VALÈNCIA. Los nuevos hábitos de consumo y la mayor preocupación por la alimentación y la salud han propiciado un cambio en la industria alimentaria hacia productos más saludables. Y, con esa filosofía, la valenciana Importaco lleva desde hace años investigando y explorando las múltiples posibilidades que ofrecen los frutos secos para satisfacer las nuevas necesidades de los consumidores. Una vocación que comenzó como un anhelo para diversificar su producto, pero que ahora es una de las líneas que marcan el trabajo diario en su centro tecnológico, donde innovación e investigación se conjugan en la búsqueda de la calidad y la mejora continua.
Un espacio que se ha convertido en el 'laboratorio de ideas' de esta empresa valenciana fundada en 1940 por el empresario Francisco Pons Martí. Con sede en la localidad valenciana de Beniparrell, Importaco desarrolla su actividad a través de la comercialización de frutas desecadas y frutos secos. Proveedor de estos productos para Mercadona, cuenta también con una línea de bebidas naturales. Un gigante de la alimentación con 17 centros productivos, una facturación de 661,8 millones de euros en 2020 y presencia en diferentes países como Reino Unido, Italia, Bélgica, Alemania, Francia, Polonia, entre otros.
Con esa larga trayectoria, la compañía, ahora dirigida por Toño Pons, está inmersa en un plan basado en la especialización y en la innovación como pilares para seguir creciendo y ganando cuota en el mercado. Tanto es así, que el pasado año compraba el 51% del capital de la firma italiana Besana con el objetivo de reforzar su especialización en productos naturales y consolidar el negocio internacional. "Concebimos la innovación desde dos vertientes: una más disruptiva con nuevos productos y otra basada en la mejora y ampliación de nuestras gamas, aromas y acabados. Nunca estamos parados porque el consumidor cambia constantemente", explica Teresa Cercós, directora general de Calidad, Medio Ambiente e Innovación de la compañía.
Y su centro tecnológico es desde donde sale la mayor parte de ese conocimiento. Aunque inaugurado en 2008, fue hace dos años cuando Importaco acometió una profunda remodelación con el fin de encontrar soluciones a futuro en su sector para adelantarse a las necesidades del consumidor. Para ello, cuenta con una plantilla cercana a los 40 profesionales que trabajan en siete laboratorios dedicados a la realización de análisis físicos, químicos y microbiológicos y una sala de experiencias para validar los productos con catadores expertos en la materia. "La calidad y la innovación van de la mano y queremos encontrar la excelencia y convertirnos en un referente", destaca Cercós.
"El Centro Tecnológico es el alma mater de Importaco. Queremos diferenciarnos y ser una empresa de referencia y, para ello, necesitamos conocer con mucho detalle lo que realmente pasa por la mente de un consumidor y lo que valora de nuestro producto", explica. Por eso, han realizado estudios de neurociencia para entender cómo perciben los clientes su materia prima a través de estímulos. "Buscamos ver cómo el cliente se relaciona emocionalmente con el producto. Esa información la transformamos en especificaciones técnicas para evocar cosas nuevas, recuerdos... Tenemos que conseguir lealtad hacia nuestro producto y, para eso, aplicamos la ciencia", señala.
Una metodología que no solo aplican para mantener la calidad, sino también para ahondar en nuevas líneas de negocio y dar con el acabado óptimo. "Culturalmente, cuando hablamos de un fruto seco pensamos en un snack, pero su consumo vale para muchas cosas. Y en ello estamos trabajando", subraya.
Con este propósito, hace ya unos años que se adentraron en un nicho enfocado al healthy con su gama de frutos secos naturales. Una línea sin añadidos que lanzaron al mercado sin sopesar el éxito que tendría. "Fue una sorpresa su aceptación. Al principio pensábamos: ¿quién se va a comer una almendra cruda si lo que la gente quiere es tostarla o que la friamos? Fue uno de los mayores aprendizajes que hemos recibido sobre el comportamiento del consumidor porque fue un éxito", rememora.
Un camino emprendido que van a seguir transitando porque son conscientes de que existe un público que quiere "algo más que un snack" y comer saludable. Y los frutos secos son una fuente de energía, de proteína, minerales y grasas buenas. Pero también quieren explorar más y conseguir nuevas elaboraciones que vayan más allá del fruto entero.
Por eso, están también inmersos en un programa para resolver retos futuros en la alimentación a través del sector farmacéutico. "Queremos ver cómo resuelven ellos diferentes problemáticas que nos puedas ayudar a nosotros a dar una respuesta a la nutrición personalizada. El objetivo es orientarnos hacia una alimentación más avanzada para hacer productos saludables para contribuir a la sociedad", destaca.
Precisamente su último éxito en los lineales de la cadena de Juan Roig ha sido su polvo desgrasado de cacahuete. Un producto, del que venden cerca de 5.000 unidades diarias, y que ha causado furor en redes sociales tanto en perfiles deportistas como entre aquellos que siguen una dieta vegetariana o vegana por su alto contenido proteico. Y no será el último producto de estas características que Importaco saque en los lineales de los supermercados.
"No queremos constreñirnos solo al snack. Queremos ver todas las posibilidades del árbol porque ofrece más cosas. Por eso, hemos iniciado un proyecto que se llama el 'árbol de la innovación'. Hasta ahora, hemos estado muy centrados en el concepto del fruto entero, pero pensando en la deconstrucción que hacen los cocineros nos dimos cuenta de que podemos picar el fruto y sacarle provecho para barritas energéticas, pastas de frutos secos para repostería, helados o turrones", detalla. Así surgió el polvo desgrasado de cacahuete.
"El polvo desgrasado es un proyecto que sale del árbol de la innovación. Un vegano necesita aporte de proteína y el fruto seco lo tiene. Pero, además, para conseguir este producto le hemos quitado la grasa para incrementar su contenido en proteína, por lo que también está pensado para deportistas. Tiene varios públicos y ha tenido éxito porque la gente esperaba eso en los supermercados", sostiene.
De hecho, la compañía, a través de la italiana Besana, ya comercializa en el país vecino salsas y preparados para tartas a base de frutos secos. "Y eso también podría llegar a España", sonríe. Además, para algún cliente también venden pastas para la elaboración de leche de almendras, pero, por el momento, no se plantean dar el paso a las bebidas vegetales. "Todo dependerá de la demanda del mercado", puntualiza la directora general de Calidad, Medio Ambiente e Innovación de la compañía.
Una de las premisas de Importaco es innovar en nuevas gamas, pero siempre sin que el consumidor renuncie al placer de comer. "El consumidor está en el centro de todo y se alimenta, además de para vivir, para disfrutar, principalmente los snacks. Por eso, nunca podemos perder de vista que hay que hacerles disfrutar porque si algo no está bueno no lo vamos a vender", subraya Cercós. De hecho, durante el confinamiento, la firma vivió un importe tirón en la venta de pipas y palomitas para microondas.
Por eso, la compañía valenciana tienen muy claro que a futuro el reto está en seguir avanzando en nuevas gamas y productos basados en frutos secos, pero son olvidar sus orígenes. Al fin y al cabo tomar unas cervezas con amigos no serían lo mismo sin unas almendras o unos cacahuetes. "Vamos a estar en aquellas modificaciones de nuestro producto que nos lleven a categorías relacionadas con la salud, pero nunca vamos a abandonar el sector del snack porque es nuestro core", remarca.