Ni por asomo te abandonamos en agosto. Te dejamos un buen surtido de ideas para saciar tu hambre de hedonismo
VALÈNCIA. Esto no es un adiós, sayonara, goodbye; es un hasta pronto, arrivederci, au revoir. Nos vemos pronto. El hedonismo se va de vacaciones, porque de lo contrario no haría honor a su nombre. Toca beber y comer, descansar y procrastinar. Dejarse mecer por las olas del mar, rendirse al letargo de las tardes de agosto y terminar brindando en el crepúsculo del estío. Se trata de vivir, para después poder contar nuestras vivencias, ¿cómo si no?
Ha sido una temporada insólita, que no habríamos imaginado ni en nuestro peor sueño, ni en la mejor de las pesadillas, y jamás se nos habría figurado despiertos. Y a pesar de todo, ha sido una temporada bella. En la que hemos comprobado que, sin prescindir de la mascarilla, podíamos seguir asomándonos al balcón y contándote historias; que las historias eran más necesarias que nunca. Hemos seguido situando la comida en el centro mismo de la vida.
Algunas cosas siguen siendo como eran, y de repente se nos ha acontecido agosto. Pues lo dicho, toca detenerse. Pero ni siquiera durante las vacaciones te dejaremos solo. No vamos a permitir que pases hambre de hedonismo, y por eso hemos preparado esta recopilación de platos: 31 ideas para 31 días. Por supuesto, a cargo de 31 amigos, periodistas del medio, gastronómos empedernidos o restauradores generosos, que están dispuestos a compartir contigo los recuerdos de su infancia, los secretos de sus viajes y muchos planes de futuro.
Te dirán el qué y te dirán el dónde, con fotografías de su propia cosecha y teléfono móvil, para que tú decidas cómo de lejos quieres hacer el viaje. Hay platos de la ciudad de València y sus pedanías, pero también repartidos por las provincias de la Comunitat y otros puntos de España, que serán los destinos predilectos de estas vacaciones. Como bonus, alguna propuesta internacional. Vamos desde lo más cercano -habrá mucho de esto cuando regresemos- hasta los confines, que ahora quedan lejos, pero volveremos a conquistar.
1) Jesús Terrés, director de Guía Hedonista - Tellinas en Anyora Bodega
"El verano -como las cosas importantes- es un recuerdo que ya está pasando, una cama a medio hacer, memoria urgente: las sobremesas frente al puerto en Els Pescadors (Llançà), un casete con Screamadelica de Primal Scream, el viaje desde casi siempre hasta el Faralló o Preludios y nocturnos de Neil Gaiman en 'Sandman'. Pero aquí hemos venido a hablar de gastronomía así que aquí va el plato que cobija todas mis infancias y todas mis playas: las tellinas. Me vuelven loco pero es que este plato (por ejemplo, en Anyora) lo tiene todo: es urgente, fresco, salino y pegadísimo a la temporalidad. Es tan irrelevante (nunca nadie lo elegiría como el plato de su vida) como un suspiro, pero es que así debe ser el verano, ¿no?"
2) Paula Pons, hedonista - Sardinas de Pescadería Viki en el Mercado Rojas Clemente
"Uno de esos viernes de agosto en lo que tengo que trabajar, uno de esos en los que el sol cae a plomo y la mente ya está en modo off antes de fichar, me escaparé un poco antes de la oficina y me iré al mercado de Rojas Clemente. Esta vez entraré directa hacia Viki, unas de las dos pescaderías del mercado (que provee a Rausell, Arrels o Ricard Camarena), intentando pasar de largo ante las increíbles aceitunas kalamatas de Manuela (seguro que acabaré cayendo). Pediré tres docenas de sardinas frescas que me llevaré a la casa de Alcossebre. Esa noche, a esa de las 20:30, con la primera cerveza, encenderé la leña para las brasas y al cabo de unas horas, colocaré con cuidado las sardinas en la parrilla. Diez minutos después estaré frente a una mesa grande, rodeada de tíos, primos, hijos, madre y marido, muerta de la risa mordisqueando las sardinas y chupándome los dedos manchados de la grasa de este pescado humilde y sabroso. Ahora sí que es verano".
3) Esther Cerveró, periodista - Atún del ronqueo en Tavella
"Con este plato celebré mi cumpleaños este verano. Brutal, muy jugoso, con ese punto único que le dan las brasas. Como habían hecho el ronqueo allí, a la vista de todos los comensales, también estaba muy fresco. Hacía tiempo que le debía una visita a Pablo Chirivella y decidí que la ocasión más apropiada era con mi marido y mis hijos, en una fecha especial".
