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Guía definitiva para comprar dulces navideños en Valencia 

Los dulces son los reyes de las sobremesas navideñas, ya sean turrones, polvorones, roscones o cascas, hay mordiscos como el de un pastisset de moniato, que condensan el sabor de la navidad en familia

| 20/12/2024 | 9 min, 28 seg

A pesar de la omnipresencia televisiva de los turrones de chocolate, de la moda yankee de las galletas de jengibre o de los bombones dorados que sirven los mayordomos, los dulces tradicionales resisten con dignidad. Bien es cierto que algunos como los panettones han venido desde Italia para quedarse y ya forman parte de nuestros obradores, donde conviven en armonía con los dulces valencianos. Seguramente cada casa mantiene sus propias costumbres y defiende unos dulces como sus favoritos más allá de la típica discusión sobre si mejor turrón del duro o del blando. Que curiosamente tienen la misma composición, simplemente cambia y mucho, la manera de hacerlo. Donde no hay lugar a discusión es en el hecho de que los turrones valencianos, tanto de Xixona como de Casinos, son superiores al resto de turrones mundialesY eso que en mi pueblo aún hay quien hace turrón casero con cacaus del collaret, palabras mayores. En fin, que no me quiero desviar de la noble tarea de ayudaros a no fallar a la hora de elegir los dulces navideños perfectos. Prometo haberme informado en consecuencia a tamaña responsabilidad, aunque para tu cuñado navideño favorito siempre y sin excepción, habrá un lugar mejor y más barato donde comprarlos.

Panettone y similares

Aquí se demuestra que el nivel de los hornos valencianos es, simplemente, espectacular. Primera norma para no fallar, acudir a un horno, suele ser sinónimo de triunfo. Porque en poco tiempo muchos de ellos han conseguido hornear panettones premiados internacionalmente, y se puede afirmar sin discusión, que cualquier panettone de un horno o pastelería valenciano es mejor que los panettones industriales italianos, a veces carísimos sin que ello se traduzca en mayor calidad. El más famoso de la ciudad es posiblemente el de David Esteve, que año tras años acumula con total merecimiento reconocimientos. Este año he probado el del Horno Miralles de tres chocolates -donde es norma pasar a por una bandeja de semifríos- y he de reconocer que está también espectacular, como el de Monpla, que por su calidad como pastelero es también uno de los más demandados en estas fechas. Así que bueno, te la puedes jugar en cualquier horno que seguramente aciertes, pero estos no fallan. Si eres más del pandoro, el Forn Casaní de la calle Jorge Juan tienen una receta clavada a los originales italianos. Y si lo que quieres es innovar un poco, Juanjo Rausell de la Tahona del Abuelo inventó hace unos años el Vaivé, un dulce similar al panettone que condensa todos los sabores valencianos.

Pastisset de moniato

Os voy a contar un secreto a voces, el confit del interior de los pastissets cuesta horas de cocinar, así que la inmensa mayoría de los hornos lo compra ya preparado. Aún así, siempre hay categorías y calidades, y los hay que trabajan confit primera calidad y quien compra un relleno de segunda (como el de los supermercados) donde hay mucho más azúcar que boniato. Sí que preparan su propio confit con boniatos ecológicos en el Forn de Toni, donde el precio de ese pastisset celestial está más que justificado. También cocinan su propio boniato en Bellmar, un horno familiar de Paterna, cuyos pastissets tienen mucha fama. Fama ganada también por el Horno Moreno-Ponce y por el Forn de les Netes, dos de esos hornos donde casi nada falla nunca. La gran diferencia entre unos y otros la encontrás en la masa, más anisada, menos dulce, más crujiente o más tostada según el pastelero. A mi me encantaban los del Horno de San José, pero acaba de cerrar y con él sus pastissets. Y en la Malvarrosa son motivo de peregrinación, gracias a una receta secreta de la abuela, los del marítimo Horno Moliner, que quedan especialmente crujientes y finos. Cosas de família, la abuela era la misma para el Horno de Inma Moliner en Mislata, así que puedes elegir donde pasar a por ese bocado único ya que ambos pastissets son casi idénticos.

Roscón de reyes

En casa lo pillábamos siempre de Pellicer, una pastelería de Benifaió que cerró, así que vamos probando nuevos roscones. El de la Tahona del Abuelo es maravilloso, el de Montaner es él único -que conozco- relleno con el tradicional mazapán y el de Dulzumat es un clásico infalible. El Horno Masanet, que tiene una merecida fama por sus croissants, ha convertido sus roscones en un “must” de la zona de Mestalla. Y La Rosa de Jericó tiene una lista de reservas de roscones que ya querrían muchos hoteles. Al final depende de gustos y de cuál es tu horno de confianza, donde seguro que lo hacen con una calidad imposible de encontrar en roscones industriales. De hecho, apostaría que en todos los hornos nombrados en este texto hacen roscones espectaculares, alejados de esas masas pesadas y natas que parecen gomaespuma de los roscones de segunda. Esperemos que Galán, en Albal, reabra antes de Reyes -es su intención- para deleitarnos con sus roscones y sus cascas, y siga el ejemplo de Velarte, otro horno de primera que ya está sirviendo en la pedanía de Castellar-Oliveral.

