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EL AYUNTAMIENTO espera al final de las obras para dar licencia

La tortuosa metamorfosis de la Patatera de Benimaclet

Foto: KIKE TABERNER

Dos años de obras, en los que ha habido un fallecido, una sentencia judicial y una multa contra Consum, marcan la conversión del histórico edificio en un supermercado. De Arena no queda ni el cartel

28/04/2019 - 

VALÈNCIA. “Éramos tan felices y tan privilegiados que no nos dábamos cuenta de lo que teníamos”. Quien habla así es el periodista y promotor musical Miguel Ángel Pastor. Y la frase surge cuando ve las imágenes de lo que fue Arena Auditorium. La patatera de Benimaclet se niega a morir y está a punto de iniciar su nueva vida como uno de los supermercados Consum de referencia en una fecha aún por determinar. 

En el Ayuntamiento de València no ven extraño esta indefinición; a fin de cuentas, dicen, están de obras. ¿La licencia de apertura? “Cuando terminen, ¿no?”, comentan desde la Concejalía de Carlos Galiana. Sin saberse bien el día de inauguración, los trabajos van ahora a buen ritmo. La fachada ya está completamente pintada. No queda ni rastro del cartel de Arena Auditorium. Lo que hace cinco años fue un anuncio, ahora es una realidad.

Y como suele suceder con muchas cosas, sólo se añora lo que ya no se tiene. Un adiós largo, que se inició con el cierre del local. “Sólo cuando acabó aquella década y pico maravillosa nos dimos cuenta de lo que perdimos. Fue un templo, no ya de la Movida, sino de la música”, dice Pastor, “y nunca antes o después volverá a ocurrir tener algo en València tan bien programado como aquel escenario”, añade.

Foto: KIKE TABERNER

“Es una pena”, pero “es lo que hay”, conviene resignado Vicente Mañó. Él programó allí al primero de los grupos internacionales que se pudo ver en Arena, entonces Pachá, unos prometedores Depeche Mode camino de la leyenda. También trajo a Sugarcubes, con la brillante Björk como voz femenina solista, unos islandeses divertidos y diferentes, que fueron a comer paella en la Malvarrosa y se bañaron en la playa… pese a que era enero. La temperatura les parecía primaveral.

“Fue el centro neurálgico cultural de la ciudad”, sentencia Mañó. “No hay otro igual ahora. La gente estaba pendiente de ir a Arena, de que concierto se había programado. Ahora sólo ocurre eso con el Palau de les Arts y en menor medida. La gente va a la web para ver qué conciertos o espectáculos están programados. Eso pasaba con Arena”, dice. Y sucedía en una época en la que no existía internet, ni redes sociales, ni se vislumbraba nada parecido Mientras estuvo el cartel, era como si aún estuviera vivo aquel tiempo, como si aún quedara una opción. Pero, recuerda Pastor, ya no quedaba ninguna y la patatera de Benimaclet, el edificio, necesitaba sobrevivir. Iba a hacerlo. A fin de cuentas, sólo había sido sala de conciertos 15 años y medio, los que iban desde su apertura a finales de diciembre de 1983, hasta su cierre como en 1999.

Antes, durante décadas, fue un lugar de encuentro muy diferente, donde iban los campesinos de la zona a vender su cosecha al peso. Con báscula para camiones, era el punto previo a la entrada de la mercancía en València. Carros, camiones, la Patatera daba servicio también como almacén. Su origen estaba pegado a la tierra, a la huerta que le rodea. Su destino ahora será dar servicio a ese mismo espacio como supermercado, algo que atienda a los centenares de familias de la zona.

Foto: KIKE TABERNER

Las obras llevan dos años en marcha en diferentes fases. Desescombro. Limpieza. Consolidación. Ha pasado de todo. Una empresa recurrió el acuerdo plenario que autorizaba los trabajos de recuperación del inmueble y obligó a adaptar el Estudio de Detalle de la obra. También le han supuesto una multa a Consum. El Ayuntamiento sancionará a la cooperativa por destrozar sin autorización y sin informes previos unos árboles y palmeras.

La actuación fue denunciada por la asociación de vecinos de Benimaclet en sus redes sociales. Según relataban, hace dos años mantuvieron una reunión con directivos de Consum y específicamente les solicitaron que respetaran esos árboles. Los directivos presentes en esas dos reuniones aceptaron su petición. No cumplieron. De las tres zonas de árboles consignadas por el Ayuntamiento de València, sólo se ha actuado correctamente en una de ellas, según el consistorio. De ahí que desde fuentes municipales se haya adelantado ya que la cooperativa recibirá una sanción por saltarse los protocolos previstos.

Pero, sobre todo, los trabajos de recuperación del inmueble están marcados por una tragedia personal: un obrero, vecino de Aldaia, perdió la vida a finales de noviembre pasado mientras se encontraba subido a una máquina elevadora realizando labores de soldadura en las vigas de la estructura superior del edificio. Al parecer, quedó atrapado entre la cesta y una de las citadas vigas. Se llamaba Javier y tenía 44 años.

Foto: KIKE TABERNER

En Consum descuentan los días y esperan que a lo largo de los próximos meses les lleguen los últimos papeles para poder dar fecha de apertura. Su supermercado dará servicio a una zona que ha crecido en cuanto a población en los últimos años. Cuando la patatera abrió reconvertida en sala de conciertos se encontraba en medio de la huerta, donde no molestaba a nadie, recuerda Pastor. En el padrón de 1981 se contabilizaron 23.562 personas. 

València fue creciendo por su zona de influencia y las nuevas edificaciones crearon un contexto diferente. Cuando la Patatera vivía sus años de gloria como Arena Auditorium, en 1991, en el distrito de Benimaclet ya estaban empadronadas 27.891 personas. En mayo de ese año actuó por ejemplo Front 242. En 2008, nueve años después de cerrar, alcanzó su pico de población y estaban empadronadas 30.789 personas. Desde 2011 la población se ha estabilizado en torno a 29.000 personas. En tres décadas, un 20% más.

El rock busca nuevos destinos. Se habla de La Marina. La Rambleta acoge conciertos. También el Palau de les Arts. En el futuro inmediato estará el nuevo pabellón Arena impulsado por Juan Roig, que se espera se convierta en un polo de atracción para conciertos internacionales. Pero todo eso ha de venir. Antes estuvo Arena Auditorium. Antes de todo. Radiohead, Ramones, Iggy Pop, Radio Futura, Bauhaus, Manowar… Ahora Arena sólo vivirá en los recuerdos. No queda ni el cartel.

Foto: KIKE TABERNER

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