4) Maje Molla, gastrónoma: Mosquitos de mar en Bar Aduana
"Atardecer de un día entre semana del mes de agosto. Arreglada pero informal, y con toda la noche por delante porque empiezan las vacaciones, lo celebro con una copa de vino blanco y un plato de mosquitos de mar en el Bar La Aduana. Para mí es el plato que marca el inicio de las vacaciones, con cero preocupaciones. La fiesta cerca, pero lejos. Y València en calma".
5) Vicent Molins, hedonista - Pepito de titaina en Bar Mistela
"El pepito valenciano, de titaina, como bocado iniciático de los veranos. El fin de curso en el colegio siempre venía acompañado de una cena popular en el patio, pepitos para todos y algún plan diabólico por venir. El pistoletazo de salida. Me gusta el de Bar Mistela, bien rebozado y de tamaño épico. Y el del Horno Estellés, en su versión de bolsillo".
6) Nicola Sacchetta, sumiller - Pizza al metro en Viva Napoli
"Está en mi barrio, el Canyamelar, y cerca de la playa. Puedes disfrutarla en su terraza, o llevártela para comértela sentado en la playa, mirando al mar. El dueño, Giuseppe, trabajaba en Ruzafa junto a uno de mis mejores amigos. Cuando abrió la pizzería, le visitamos para apoyarle y fue amor primera vista. De verdad, no lo diría si no lo pensara. Además, creo que es el único sitio de València donde hacen la pizza al metro".
7) Marcos Robles, gastrónomo - Bocadillo de jamón y queso en Agustín Rico
"Pues para mí, un plan que sí o sí recomiendo este verano, y que ya hice el anterior, sería pedir un bocadillo de jamón, queso y aceite (sin más) en Agustín Rico. Buen pan, buen fiambre: no hay más misterio. Para completar la experiencia, me gusta irme a la playa de La Patacona, o a la Marina Sur, para comérmelo mientras disfruto del atardecer en el mar".
8) Kike Taberner, fotógrafo - Hummus y falafel en Kukla
"Creo que una noche me volveré a pasar por Kukla, me sentaré en la terraza a la fresca y me pediré su hummus tradicional y un falafel. Para beber, una cerveza artesanal bien fría, y a disfrutar de una noche de verano como hace años, por suerte o por desgracia, no teníamos en València. Porque si no, la misma cerveza caería en el chiringuito de Alcossebre".
9) Fernando Miñana, periodista - Tarta de queso de Solaz en el Mercat Central
"Está de muerte, se la hace Ricard Camarena -él y Paco Solaz son amigos, y de vez en cuando se van a correr juntos- y puedes elegir entre diferentes coberturas (chocolate, mermelada...). A mí me gusta a pelo, sin nada. Como es verano, no hay mucha gente en el Mercat Central y se agradece pasear sin tumultos. Encima se está fresquito".
10) Sisko Estellés, periodista - Arroz verde de mar en La Ferrera (Pinedo, Valencia)
"Se ha convertido en uno de mis clásicos, y no puedo pasar un verano sin disfrutar del arroz verde de mar con algas, corvina y berberechos, que elabora Chabe Soler en su restaurante. Es un arroz intenso y original, que es mar en boca. Para maridarlo me decanto por Huella de Merseguera, un monovarietal de las bodegas Vegamar que le sienta como anillo al dedo, mientras disfrutas de una relajada experiencia gastronómica con vistas al mar de Pinedo".
11) David Blay, periodista - Paella en Lahiver (El Saler, Valencia)
"Hemos asistido a la incertidumbre de no saber si podríamos movernos más allá de 50 km a la redonda. Y nos hemos obligado a mirar a lo cercano, descubriendo en muchos casos joyas que nos pasan desapercibidas por fijar la vista en viajes lejanos. Por eso elijo tomarme una paella que sabe a mi infancia (y tiene el precio y la calidad de esos años) en la terraza de Lahiver, un restaurante con más de 30 años de trayectoria en La Devesa del Saler, un lugar donde es posible respirar el olor a bosque, a tan solo 10 minutos de la ciudad".
12) Lidia Caro, hedonista - Escabeche en Napicol
"Mi plato y plan del verano es ir a donde Chemo Rausell a qué Ana traiga a la mesa uno de esos escabeches finísimos que solo se hacen en Napicol. A veces sardina, otras atún, y siempre ese entorno privilegiado. Anselmo, resérvame una mesa que mire a l’Horta".