Turrón y chocolate

Además de los turrones tradicionales, muchos hornos fabrican su propio turrón, como es el caso de Horno Valencia en el corazón de Ruzafa, y como pasa con casi todos sus productos, está de muerte. Seguramente las colas vuelvan este año a las puertas de Turrones Ramos y Galiana, reputadísimos maestros valencianos del noble arte de la turronería, porque si salimos un poco de Xixona y Casinos, también tenemos grandes maestros como ellos y Turrones Barberà, que en Atzeneta del Maestrat hacen un turrón que merece la pena el viaje. Un amigo experto turronero me recomienda, además, probar este año dos turrones diferentes, el de frutos secos de Casaní y el de yema de Montaner. Llàtzer, Galdón y la Tahona también tienen turrones propios, lo que sin duda alguna es garantía de calidad. 

Con el frío suele apetecer mucho el buen chocolate, así que además de los panettones de fantasía bien chocolatosos del Horno de San Antonio, no os podéis perder dos productos top: las trufas y los cubanitos de trufas Martínez. Tanto ellos como la afamada chocolatería Utopick, trabajan con chocolate bean to bar lo que garantiza el máximo de calidad de sus productos. 

Rollitos de anís y mantecados

Aquí tenemos dos productos maravillosos, los rollitos de anís y los mantecados, que no reciben tanto cariño como se merecen. Son como David Ferrer ganando partidos de la Copa Davis el mismo día que gana partidos Rafa Nadal, los focos de los escaparates se los llevan Messi, Cristiano o Kempes, el equivalente en dulces al panettone o el roscón. Però Busquets, Kross o Arias también hacían grandes partidos o en este caso felices a muchos familiares golosos. Eso les pasa a estas pastas, tan nuestras como el veranillo que aparece en enero, como visitar Barracas en busca de nieve, o como hacer colas en Expojove. Bueno, a mi me encantan los personajes secundarios y podría morir de un empacho de rollitos de anís del horno de Alfonso Martínez -y los alfonsitos-o de mantecados del Forn de Manuela. Recuerdo que estaban muy buenos también rollitos de Galdón y del Horno del Pilar, los mantecados de Miralles y ahora que hago memoria, los rollitos del Forn de Germán también son memorables. Bueno, son productos de esos que cuesta hacer mal, pero más allà de hacerlos bien, el reto es hacerlos inolvidables como los de la Pastelería Aixa, en Puzol, cuyas pastas de café son tan buenas como su premiado roscón de reyes.

Pastisset encarat, cascas y otros dulces menos conocidos

Si te gustan otros dulces tradicionales que carecen de la notoriedad de los clásicos valencianos, pásate por Pastelería Alemana Peter'S, a por sus galletas navideñas teutonas o a por un strudel, que también resulta muy navideño. La trenza hojaldrada de pasas y nueces de Aspai, donde pueden presumir también de un panettone de chocolate fabuloso, es una gran alternativa a los clásicos. En algunos pueblos del sur de València como Silla, Albal o Benifaió son típicos els pastissets encarats. Una bomba calórica muy merengosa que en València la puedes encontrar en el Forn de Tonet i Roseta -adoro su malfet-. No tiene nada que ver con la navidad, pero mi dulce favorito durante este 2024 ha sido el croissant relleno de mascarpone del Horno de San Bartolomé, y en navidad pienso comerme media docena. Si te gusta el membrillo, el Horno Martínez es tu destino, lo hacen casero con sus propios codonys. Si en vez de roscón te animas con las cascas, visita el Forn de Llàtzer, donde además tratan a la calabaza con todo el respeto que se merece en un montón de especialidades propias y diferentes. Y si quieres un tronco de navidad, además de los de David Esteve, visita El Taller, una pastelería donde además de la mejor tarta de manzana de la ciudad, puedes encontrar un tronco navideño formidable. Por último, en el cabañalero Horno Montañana tienen una coca de turrón muy curiosa, ideal para sucar en chocolate. 

Bueno, creo que no me dejo ningún dulce importante, pero algunos hornos de referencia por visitar como San PabloVicente García, Raimundo, el Casaní de Jesús o incluso la Beata Inés, que han comprado maquinaria para hacer su propia pasta de boniato. Supongo que en Castellón además de muchos tronquitos comprarán sus clásicas pilotes de frare y habrá quien prefiera un panquemao pascuero también en Navidad, porque con los dulces pasa como con las tapicerías, es cuestión de gustos. Por cierto, si me ven estas navidades con algún quilo de más, es el peso de estar bien informado, ya que no es tarea fácil probar tantísimos dulces. 

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