Un veto para utilizar subvenciones directas o vender deuda emitida por la CE sería un fuerte mensaje negativo para los mercados, según el economista
MADRID. Antes de ayer, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, presentó una nueva propuesta para un Fondo Europeo de Recuperación. Aunque la cantidad del fondo de 750.000 millones es menor que la anterior propuesta de Von der Leyen de un billón de euros, es superior a la iniciativa franco alemana de 500.000 millones.
A pesar de que se trata de un paso positivo para establecer un nuevo fondo de recuperación, ahora se desencadenará la polémica sobre el tamaño y la naturaleza del apoyo financiero de la UE a los países periféricos más afectados.
Los debates más candentes se centrarán en el uso de subvenciones, que no tendrán que ser devueltas, y en cómo reducir la impresión en ciertos países de que se trata de un próximo paso para mutualizar la deuda o incluso para una unión fiscal.
Seguimos esperando que los jefes de Estado se pongan de acuerdo sobre un fondo de recuperación por valor de unos 750.000 millones de euros que incluirá subvenciones y préstamos. Aun así, sigue existiendo un riesgo considerable de que países financieramente conservadores como los Países Bajos, Austria o Suecia bloqueen un acuerdo generoso.
El camino hacia un acuerdo final será difícil y podría asustar a los mercados de vez en cuando, ya que los diferentes parlamentos nacionales también tendrán que dar su asentimiento.
Un veto para utilizar subvenciones directas o vender deuda emitida por la Comisión Europea sería un fuerte mensaje negativo para los mercados financieros de que cualquier integración futura de la UE y la zona del euro está, al menos durante años, fuera de la mesa. Además, aumentaría la posibilidad de una mayor disociación entre el sur, más débil económicamente, y el norte, más fuerte.
Reto Cueni es economista senior de Vontobel AM