VALÈNCIA. (EP) Comisiones Obreras (CCOO) ha presentado este jueves el estudio 'Los costes económicos y sociales de la inestabilidad en el empleo y las reformas laborales del 2010 y 2012', del que se desprende que los efectos de esas modificaciones perjudican a los trabajadores, incluso en épocas de crecimiento, y que han supuesto un recorte del salario medio real del 6,2% desde 2008.
El responsable del Gabinete Económico Confederal, Carlos Martín, se ha referido a la devaluación salarial provocada por esas dos reformas, que han provocado que 11 años después del estallido de la última crisis los trabajadores no hayan recuperado el poder de compra, a pesar de hacer el mismo trabajo.
"Los elementos introducidos por la reforma de 2010 y 2012 no solo presionan a la baja durante las crisis, sino también durante las etapas de crecimiento. No se consigue recuperar ese poder de compra", ha expresado durante la presentación.
El estudio de CCOO recurre a los datos del Índice de Precios del Trabajo (IPT), elaborado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), para exponer que el salario real por realizar un trabajo estaba en 2019 un 6,2% por debajo del que se cobraba en 2008. Ante estas cifras, Martín ha insistido en que los empleados "cada vez participan menos del producto de su trabajo".
El mayor hundimiento salarial, indica el sindicato, se produce entre 2011 y 2012, cuando se introducen las reformas. La recuperación que se inició en 2014 casi no se traslada a los salarios, e incluso su poder de compra vuelve a caer en 2017 a su nivel más bajo registrado en 2013 (-9,5%).
CCOO indica que la firma del IV Acuerdo por el Empleo y la mNegociación Colectiva a mediado de 2018 pareció abrir una vía de recuperación de los salarios, pero en 2019 estos volvieron a retroceder, a pesar del fuerte alza del SMI, del 22,3%, y del incremento del 2,2% en los salarios pactados.
El responsable del Gabinete Económico confederal también ha indicado que ambas reformas abrieron "una brecha mayor entre salarios y productividad", al tiempo que ofrece a las compañías "márgenes empresariales cada vez más altos". El estudio completa que el salario medio ha crecido desde 1982 por debajo de la productividad.
CCOO cita la prevalencia del convenio de empresa sobre el de sector, el límite a la ultractividad de los convenios colectivos, la facilitación de los descuelgues del convenio, la rebaja de las indemnizaciones por despido y la posibilidad de recortar el salario por el empresario de manera unilateral sin una negociación verdadera entre empresarios y representantes de los trabajadores, como los elementos más lesivos de la reforma de 2012.
Para Martín, la reforma laboral del año 2012 supuso "otra vuelta de tuerca para la precarización" del mercado de trabajo. Su análisis es que esas medidas fomentaron el "dinamismo económico a través de precarizar las condiciones de empleo" y "devaluar los salarios".
"La devaluación salarial nos conduce a una economía menos productiva, menos dinámica y menos sólida", ha advertido. También ha aludido al aumento de la precaridad y de la desigualdad, que suele afectar más a mujeres que a hombres, con el encadenamiento de contratos temporales.
Sobre la temporalidad, Martín ha comparado la tasa española del 26,3%, unos 4,4 millones de asalariados, con la media europea, donde la tasa es del 15%. Esta es "una de las anomalías" del mercado de trabajo español, que se acentúa en sectores como la agricultura, la construcción e, incluso, en el sector público.
En este sentido, el responsable del Gabinete Económico Confederal ha denunciado que se recurra a la contratación temporal para cubrir puestos estructurales o se incurra, directamente, en "fraude de ley". Por eso, ha abogado por "penalizar más el fraude", "restringir la causas de la contratación temporal" y "dotar a las empresas de un mecanismo alternativo para cuando cae la demanda".
Martín también se ha detenido en analizar las consecuencias de estas reformas para los trabajadores, que "han metabolizado" esas medidas "en vidas inestables y aplazadas". Además, a los problemas de temporalidad y precariedad se suma también la dificultad para acceder a la vivienda, lo que provoca una emancipación más tardía respecto a la media europea.