VALÈNCIA. La forma de vivir que conocíamos pre-coronavirus tardará tiempo en volver. Es una cuestión que parece asumida por todos. Ahora, el debate de si debemos volver a la vida social con las mismas costumbres de tiempos que ya parecen lejanos está sobre la mesa. ¿Besos? ¿Abrazos? ¿Mascarilla? Y es este último complemento el que se ha convertido en un objeto paradigmático en la era del coronavirus y que, con toda probabilidad, será necesario incorporar a nuestras vidas en la era post confinamiento.
Y así lo ha visto la empresa valenciana Closca, liderada por Carlos Ferrando, quien ha querido hacer de la mascarilla un símbolo de los tiempos que vivimos y seguir captando clientes que sean conscientes de sus actos como parte de un cambio cultural. Con este mensaje ha lanzado a la venta Closca Mask, un mascarilla que recuerda a su botella transportable, tanto en colores como en diseño.
La mascarilla -ensamblada con los requisitos de protección FPP2- tendrá un coste de 20 euros y, por cada venta, Closca donará cinco mascarillas sanitarias a los colectivos más vulnerables que se sumarán a las más de 2.000 que ya ha repartido. Ésta es lavable y reutilizable e incluye 6 filtros desechables que se insertan evitando el contacto directo con la cara y la piel, lo que permite aumentar la durabilidad.
El diseño es ajustable al tener cierre de velcro, además de plegable, e incluye una bolsa para guardarla en una estética y packaging que recuerda a la de todos sus productos. "El planeta nos está hablando, en realidad lo lleva haciendo durante muchos años, pero esta vez lo ha hecho con una voz más fuerte: nos ha hecho desconfiar del aire que respiramos", reflexionan desde Closca.
Con el pensamiento de que la transformación del aire que respiramos está en nuestras manos, han enmarcado este icono dentro del movimiento #MaskOn, con el que se busca aportar un granito de arena para acabar con la crisis global del Covid-19 y no solo eso, sino hacer frente a otro de los problemas más graves de nuestro tiempo, la contaminación ambiental de las ciudades que cada año mata a millones de personas.
"A pesar de que el coronavirus nos ha truncado el crecimiento que teníamos de acuerdos con grandes marcas mundiales, hemos decidido seguir creyendo en nosotros mismos", recalca Ferrando, quien insiste que en los momentos de adversidad se puede encontrar la conexión con las fortalezas en lugar de entregarnos al victimismo y la impotencia. Durante,
Un nuevo producto de la compañía que se une a su casco plegable Closca Helmet y a su botella transportable Closca Bottle, destinados a resolver problemas de la polución a consecuencia de la movilidad en ciudades y el exceso de consumo de botellas de plástico de un solo uso. La empresa valenciana ya ha obtenido el reconocimiento en el mundo del diseño con los Red Dot 2015 y Delta Oro 2016 mientras que sus productos han llegado a las tiendas de los museos MoMA y Guggenheim de Nueva York, del Centre Pompidou de París o del Victoria and Albert de Londres e incluso a protagonizar escaparates de Moleskine.