Antes de que el Cabanyal empezara a ser un barrio cool para los modernos, antes, mucho antes, estaban las anchoas de Guillermo
Algunos afortunados aún conocimos el primer local de Casa Guillermo en la calle José Benlliure, aquella barra y aquel pequeño bajo donde uno todavía podía intuir a Guillermo y a Carmen vendiendo vinos y licores a granel y limpiando a mano las anchoas que introducirían más tarde. Casa Guillermo fue junto a la bodega Casa Montaña el primer contacto que muchos de nosotros tuvimos con el barrio de El Cabanyal. Era (y sigue siendo) un referente en Valencia. Sus anchoas del Cantábrico siguen siendo un refugio seguro al que acudir cuando estamos hartos de cocina fusión y demás inventos del siglo XXI.
Casa Guillermo acaba de cumplir 60 años. Ahora es Amparo, su hija, la que lleva las riendas. Se mudaron a un local más amplio y más bonito, pero las anchoas siguen ahí, igual que cuando las preparaba Guillermo, junto con la morcilla de Toribio de Chirivella, las habas cocidas más de 5 horas con laurel y jamón ibérico o la titaina de bonito del norte customizada con extra de piñones.
Pocas tabernas han sabido mantener el sabor de la tradición durante tantos años. Ojalá 60 años más.