VALÈNCIA. Las tres hijas del abogado José María Corbín y sobrinas de la exalcaldesa de València Rita Barberá comparecieron este miércoles en el juzgado de Instrucción número 13 de Valencia, encargado del caso Azud, a petición propia. Lo hicieron para desvincular su dinero del de origen ilícito que se investiga en la macrocausa, buscando de esta manera el archivo para ellas.
De acuerdo con las indagaciones, Corbín habría cobrado comisiones ilegales procedentes de contratistas del Ayuntamiento de València desde 2006 como una suerte de pago por su influencia en el consistorio para conseguir o mediar en adjudicaciones. Éstas habrían servido para lucro personal, aunque la sospecha es que no únicamente cobró en efectivo, sino en 'especie'. Concretamente, con pisos o con la adquisición de inmuebles muy por debajo de su valor real después de mediar en diversas recalificaciones y reclasificaciones de suelo municipal. De hecho, dos de las viviendas a las que accedió y que acabaron adquiriendo familiares suyos eran de protección oficial (VPO).
La investigación apunta a que el abogado trató de esconder la procedencia del dinero ilícito a través de su despacho mediante facturación hinchada a las empresas. Las hijas de Corbín trabajaron en el citado despacho, pero este miércoles han tratado de desligarse de todos estos hechos.
Rita, Asunción y María José explicaron, sólo a preguntas de su letrado, que adquirieron los pisos con el dinero que les dio su padre de una lotería que le había tocado en la falla de Torrefiel. Tras ganar un premio de 360.000 euros, señalaron que les hizo una donación para ayudarles a comprarse las viviendas.
Inicialmente, detallaron, Corbín invirtió todo ese dinero en acciones de Bankia, pero fue ruinoso y lo perdió todo. Cuando lo recuperó con los años, dijeron, decidió entregárselo a ellas, por lo que no provenía de las comisiones ilegales que se investigan en Azud.
Se da la circunstancia de que que una de las viviendas a las que accedió una de las hijas era VPO y era propiedad de la constructora Cleop. Ella aseguró que se enteró de la oferta porque un cliente del despacho se lo dijo a su padre y le agradaba la zona.
Las tres hermanas afirmaron que poseían el 16% de las acciones del despacho a raíz de que a su padre le detectaran un cáncer de pulmón con metástasis en el cerebro en 2009. Ante la enfermedad, les entregó esas acciones, aunque, destacaron, nunca cobraron dividendos.
Dos de las hijas reconocieron haber trabajado en el despacho de Corbín, pero esporádicamente. Una de ellas explicó que realizó labores para compañías de seguros o para Bankia, que era el principal cliente de la firma. Sin embargo, negó que trabajara para las empresas investigadas en la causa. Otra comentó que se encargó del diseño informático o los correos.