13) Olga Briasco, hedonista - Hamburguesa en La Más Bonita (Alboraia, Valencia)
"El verano es mar y esa cerveza bien fría en un chiringuito a pie de playa, mientras planeo la próxima huida y comparto risas. En La Más Bonita de la playa de la Patacona, siempre me debato entre el Club Sandwich y la Burguer LMB; no necesito más para ser feliz. La vida hay que vivirla sin prisas, saboreando cada instante, y más si estás junto al Mediterráneo".
14) Diego Olbiol, diseñador - Figatells en Bar Poma (Bellreguard, Valencia)
"En un verano con la mirada puesta en lo cercano y lo acotado, cobran valor los planes sencillos y con equipaje ligero. En mi caso, en mis escasos días de vacaciones por la Safor—recuerden, los autónomos solo cambiamos de escenario— quiero volver a tener seis años. Y aunque sea sin el Simca 1200, con la tapicería de skay y las cintas de Serrat, será en en el Bar Poma, en Bellreguard. Allí podré 'volver’ como la primera vez a unos figatells (¡nuestra protohamburguesa!) y, por descontado, a unas coques de dacsa. Back to the roots!"
15) Alejandro García (Casa Montaña): Pericana en Pitxó (Moixent, Valencia)
"Siento debilidad por Ca Pitxó, de Ana Calatayud, en el interior de la provincia de Valencia. Es un plan perfecto para el final del verano, porque abren a partir del 22 de agosto, y por las noches se disfruta del fresco en el jardín. La combinación ideal es visitar el poblado íbero, recorrer la bodega de Celler del Roure y, después, a unos pocos kilómetros, detenerse en esta masía rehabilitada para disfrutar de la gastronomía local. Generalmente, preparan platos contundentes, como arroces y gazpachos, pero en verano destacaría su ajoblanco y, sobre todo, la pericana: una salsa típica de Alicante, con aceite, pimiento seco y capellanes".
16) Belén Solaz (Hostelería Valencia) - Pizza en Toni (Puebla de Farnals, Valencia)
"Este verano me quedo por aquí. Seguro que voy a ir a la bodega La Aldeana 1927 de mi buen amigo Alfonso García. Un cremaet de bravas con una cerveza bien fría es un buen plan para empezar las vacaciones. Quiero volver a comer la tarta de queso azul de Farcit, que es el primer sitio que visité después del confinamiento. Y no hay verano sin pizza en Toni, en la Puebla de Farnals. Es un clásico: sus pizzas me saben a verano, a mar y a vacaciones. Mi preferida es la Toni, que además se sirve doblada al estilo calzone, con atún, anchoas y jamón. Este verano hay que redescubrir Valencia y disfrutar de nuestra hostelería 'D'AÇÍ'.
17) Héctor Molina, agricultor - Escalivada en Hotel Voramar (Benicàssim, Castellón)
"Los veranos son para mí, en gran medida, los días en Benicàssim. Y una vez allí, el lugar por antonomasia es el Hotel Voramar, con su rebautizado restaurante aMar, que tiene las vistas de playa más bonitas de la comarca. El escenario invita a disfrutar de cualquiera de sus pescados o arroces, pero la comida suele empezar con entrantes y, este año, me quedo con el 'tomate’ de escalivada ahumada con romescu y polvo de anchoa. Me teletransporta a los veranos de Vila-real y al plato que no faltaba ni una semana en la mesa de mamá".
18) Eva Mañez, fotógrafa - Arroz al horno en Forn de Tonico (Alcossebre, Castellón)
"Para mí, un verano es de verdad cuando consigo desconectar un día, al menos, en las playas de la Sierra de Irta. Ir de cala en cala por la pista de tierra, hacer snorkel y poder disfrutar de ese pequeñito pedazo de Mediterráneo casi virgen que nos queda en la Comunitat. Y para comer, el Forn de Tonico, en la carretera de Alcalá de Xivert. Es un restaurante maravilloso, ubicado en un chalet, donde entre parras y palmeras, a la sombra pero con vistas al mar, te puedes comer unas cocas tradicionales o un arròs al forn que quita el sentido. Dicen que es el mejor de Castellón, tres generaciones de forners así lo avalan".
19) Kiko Vidal (Comer, Beber, Amar) - Ceviche en Hotel Hey (Peñíscola, Castellón)
"Todos los veranos trato de reecontrarme con Verónica y Antonio, grandes profesionales y mejores personas, propietarios de El Restaurant, en el Hotel Hey. Mi recomendación es sentarse a la mesa y disfrutar del ceviche de lubina y mango, que está espectacular y muy fresquito. Se pude acompañar de un Clos Corví Riesling, que le va estupendo, y no puede faltar la tarta de queso. Todo esto, aliñado con la brisa marina y el rumor del mar".
