A pesar de la omnipresencia televisiva de los turrones de chocolate, de la moda yankee de las galletas de jengibre o de los bombones dorados que sirven los mayordomos, los dulces tradicionales resisten con dignidad. Bien es cierto que algunos como los panettones han venido desde Italia para quedarse y ya forman parte de nuestros obradores, donde conviven en armonía con los dulces valencianos. Seguramente cada casa mantiene sus propias costumbres y defiende unos dulces como sus favoritos más allá de la típica discusión sobre si mejor turrón del duro o del blando. Que curiosamente tienen la misma composición, simplemente cambia y mucho, la manera de hacerlo. Donde no hay lugar a discusión es en el hecho de que los turrones valencianos, tanto de Xixona como de Casinos, son superiores al resto de turrones mundiales. Y eso que en mi pueblo aún hay quien hace turrón casero con cacaus del collaret, palabras mayores. En fin, que no me quiero desviar de la noble tarea de ayudaros a no fallar a la hora de elegir los dulces navideños perfectos. Prometo haberme informado en consecuencia a tamaña responsabilidad, aunque para tu cuñado navideño favorito siempre y sin excepción, habrá un lugar mejor y más barato donde comprarlos.
Panettone y similares
Aquí se demuestra que el nivel de los hornos valencianos es, simplemente, espectacular. Primera norma para no fallar, acudir a un horno, suele ser sinónimo de triunfo. Porque en poco tiempo muchos de ellos han conseguido hornear panettones premiados internacionalmente, y se puede afirmar sin discusión, que cualquier panettone de un horno o pastelería valenciano es mejor que los panettones industriales italianos, a veces carísimos sin que ello se traduzca en mayor calidad. El más famoso de la ciudad es posiblemente el de David Esteve, que año tras años acumula con total merecimiento reconocimientos. Este año he probado el del Horno Miralles de tres chocolates -donde es norma pasar a por una bandeja de semifríos- y he de reconocer que está también espectacular, como el de Monpla, que por su calidad como pastelero es también uno de los más demandados en estas fechas. Así que bueno, te la puedes jugar en cualquier horno que seguramente aciertes, pero estos no fallan. Si eres más del pandoro, el Forn Casaní de la calle Jorge Juan tienen una receta clavada a los originales italianos. Y si lo que quieres es innovar un poco, Juanjo Rausell de la Tahona del Abuelo inventó hace unos años el Vaivé, un dulce similar al panettone que condensa todos los sabores valencianos.