El economista jefe en China de DWS apunta que la tenencia de bonos estadounidenses por parte del Gobierno chino -además de los tipos de interés- se han reducido desde hace un año
MADRID. El temor a que Pekín use sus posiciones en bonos del Gobierno de Estados Unidos para influir en los tipos de interés estadounidenses y en el tipo de cambio del dólar parece exagerado. El conflicto comercial entre EE UU y China no solo amenaza las cadenas de suministro mundial sino que también cuestiona algunos conceptos económicos establecidos.
Aunque son muchos los que entienden que el coste de los aranceles a la importación recae principalmente sobre los consumidores nacionales, hay otras cuestiones en las que hasta los profesionales tienen dudas. Nos referimos, por ejemplo, a la cuestión de si China podría usar como un arma sus posiciones en bonos del Gobierno estadounidense y cuáles podrían ser las consecuencias. En este caso, la principal preocupación serían los posibles efectos en los tipos de interés estadounidenses y el tipo de cambio entre el dólar y el yuan.
En primer lugar analicemos el supuesto dominio de China en el mercado de deuda gubernamental estadounidense: del conjunto de treasuries en circulación, que ascienden a 17,6 billones de dólares, China acumula 1,1 billones, es decir, un 6,4%. Como máximo, ha llegado a poseer el 12,1% (julio de 2011). Aunque al principio la Reserva Federal (Fed) fue la encargada de reducir la brecha, ahora es el sector privado estadounidense el que está absorbiendo la creciente oferta de bonos.
¿Qué ha ocurrido con los tipos de interés y el tipo de cambio? Como muestra nuestro 'Gráfico de la Semana' de arriba, la compra masiva de treasuries (bonos del Tesoro americano) por parte del Gobierno chino coincidió con la apreciación de su divisa. Desde que Pekín decidió reducir su posición en términos absolutos, el yuan también se ha debilitado.
En igualdad de condiciones, esperaríamos que sucediese lo contrario pero las compras de treasuries no deben considerarse de forma aislada. De hecho fueron precedidas por los elevadísimos superávits comerciales de China, que impulsaron la apreciación de la divisa. Además, la inversión extranjera en China también ha respaldado la apreciación del yuan.
¿Y los tipos de interés? ¿Se dispararían si Pekín vendiese sus bonos? En este caso, la historia también parece refutar esta tesis. Pese a que China multiplicó por ocho sus posiciones en deuda de Estados Unidos entre 2002 y 2008, hasta los 0,8 billones de dólares, la rentabilidad del bono americano a diez años continuó aumentando. Y desde hace casi un año tanto la tenencia de bonos estadounidenses por parte del Gobierno chino, además de los tipos de interés, se han reducido.
Pero, ¿le interesa a China devaluar su moneda? Aunque podría resultar beneficioso para el sector de las exportaciones, hay varios motivos por los que es poco probable que Pekín intente devaluar el yuan, empezando porque eso podría fomentar una posible fuga de capitales, como ocurrió en 2015, y porque China necesita atraer a países extranjeros con una divisa fuerte para que participen en sus iniciativas Belt and Road y Shanghai Cooperation. Además, la imagen de China como contrincante de Estados Unidos y país de origen de una divisa mundial de referencia es incompatible con un yuan débil. A las autoridades chinas se las puede acusar de muchas cosas pero no parece que la lista de agravios incluya devaluar artificialmente su moneda.
Xueming Song economista jefe de DWS en China
La curva de tipos en Estados Unidos seguirá registrando un peor rendimiento, mientras que la del euro debería estar mejor anclada