20) Maje Martínez (Mediterránea Gastrónoma) - Espardenyes de Chuanet (Benicarló)
"Las espardenyes (o pepinos de mar), son un motivo, o mejor, una excusa perfecta para desplazarse a Benicarló cualquier día de este verano. Chuanet es un restaurante familiar, con una espectacular terraza, bodega para disfrutones y la Lonja de Benicarló como aliada. Este verano cumplen 35 años y lo van a a celebrar con algo especial, así que habrá que estar atentos. Como recomendación, maridan genial con los famosos langostinos de Benicarló".
21) Raisa Gallegos, hedonista - Pad thai en Monsoon Thai (Xàbia, Alicante)
"Es un clásico familiar. Un verano no es verano sin pasear por las calas de Jávea y sin tomar el mejor Pad Thai de la Comunitat. Cuando mi familia huye hacia allí de vacaciones, no fallo aunque sea un par de días, y todos sabemos cuál es la visita imprescindible. Monsoon Thai es un restaurante a pie de playa que sirve la mejor comida tailandesa, después de la propia del país. Es como dar un viajecito rápido por Bangkok. Los platos son potentes, así que el plan puede incluir un par de horas de paddle surf para no dejar ni un tallarín en el plato".
22) Rafa Viguer (Samare) - Pulpo seco de Dénia en Casa Benjamín (Dénia, Alicante)
"Evoco los paseos por la cala de Las Rotas, con el pulpo secándose al sol en los chiringuitos y sombrajos de pescadores. Una ración y buen vermú. Qué recuerdos en Casa Benjamín".
23) Nacho Lurbe (Unipro) - Lasaña en Brel (El Campillo, Alicante)
"Cuando pruebo un plato que me marca, lo quiero compartir con mi mujer y mi hija. Este verano las llevaré a Brel a probar su lasaña. La receta de Gregory Rome no tiene nada que ver con la tradicional. Consiste en una pasta de wantong frita, carne de vaca vieja, bechamel de Torta del Casar, kikos, rúcula salvaje y aceite de albahaca. Está impresionante".
24) Xavi Moret, redactor jefe en Valencia Plaza - Tortilla cremosa en O Muíño Vello (Redondela, Pontevedra, Galicia)
"Ningún verano mejor que este para acudir al reencuentro de momentos que nos hicieron felices. El que recuerdo aquí llegó por sorpresa, a la orilla de un arroyo semiescondido de Redondela. En uno de sus recodos extiende sus mesas y bancos de piedra O Muíño Vello, un antiguo molino reconvertido en un mágico lugar de tapeo. La carta no sorprende, no hay necesidad de alharacas: excelente producto local tratado con mimo. Marisco fresco, vino turbio en cuenco de barro y una tortilla de patatas cremosa digna de hacerla la ola".
25) Estefanía Pastor, periodista de Valencia Plaza - Pulpo a feira en O Candal (Fonsagrada, Lugo, Galicia)
"Vivimos un año extraño, en todos los sentidos. Aquellos que aún estamos esperando las vacaciones, ni siquiera sabemos qué pasará de aquí a entonces y si nuestros planes podrán ejecutarse cual canícula sin pandemia. Partiendo de esta base, lo cierto es que el plato con el que imagino mi verano nace más bien del deseo que de la seguridad de que podré catarlo. Últimamente, si pienso en felicidad me viene a la mente comer pulpo en Fonsagrada, un pueblo de Lugo por el que pasa el Camino Primitivo (una de las variantes del Camino de Santiago). Allí espero estar a finales de agosto, concretamente en O Candal, uno de los locales más conocidos de la zona. Pulpo, aceite de oliva y pimentón -sin más pretensiones- como símbolo de felicidad absoluta, tras más 160 kilómetros a cuestas desde Oviedo".
26) Javi Revert, viticultor - Pescado a la brasa en Güeyu Mar (Vega, Asturias)
"Mi plan para este verano 2020 es coger la furgo y poner rumo una playa salvaje situada en el pequeño pueblo de Vega, a 7 kilómetros de Ribadesella (Asturias). Acampar y disfrutar de uno de los templos del producto de nuestro país, como es Güeyu Mar, restaurante dirigido por Abel, maestro de la brasa que prepara los mejores pescados y mariscos del Cantábrico".
