Hoy es 7 de octubre
VALÈNCIA. Quedan todavía más de dos meses para el estreno de La flauta mágica en el Palau de Les Arts, pero el montaje dirigido por Graham Vick y coproducido con el Festival de Macerata (Italia) ya ha comenzado a generar controversias entre los profesionales de la industria. En concreto, las voces discordantes vienen desde la Associació de Professionals de la Dansa de la Comunitat Valenciana y la Associació d’Actors i Actrius Professionals Valencians, quienes lanzaron este viernes un comunicado en el que denuncian que la producción operística vaya a contar con 60 voluntarios como participantes durante la representación, una iniciativa que en su momento se presentó como una forma de aproximar el trabajo de Mozart al gran público.
“Esta búsqueda de figurantes ha causado un notable malestar en el sector de las artes escénicas por el hecho de pedir expresamente participantes ‘no profesionales’ y por ser no remunerada, a pesar de que en sus bases advierte de exigencias puramente profesionales”, subrayan desde las asociaciones. En concreto, según lo recogido en la web de Les Arts, los participantes deberán realizar ensayos diarios desde el 2 de noviembre -fines de semanas incluidos- y actuarán en las 6 representaciones programadas: 1, 4, 7, 9, 13 y 15 de diciembre. En este sentido, cuando el centro cultural anunció la convocatoria señaló que se trataba de “una manera de difundir y acercar la ópera al gran público” y apuntaban a que la iniciativa se estaba llevando a cabo con un fin “social y cultural”. Sin embargo, tanto la APDCV como la AAPV aseguran sentir “más que serias dudas sobre este mismo objetivo” y critican que desde la organización del auditorio no se hayan dado más explicaciones al respecto.
En la misma línea, afirman que no es la primera vez que sus asociados reciben información “sobre prácticas alegales o, como mínimo, reprochables por parte del Palau de les Arts en cuanto a las condiciones de contratación de bailarines y, sobre todo, figurantes”. “Este tipo de conflicto laboral entra de pleno en las competencias de la APDCV i AAPV, puesto que tienen como una de sus finalidades últimas, la defensa, representación y promoción de los intereses económicos, sociales, profesionales y culturales de sus asociados”, añaden. Desde esa perspectiva, ambas entidades aseguran sentirse “en la obligación de manifestar nuestro malestar ante el hecho de que una institución pública como Les Arts haga una convocatoria pública en estos términos”. Así, subrayan que cuando “un trabajo escénico tiene exigencias como cualquier lugar laboral (asistir a los ensayos y participar de las representaciones aprendiéndose su papel en cada escena y desarrollándolo los días de función)” no puede desarrollarse “sin remuneración”.
Ambas asociaciones consideran, por tanto, que con la iniciativa del coliseo valenciano “se están dejando de cubrir puestos de trabajo que tendrían que ser realizados por profesionales en condiciones laborales dignas, además de estar lanzando un mensaje peligroso a la ciudadanía no remunerando la labor a la gente a quien se le ofrece realizarla y despreciando el trabajo escénico”. “Dentro de nuestro objetivo de velar por el reconocimiento lleno y el prestigio de la profesión, denunciamos esta práctica”, prosigue el comunicado, en el que se recoge que la situación resulta “más grave” por el hecho de que nazca “de una institución pública”. Por último, desde ambas entidades instan “a la institución competente” a negociar las futuras condiciones de los diferentes roles “que pueden desarrollar los profesionales de las artes escénicas en general dentro del ámbito operístico”.
Desde Les Arts niegan la mayor e indican que no se trata de figurantes, ya que no se les pide requisitos o habilidades especial ni deben pasar ningún casting. “Este teatro se ha caracterizado, desde su inauguración, por el máximo respecto a los profesionales del sector artístico y por su apuesta por la excelencia escénica de la mano de las más destacadas figuras nacionales e internacionales. A esta excelencia, ha contribuido la contratación laboral de figurantes profesionales seleccionados y seleccionadas con los más estrictos criterios, como ha ocurrido con el personal de nuestra producción de Turandot, que estrenaremos el próximo 17 de octubre”, indica el Director General de la entidad, Francisco Potenciano, en un documento al que ha tenido acceso Cultur Plaza.
En ese sentido, señalan que la propuesta de La Flauta Mágica constituye una “invitación de Graham Vick a 60 ciudadanos y ciudadanas”, una iniciativa personal surgida del creador. De igual manera, subrayan que Vick es “conocido por su enfoque social y desarrolla desde finales de los 80, tanto en su propio teatro -la Ópera de Birmingham- como en otros destacados centros operísticos y festivales que visita, iniciativas para aproximar e implicar a todos los públicos en la realidad operística y devolverle así su carácter reivindicativo y popular”. De igual modo, recuerdan que esta actividad participativa ya llevó a cabo en las representaciones de la pieza de Mozart que director británico puso en marcha en Macerata. Para los responsables de Les Arts, Vick busca ahora establecer “un verdadero diálogo” con los habitantes de València “además de involucrar a personas habitualmente ajenas a esta disciplina, que él considera patrimonio de todos los seres humanos”. Así, subrayan que siempre “a petición” de Vick, el teatro cursó dicha invitación “a todo aquel que quiera vivir una experiencia única con la ilusión como único requisito”.
Los responsables de Les Arts ya habían hecho llegar a Vick el malestar generado en el sector. Como respuesta, el inglés ha remitido una carta que ha podido consultar Cultur Plaza y en la que se señala que su voluntad era realizar “una acción social para establecer una vía de conexión entre el Palau y la ciudad, una invitación dirigida a cualquier persona gracias a un acto de puertas abiertas (sin audición, sin necesidad de poseer una formación, sin evaluación), que brinda la oportunidad de conocer los entresijos creativos de una ópera, a la vez que se aportan las propias historias y se escuchan las de otros”. Así, el director defiende que la suya es “una oferta de total inclusión destinada a aquellos colectivos a los que cuesta involucrar en este tipo de espectáculos” y cuya realización conlleva “una mayor flexibilidad de nuestras normas”. Al respecto, Vick reivindica que para los profesionales del sector, trabajar con los ciudadanos es un reto que merece la pena asumir”.
Como referencias, Graham Vick cita dos películas “que poseen una tensión creativa similar: La batalla de Argel, de Gillo Pontecorvo, y El árbol de los zuecos, de Ermanno Olmi”. Según el responsable de la Ópera de Birmingham, en ambas producciones, “casi todo el elenco está compuesto por ciudadanos locales, actores no profesionales. Esta fusión de la materia prima con la sofisticación artística -en ocasiones excesivamente oscura- es el eje de este viaje”. Como recuerda, “todo comenzó en una agitada ciudad de provincias italiana y su alcance ha tenido un hondo calado en su población. Estoy deseando desarrollar un trabajo que nos implique con las experiencias de los ciudadanos de Valencia y también estoy impaciente por ver a dónde nos llevan sus historias”. “Es el momento de abrir nuestras puertas, nuestras mentes y nuestros corazones”, resume Vick. El pasado verano, esta misma producción de Vick fue objeto de un gran debate entre la sociedad italiana no por la inclusión de aficionados, sino por su defensa de la multiculturalidad en el contexto de la actual crisis migratoria que atraviesa el país. En ese caso, la participación ciudadana se vehiculó a través de una “acampada popular” que ejercía de elemento disruptivo frente a lo que sucedía en la escena.