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Suspende así las reglas de la competencia vigentes en cuanto a ayudas estatales

La UE permitirá a los estados entrar en el capital de empresas solventes para atraer inversores privados

29/05/2020 - 

BRUSELAS. Se acabó la austeridad, la contención y la regulación de la competencia en el mercado. La Unión Europea (UE) da vía libre al apoyo estatal a las empresas, con la vista puesta en las inversiones financieras de sectores estratégicos y zonas geográficas más debilitadas por la pandemia. La vicepresidenta de la Comisión Europea Margrethe Vestager ha anunciado que el Instrumento de Apoyo a la Solvencia puede estar operativo desde 2020 y tendrá un presupuesto de 31.000 millones de euros como garantía de apoyo a las inversiones privadas en empresas, que puede alcanzar los 300.000 millones de euros. 

Este instrumento se encuadra como ayudas estatales a las empresas. Suspende así las reglas de la competencia vigentes hasta el momento dentro de las políticas de la Unión Europea que llevaron a un control y celo por respetar las reglas del libre mercado para evitar su distorsión a través de la intervención pública.

Un ejemplo pretérito fueron las subvenciones de la Generalitat Valencia hace más de veinte años a la Ciutat de la Llum en Alicante, que fueron objeto de una denuncia en este sentido. La Comisión, con Vestager a la cabeza como comisaria de la Defensa de la Competencia en aquel momento, llevó a la Generalitat al Tribunal de Justicia de la Unión Europea. 

Dentro del plan de Recuperación de la Unión Europea, para hacer frente a la crisis post Covid-19, la Comisión propone un nuevo instrumento de apoyo a la solvencia para ayudar a impulsar la economía europea y superar las graves consecuencias socioeconómicas de la pandemia.

Fondo Europeo de Inversiones Estratégicas (FEIE)

Se basa en el Fondo Europeo de Inversiones Estratégicas (FEIE) existente, que movilizará recursos privados para apoyar urgentemente a empresas europeas económicamente viables en los sectores, regiones y países más afectados económicamente por el coronavirus.

Se trata de un instrumento de crisis temporal que ayudará a empresas sanas a resistir la tormenta, protegerá el mercado único y fortalecerá la cohesión en toda la Unión, centrándose en las empresas de aquellos Estados miembros donde el apoyo de solvencia nacional es más limitado.

El objetivo es desbloquear 300.000 millones en apoyo privado o estatal de la solvencia para empresas en todos los sectores económicos, y prepararlas para un futuro más limpio, digital y resistente.

Margrethe Vestager, vicepresidenta ejecutiva a cargo de la política de competencia, dijo: “El instrumento de apoyo a la solvencia permitirá el apoyo de capital a las empresas en toda Europa, mientras se centra en los Estados miembros que son menos capaces de ofrecer apoyo de capital a sí mismos. Y también se basará en sectores y Estados miembros cuyas economías han sido las más afectadas por la pandemia ".

Los Estados presentarán sus planes a la Comisión, que decidirá qué empresas lo merecen. Pero se dará preferencia a las necesidades geográficas. “No hay clave de asignación ni distribuciones nacionales, se basará en el mercado y habrá un tope máximo por país. Además, nos basamos en la llegada de inversiones privadas, bancos de promoción nacionales o fondos de inversión”, ha declarado Vestager durante la rueda de prensa.

Nuevo confinamiento

La vicepresidenta ha explicado que “la Unión Europea no va a invertir en cada empresa, sino que se va a basar en la inversión de los mercados para las empresas viables”. De esta forma, se basará en la evaluación de necesidades hechas por los gobiernos a petición de la Comisión. La contracción de la economía en 2020, con una pérdida del 7,5% del PIB este año indica que “hay camino por recuperar”, manifestó Vestager. Las cantidades que se manejan por país son cautelosas, pero “puede ser mayor si hay una segunda fase del virus y hay que volver a cerrar la economía”, añadió la vicepresidenta de la Comisión, adelantando la posible repetición del confinamiento el próximo otoño.

Vestager: "La UE no debe participar en las empresas, sino confiar en las inversiones privadas"

Explicando el funcionamiento de este instrumento de apoyo, Vestager fue categoría al afirmar que la UE “no debe participar en las empresas, sino confiar en las inversiones privadas. Sólo asumimos parte del riesgo, pero con el objeto de que los inversores privados asuman la otra parte e inviertan en las empresas”. Y alentó a los Estados en sus propuestas, que "deben encontrar empresas viables que necesiten capital". 

También recordó que el apoyo al capital está en la empresa durante un periodo de tiempo: “Cuando se tiene al Estado como accionista, también puede generar más confianza en su viabilidad como empresa”. Se trata de una recapitalización de empresas, por tanto el riesgo de que distorsione la competencia se aborda con la adecuación a las reglas de capitalización nacionales, porque la ayuda pública se encuadra dentro de cada Estado miembro.

Inversiones productivas, no liquidez

La antigua comisaria de la competencia aseguró que desde este año y en los próximos años, se establecerán las garantías para integrar más inversiones privadas para ayudar a empresas mas pequeñas que no tienen acceso a fondos de inversión como los del Banco Europeo de Inversiones (BEI), por ejemplo. Por tanto, “algunos Estados miembros podrán llevar a cabo estas inversiones, depende de sus propias reglas de capitalización de empresas”, matizó Vestager. 

La diferencia es que se invierte en objetivos generales, ecológicos y digitales para apoyar y desarrollar estos sectores productivos, “no para invertir por problemas de liquidez”, añadió la vicepresidenta. No se invierte para cambiar la situación en el mercado, por lo que no distorsiona a competencia. “Animamos a los Estados miembros para orientar a las empresas y puedan recibir la ayuda para estos objetivos, como la que recibió Air France de Francia para temas ecológicos”, explicó.

Y dejo claro el mensaje de que no se repita lo que ocurrió al inicio de la crisis, cuando muchas empresas tuvieron que cerrar y despedir a trabajadores. “La triste realidad es que esas empresas pudieron tener liquidez en la primera fase de la crisis, pero se han visto en la obligación de despedir personal. Por eso hemos entrado a regular con ayudas públicas para que no se produzca, para que con la primera ola de ayudas si se agotan, no nos encontremos con una nueva situación con despidos”, finalizó Margrethe Vestager ofreciendo “remedíos para preservar la situación de igualdad”.

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