VALÈNCIA (EP). La Entidad Metropolitana de Servicios Hidráulicos (Emshi) ha logrado monitorizar alteraciones en el flujo del agua en su red de distribución en alta a través de fibra óptica, lo que supone "un paso de gigante" a nivel internacional hacia la gestión sostenible del agua. Esta tecnología aplicada al agua detecta fugas y fallos estructurales en las conducciones, localiza con máxima precisión el punto en el que se está produciendo la pérdida y es capaz de calibrar el alcance de la fuga, así como riesgos por actuaciones próximas a la tubería o incluso intentos de sabotaje o amenazas.
El proyecto, denominado Optifib, supone un "salto hacia adelante respecto a la eficiencia hídrica sin precedentes conocidos, pues hasta la fecha no existía un sistema fiable y económico que permitiera conocer de forma inmediata información de suma relevancia del estado de las redes de suministro de agua potable", según ha explicado la Emshi en un comunicado.
Si bien existen experiencias similares, se llevaron a cabo en tuberías de pequeño calibre y "no dieron el resultado esperado". Optifib empezó a gestarse hace dos años, cuando se iniciaron las pruebas experimentales realizadas en el banco de ensayos del depósito de la localidad valenciana de Albalat dels Sorells.
Recientemente, se llevó a cabo una prueba piloto en una tubería de gran diámetro (DN 600) de l'Horta Nord a su paso por el municipio de El Puig y el equipo de trabajo corroboró que Optifib, el sistema de optimización del rendimiento hidráulico en la red de agua potable en alta desarrollado mediante fibra óptica, funciona.
"En el contexto actual de estrés hídrico y escasez de agua es necesario establecer como prioridad la eficiencia hídrica en la gestión de agua", ha explicado Elisa Valía, presidenta de la Emshi. En su opinión, "no podemos mirar hacia otro lado y es necesario actuar ya, invertir en investigación y apostar por ella de verdad, pues sólo de ese modo podremos optimizar las infraestructuras hidráulicas y aportar para paliar los efectos del cambio climático".
En esta misma línea, Valía ha recordado que "vamos a tener que afrontar sequías más severas. De hecho, en España se prevé veranos mucho más secos con sequías extremas. Ante este panorama que es real, no podemos desaprovechar ni una sola gota de agua".
"La seguridad hídrica no es un tema menor y la gestión de hoy condiciona el mañana. Es crucial hacer un uso racional de los recursos. En la Emshi esto lo tenemos muy claro. Por ello, impulsamos proyectos con una mirada verde, a base de investigación, de ciencia y de sensibilidad con el medio ambiente", ha expresado Elisa Valía.
El sistema Optibib es especialmente interesante para la distribución de agua potable en alta, dado que está compuesta por tuberías de gran diámetro que forman una extensa red en la que localizar "con exactitud dónde están las posibles pérdidas de agua es de gran importancia para no desaprovechar un recurso tan valioso como es el agua potable".
De hecho, la red de tuberías del área metropolitana de València tiene más de 200 kilómetros. La intención de la Emshi es implantar la fibra óptica en las nuevas conducciones e instalarla en las tuberías ya existentes, lo que también plantea el reto de introducir el cableado sin necesidad de vaciar las enormes conducciones y, por lo tanto, sin que afecte al sistema de abastecimiento.
Los resultados de las investigaciones más recientes para sortear este último extremo también son muy positivos. Además, la Emshi ha abierto líneas de trabajo para ampliar la funcionalidad de implantar fibra óptica en su red de abastecimiento, tales como controlar la calidad del agua.
La monitorización en continuo basada en fibra óptica a lo largo de toda la red es uno de los proyectos que la Emshi pretende presentar a los fondos europeos de rescate para la recuperación económica y, de hecho, los incluyó en marzo en las expresiones de interés remitidas al Ministerio de Transición Ecológica con el fin de informar al Gobierno de las líneas de trabajo en las que tiene puesta la mirada la Emshi.
Optifib lo ha desarrollado la Emshi a través de Emimet, empresa gestora de la Emshi y de Global Omnium, con la colaboración del Instituto de Ciencia y Tecnología del Hormigón (ICITECH) de la UPV y la empresa FIBSEN, con ayuda de los fondos concedidos por la Agencia Valenciana de Innovación (AVI), que depende de la Generalitat Valenciana.