Aittor Sobradelo Querol (Alumni ESIC): “El regalo definitivo fue hacer el Executive MBA”

VALÈNCIA (VP). Actualmente estás en Encamina como responsable de RRHH, ¿cuál es tu experiencia?

Mi experiencia profesional comienza en el mundo del retail, en atención al cliente y ventas; aprendiendo procesos, desarrollando sensibilidad por objetivos y resultados, trabajando en equipo y adquiriendo competencias de atención al cliente que tanto curte.

¿En qué empresas has desarrollado tu carrera?

Recuerdo dos puntos reseñables a lo largo de la etapa pre-ESIC; uno fue mi paso por Deloitte, en un departamento de selección, no solo para perfiles in-house sino también llevando a cabo proyectos de outsourcing de perfiles internacionales para otras empresas. Aquí aprendí a trabajar con agilidad, con una estructura, con procesos rigurosos y deadlines ajustados. El otro punto clave fue trabajando en un proyecto internacional para Massimo Dutti (INDITEX), llevando los altos estándares de trabajo consolidados de nuestras tiendas en la península a un par de franquicias que la marca había readquirido como propias. En esta experiencia fue cuando me fascinó la labor del perfil de RRHH generalista, con quien trabajábamos muy alineados.

¿En qué momento decides hacer un máster? 

Fue en ese momento, a la vuelta del proyecto internacional, convencido de que mi camino estaba en el mundo de los RRHH, enfocado a convertirme en un perfil generalista. El Máster en Dirección de Personas y Desarrollo Organizativo MDPO me abrió los ojos en cuanto al potencial que tiene el campo de los RRHH. Ignoraba mucho más de lo que conocía. Pero el regalo definitivo fue hacer el Executive MBA y dar un salto de nivel; construir un glosario y disponer de perspectiva sobre la orquesta que supone un modelo de negocio. Es de este tipo de experiencias que no tienen retorno. Te prepara un terreno fértil y siembra la semilla de algo chulo: una perspectiva profesional de largo alcance.

¿Por qué en ESIC? 

ESIC era por unanimidad la escuela recomendada, si lo que esperaba era una formación de calidad con la que efectivamente hacer palanca. Y ese era exactamente mi propósito. Además, que estudiar en ESIC supusiera una inversión importante para mí, fue determinante para asumir con entrega el nivel de compromiso que necesitaba para dar un salto.

Qué supuso tu paso por ESIC 

Supuso el ‘hacerme cargo’. Un punto de giro en lo que venía siendo un esperar que las cosas pasen y pasar a trabajar proactivamente para que así sea. Un entorno de trabajo con compañeros y profesores de nivel como el que proporciona la escuela es como una inyección de vitaminas. Es imposible bajar la guardia. Entre todos se crea una inercia enérgica y los meses que dura el Máster transcurren volando.

¿Qué destacas de ti que no aparece en el CV? 

Yo creo que, de una forma u otra, siempre he creído que debía enfatizar mi voluntad por alinearme con el propósito de la organización de la que formo parte y con su forma de hacer las cosas, y entiendo que esto conecta con competencias como la voluntad por aprender movido por la curiosidad, de mimetizarme con su cultura, de asumir el compromiso y de ser proactivo llevando a cabo las responsabilidades que se esperan de mí en el puesto.

Ahora que estás al otro lado, ¿qué competencias valoras para incorporar personal al equipo?  

Esta pregunta me parece muy interesante. Lo cierto es que de entrada busco las competencias que necesita la organización que represento y trato de no entrar en valoraciones movido por mis preferencias. Esto como principio general; ahora bien, lo cierto es que tengo la fortuna de sentirme muy alineado con los valores de mi organización. Nosotros valoramos la proactividad, la capacidad de adaptarse al cambio, el tener un espíritu colaborativo, el ser responsables y abrazar la misión que venimos a desempeñar, entre algunas otras. Muy especialmente también las habilidades técnicas, teniendo en cuenta que somos una consultora tecnológica.

Qué consejo le darías a tu “yo” de hace 15 años 

¡Ostras! ¿De hace 15? … pues le diría: “sigue tu instinto y abrázalo intensamente, con convicción; no importa si ahora parece tener sentido o no”. Aunque si me escuchara un mensaje tan potente como ese, es posible que en aquel momento no me hiciera caso, ¡por precaución!