27) Victoria del Hoyo (Casa Victoria) - Oreja de cerdo en Casa Rosita (Mira, Cuenca)
"El verano te devuelve a la infancia, con recuerdos de toda una vida. Despertar al cobijo de una parra, dormir con el sonido del grillo y la chicharra, viajar con el coche a reventar, beber cerveza con gaseosa en el porrón o agua fresca del botijo. Mis recuerdos se sitúan en un pequeño pueblo en la Serranía Baja de Cuenca. No nací allí, pero es el lugar al que regreso cada verano y que hoy siento como mi pueblo. Hablo de Mira. Allí me pido una tapa, o dos, de oreja de cerdo a la plancha, con picado de ajo y perejil. Lo hago en Casa Rosita, antiguo Hostal Terradez. Dicen que uno siempre vuelve a los lugares donde fue feliz".
28) Dulce Iborra, periodista - Musclos y ostriones en Musclarium (Sant Carles de la Ràpita, Tarragona)
"Es un chiringuito en el Delta del Ebro, dentro de la bahía de San Carlos, situado sobre la mejillonera número 3. Solemos ir con el barquito -puedes ir en el tuyo o con el que sale de la bahía- a eso de las 12.30 horas y pedimos el aperitivo, que incluye musclos (clotxinas de aquí), ostrion (ostra del Delta del Ebro) y cava catalán. Todo como menú, por 17 euros".
29) Joan Ruiz ('Esmorzaret') - Bravas en Ca's Batle Negre (Banyalbufar, Mallorca)
"Un plan imprescindible si en verano estás por Mallorca es un bañito al atardecer en la cala de Banyalbufar, para luego cenar en Ca’s Batle Negre un buen pa amb oli y unas bravas en su más pura esencia. Las de aquí son simples, crujientes y picantes".
30) Manu (Vidas Cruzadas): Caldereta de bogavante en Bodega Barahona (Ses Salines, Mallorca)
"Decidir un plato de la interminable lista de gastronomía balear es muy difícil, pero un plan imprescindible es darte un baño en Es Trenc, entre blancos arenales, vegetación y aguas perfectas, para luego saborear esa caldereta de bogavante en Bodega Barahona 'Casa Manolo', en Ses Salines. Esa sopa de pescado, donde se integra las llescas de pan de payés duro, es insuperable. El día puedes acabarlo comprando queso mallorquín y sobrasada artesana en Formatges Burguera, en la misma explotación. Ses Salines es un lugar donde es imposible no regresar siempre que puedes. Pasé allí mi infancia. La cocina son recuerdos".
31) Edu Torres (Molino Roca): Dorada en espeto en La Milla (Marbella, Málaga)
"Sí o sí, en verano hay que probar un pescado hecho al espeto. En mi caso, una dorada de Barbate. Son famosas las de Milla, en Marbella, provenientes de esteros naturales, donde se alimentan con langostinos, camarones y algunos peces pequeños que se meten en las piscinas cuando sube la marea. Luego se preparan según una tradición de espeto que pasa de padres a hijos, con la leña encima por derecho. Un bocado y, de repente, vacaciones".
Marta Moreira, hedonista - Bacalhau en Açude (Ponte de Lima, Viana do Castelo. Portugal)
"Hace ya muchos años que mi familia sigue fiel a una tradición: la excursión anual a Ponte da Lima, un pueblo de origen medieval del Norte de Portugal que es una maravilla. Somos muchas personas, y no siempre es fácil coordinar todas las agendas, por eso es una tradición que tratamos de preservar. Reservamos en el restaurante Açude una de las mesas con vistas al río, y allí siempre "caen" los mismos platos: pataniscas de bacalhau (parecido a los buñuelos de aquí, pero más densos); bacalhau com broa (se cocina con migas del tradicional pan de maíz); y bacanhau à lagar (la especialidad de la casa, que es la versión a la brasa más sencilla). La excursión culmina siempre con una visita al Festival Internacional de Jardins, que se encuentra a menos de 100 metros del restaurante, y un chapuzón en el río, seguido de una merecida siesta en las laderas de césped que bordean el río".
Luca Bernasconi: Canederli con speck y setas en Fuciade (Moena, Trento. Italia)
"Para mí, la ilusión en verano cuando subo a Dolomitas es tornarme un plato de canederli, típico de la zona del Alto Adige. Son bolitas estilo gnocchi (más grandes), a base de pan y huevo, que pueden ir con o sin caldo. Y aunque hay muchas recetas, la que más me gusta es con speck y setas, una delicia. Mi restaurante favorito de la zona es el refugio Fuciade. Entorno mágico, con vista a unas de las cumbres más bonitas de las Dolomitas y bodega selecta. Imprescindible".