir e instalarse. Así lo señalan desde la consultora CBRE, que remarca que "la sostenibilidad es un factor determinante en la toma de decisiones de empleados, empresas y fondos de inversión, que aplican estos estándares en sus activos y que además se ha convertido en un condicionante para la obtención de financiación".
Sin embargo, y pese a que es un criterio a tener en cuenta, la mayoría de inmuebles en la plaza valenciana está lejos de adecuarse a estas nuevas exigencias de los operadores por culpa del envejecimiento del parque construido. Y es que la mayoría de edificios del 'cap i casal' tiene más de 40 años. No obstante, la antigüedad en el parque edificado no solo afecta a València, sino que es una tónica generalizada en la mayoría de plazas españolas, pero muchas de ellas sí están haciendo los deberes, transformando su planta y adecuándose a las nuevas exigencias.
De esta forma, no solo las ratios de edificios certificados son mayores en Madrid y Barcelona , sino que Bilbao tiene ya un 14% de su stock con algún tipo de calificación, mientras que Málaga y Sevilla han certificado ya un 5% de sus oficinas. Una apuesta para conseguir atraer y satisfacer la demanda de las empresas.
Además, a este déficit en la plaza valenciana se suma que la disponibilidad de oficinas está en el 3%, mínimo desde hace más de diez años, según datos de la consultora. Por tanto, hay poco stock y además no se ha renovado, lo que muchas veces impide nuevos desembarcos en la ciudad. No solo los criterios de sostenibilidad permiten mayor posibilidades de ocupación, sino que también aportan más valor a los activos y, en consecuencia, obtienen mejores rentas y un valor superior de venta.
En el caso de las oficinas, "los criterios de sostenibilidad pueden incrementar su valor entre un 10% y un 15% en las mejores zonas", subrayan desde CBRE. Además, "también tienen capacidad de captar rentas mayores que las del entorno, entre un 14-18% de incremento, y tienen mayor poder de atracción de inquilinos, llegando a aumentar la ocupación hasta un 10%", afirman los expertos.
Pero los beneficios no solo se limitan al propietario. También, los inquilinos experimentan ventajas, ya que la eficiencia energética y las prácticas sostenibles se traducen en consumos reducidos y en menores gastos operativos. "En última instancia, la sostenibilidad no solo mejora la calidad del espacio de trabajo, sino que también agrega valor económico tangible para quienes lo ocupan. Es un impulsor significativo del rendimiento y la calidad en el mercado inmobiliario", destaca la consultora.
Conscientes de estas ventajas y de la necesidad que tiene la plaza valenciana de contar con oficinas modernas y adaptadas a los criterios de sostenibilidad, Zriser, la sociedad inversora de los hermanos Ana y Pablo Serratosa, ha certificado los dos primeros edificios LEED EBOM Platino en Valencia, propiedad de Zriser. Se trata del edificio Alfahuir 45, con más de 5.000 m2, y el edificio Mediterráneo, con una superficie de 11.600 m2. Además del edificio Albereda, que ha obtenido la certificación LEED EBOM Gold.
"En Zriser creemos que la sostenibilidad debe impregnar la toma de decisiones desde la raíz, y una de las mejores formas de hacerlo es integrar los criterios ESG en el radar a la hora de analizar inversiones. El compromiso de invertir a largo plazo, nuestra alineación de intereses como family office, y la incorporación de los valores de sostenibilidad al portfolio, son sin duda una combinación ganadora para consolidar el patrimonio familiar", destaca Pablo Serratosa, presidente de la compañía.
Este certificado LEED EBOM califica edificios existentes, su operativa y mantenimiento sostenible. Para ello, considera aspectos como la eficiencia energética, los consumos de agua, la calidad del aire interior, la gestión de residuos o la experiencia del usuario, para medir el rendimiento del edificio, a través de un enfoque de ciclo de vida de este.
"Hasta la fecha, Valencia solo contaba con tres edificios de oficinas con certificación Leed, todos ocupados al 100% y con rentas hasta casi un 20% superiores a las de los edificios en la zona", destaca José Ángel Sospedra, senior director de CBRE en la zona este de España. A su juicio, este paso de Zriser "marca el camino a seguir en València" para aportar valor y actualizar el actual stock en un momento de alta demanda de empresas por instalarse en València.