Hoy es 11 de octubre
VALÈNCIA. Pocos dudan de que la absolución del expresidente de la Generalitat Francisco Camps en su última causa pendiente con la justicia ha provocado alegría en el PPCV y en el PP. Pero paradójicamente ésta es equiparable al 'marrón' que conlleva este escenario a nivel interno. Desde la Comunitat Valenciana han decidido mirar a Génova... y esperar. Mientras, desde la dirección nacional nadie abre la boca.
Camps no ha sido una persona que haya asumido una retirada de la política ni se haya apartado del partido. En su entorno más cercano seguramente hayan sido varios los que le habrá animado a dar un paso al lado a lo largo de los 15 años de procedimientos judiciales que truncaron su carrera y que a nivel personal también han hecho mella. Pero el exjefe del Consell nunca ha querido decir adiós.
Ahora, Camps ha vuelto. Hace unos pocos años, en 2021, cuando los sobreseimientos de sus investigaciones ya se iban acumulando (Visita del Papa y, especialmente, la Fórmula 1), el que fuera dirigente popular comenzó una campaña de recomposición de su imagen con la reaparición pública. Lo que podría llamarse asomar la patita de nuevo. Decidió entonces ofrecerse a la alcaldía de València, a la que claramente el partido iba a señalar a María José Catalá. Cabe recordar, así, la entrevista de Valencia Plaza al exjefe del Consell antes de la elaboración de las listas de las municipales de 2023. "Estoy seguro de que si el PP ve que tengo más apoyos, seré candidato en València", llegó a decir.
Finalmente, nada se movió. Pero por aquel entonces, sus reapariciones para postularse ya generaban incomodidad en filas populares. Se rumoreó también una posible incorporación a Vox. Camps siempre ha remarcado que su partido es el PP, que es afiliado de toda la vida y que está al servicio de estas siglas. Aunque la pregunta que flotaba (y vuelve a flotar) es: ¿Pero qué haría si el PP no le quisiera?
Aunque todavía no hay respuesta a esa pregunta, lo que sí que parece claro son dos cosas. De un lado, que el expresidente de la Generalitat no es una persona que se dé por vencida. Lo ha demostrado todos estos años y también tras su última absolución. Lo primero que hizo este miércoles fue recordar que él seguía allí y que seguirá estando. Tiene, dijo, todo el tiempo del mundo. Quiere volver a la primera línea política y lo quiere hacer con su partido de toda la vida. Lo de regresar no es un impulso pasajero sino que va en serio.
De otro, y aquí viene la complicación, que el PP no parece de entrada muy dispuesto, pero que va a tener que tomar una decisión. Puede ganar tiempo, pero el paso del tiempo no va a bajar el suflé de Camps. La cúpula actual de los populares –tanto a nivel nacional como autonómico– es consciente del sufrimiento del expresidente de la Generalitat todo este tiempo. Son favorables a una reparación interna y pública. Se muestran partidarios de homenajes, desagravios y gestos. Pero hasta ahí. Lo del cargo ya es otra historia.
La estrategia del PPCV en las primeras horas de la absolución resulta llamativa. Si pueden hablar poco del tema, mejor. El jefe del Consell, Carlos Mazón, se sometió este jueves a su sesión de control en Les Corts. Pero mencionó a Camps una vez, y gracias, de refilón. El portavoz del PSPV en el Parlamento autonómico, José Muñoz, fue el primero en sacar el tema ante el silencio del líder popular.
"Me sorprende que no haga una defensa cerrada del señor Camps, creía que era de lo primero que iba a hablar. Parece que les moleste. Durante los gobiernos de Camps la corrupción campó a sus anchas por la Comunitat y lo han acreditado varias sentencias. La frase de 'Paco, sólo te queda una salida: dimitir' no fue pronunciada por el PSPV sino por su partido. No fuimos nosotros los que le obligamos a apartarse. Sé que ahora tiene un buen marrón con el señor Camps", afirmó, para ironizar a continuación sobre que está libre la dirección de la Agencia Antifraude: "Pueden ponerle ahí por su conocimiento de la corrupción".
Mazón no entró. Sólo lo hizo cuando finalizó su réplica al síndic de Compromís, Joan Baldoví, en la que introdujo la aprobación de la ley de amnistía. "¿Sabe quién no ha necesitado de la amnistía? ¿De recurrir a esas trampas? Paco Camps", comentó. El hemiciclo de la derecha dedicó una larga ovación.
A las pocas menciones de Mazón se une el argumentario público del partido. Tanto el presidente de la Generalitat como la alcaldesa de València, María José Catalá, apelaron claramente el miércoles a la firmeza de la sentencia de absolución. Algo que, indudablemente, resulta relevante. Dado que la Audiencia Nacional ha condenado a un total de once personas en esta pieza del caso Gürtel, es muy probable que los condenados recurran. El pronunciamiento del Tribunal Supremo tardará, a continuación, varios meses, por lo que para el PP supone ganar tiempo, dado que ya en realidad ya podrían tomar cualquier decisión con la absolución en la mano.
De hecho, Mazón y Catalá no únicamente mencionaron la firmeza de la sentencia para hablar de cargos, sino como condición para que Camps "recobre su plena condición de afiliado". Algo que no ha sido bien recibido, como era de esperar, en el entorno del que fuera presidente de la Generalitat.
Pero en privado, la estrategia del PPCV también es pasarle la pelota a Génova. Consideran que es la dirección nacional la que tiene capacidad para rehabilitar a un dirigente como Camps. La cuestión es cómo, más allá de la afiliación. Alberto Núñez Feijóo no gobierna actualmente, por lo que resulta complicado que pueda ofrecerle un puesto en cualquier lugar, como pudiera ser un organismo nacional o algo similar. "Bueno, pues cuando lo haga", se anticipan algunas voces de la formación valenciana. Sin embargo, en la dirección nacional predomina el silencio. Consideran que nada tienen que decir. En cuanto a listas, pasado el tren de las elecciones europeas, todo está muy en el aire. Y la predisposición a ello, desde luego, no es la mejor. De manera que así están las cosas. Con un PP mirándose unos a otros y Camps mirando a todos.