VALÈNCIA. La catástrofe de la Dana del pasado 29 de octubre, que ha dejado por ahora 222 víctimas mortales y 4 desaparecidos además de innumerables daños materiales, puso en el ojo del huracán la gestión del Consell de Carlos Mazón. Un golpe político muy difícil de superar para el jefe del Ejecutivo, que fue el blanco de una manifestación de 130.000 personas en València y otras sucesivas -la última este sábado- para pedir su dimisión. El president de la Generalitat, así, se ha visto sumido en una importante crisis institucional que desde entonces ha tratado de amortiguar con diferentes golpes de efecto trazando así su propio manual de resistencia.
Primero, con una comparecencia en Les Corts en la que asumió haber cometido "errores" -si bien puso especial énfasis en los cometidos por organismos dependientes del Gobierno central como la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), y no en los de su Ejecutivo-. En esta intervención, aprovechó para anunciar una nueva estructura del Consell en la que incorporaría una Vicepresidencia de la Recuperación, y Emergencias pasaría a ser una conselleria propia.
Dos maniobras con las que el mensaje que se quiso trasladar a la ciudadanía era claro: la reconstrucción tendrá un papel fundamental en lo que queda de legislatura, tanto en lo social como económico, y por ello merece un rango de vicepresidencia porque las labores de recuperación serán transversales a todo el ejecutivo. Y, por otra, dada la magnitud de la tragedia, emergencias debe pasar a tener entidad propia.
A esta intervención, le siguió el goteo de ceses: primero Nuria Montes por sus desafortunadas declaraciones, y más tarde Salomé Pradas. Con sus bajas se daban por satisfechas las de responsabilidades políticas. Y el golpe de efecto final: la elección de los perfiles de sus sucesores y, en particular, del responsable de la coordinación de la reconstrucción, un militar.
Con todo, y a pesar de la polémica de los sueldos, lo cierto es que de una manera u otra Mazón habría conseguido contener en cierto modo la crisis en la que se ha visto inmerso. Ahora bien, a pesar de que la tensión inicial parece haberse rebajado -poco-, lo cierto es que la causa amenaza con judicializarse, lo que sin duda supondría un problema mayor para la supervivencia del president de la Generalitat al frente del cargo.
Un escenario que a Génova no se le escapa y por el que conviene tener en cuenta el banquillo con el que cuenta el Partido Popular en la Comunitat Valenciana. Si este marco se produjera, siempre podría decidir someterse a una cuestión de confianza en la Cámara y tratar de sumar los apoyos de Vox para superarla hasta llegar a las elecciones de 2027 tratando de mantener a flote el barco del PP. Siempre y cuando el partido no acabara forzando su salida.
Pero si las circunstancias acabaran sacándole de la ecuación, las opciones sobre la mesa serían limitadas si se atiende a lo que establece el artículo 152.1 de la Constitución Española: "La organización institucional autonómica se basará en una Asamblea Legislativa, elegida por sufragio universal [...] un Consejo de Gobierno con funciones ejecutivas y administrativas y un Presidente, elegido por la Asamblea, de entre sus miembros, y nombrado por el Rey". Es decir, que para ocupar la Presidencia de la Generalitat es obligatorio ser diputado autonómico. Y es aquí, en Les Corts, donde se observa cierta carencia de perfiles conocidos o con el empaque suficiente para asumir el cargo.
De entre los 39 diputados restantes con los que cuenta el PP en el Parlamento valenciano, a nadie se le escapa que la figura de María José Catalá ha emergido como una opción de futuro entre las filas populares, pues ha sabido esquivar el tsunami político y mantener un perfil bajo sin entrar al trapo en las disputas entre Gobierno central y Consell sobre las responsabilidades de lo sucedido. Sin embargo, si el partido necesitara ese relevo sería necesaria también una alternativa clara para liderar el consistorio, pues no pueden convocarse nuevos comicios municipales, lo cual reviste la operación de mayor complejidad. "Sería desvestir un santo para vestir a otro", resume un cargo del PP.
La ecuación, sin Catalá, se complicaría aún más, si bien sería para unos meses transitorios para conseguir llegar a elecciones. En la bancada destacarían perfiles como el de su síndic, Juan Fran Pérez Llorca, quien además ocupa la secretaría general del PPCV. Lleva las riendas del partido y es una persona de la total confianza del presidente de la Generalitat, por lo que forma parte del núcleo más cercano en la toma de decisiones sobre estrategia o negociaciones con otras formaciones. No obstante, precisamente esto podría ser un factor que menguara sus opciones.
También sobresale como parlamentaria la portavoz adjunta, Laura Chulià. Exalcaldesa de Benetússer, fue una de las favoritas en las quinielas para incorporarse al Consell de Mazón cuando este acometió la remodelación. Fue directora de campaña en las elecciones europeas y en Les Corts ha negociado algunas de las leyes más importantes impulsadas en la presente legislatura.
Junto a ella, también podría situarse Alfredo Castelló, vicepresidente primero de la Mesa de Les Corts. Castelló ha ostentado tanto cargos orgánicos como institucionales: ha sido alcalde del Ayuntamiento de Sagunto durante siete años, pero también coordinador del PP o presidente del Partido Popular en su municipio. Y lo mismo le ocurre a Víctor Soler, secretario primero de la Mesa de Les Corts, que fue primer teniente de alcalde en el Ayuntamiento de Gandia y desde 2015 ocupa un escaño en Les Corts.
Otros diputados que destacan en la bancada del PP por su experiencia son Elena Bastidas, Vicente Betoret, Mari Carmen Contelles o Beatriz Gascó. Sin embargo, el protagonismo de estos fue mayor en legislaturas pasadas que en la actual: Bastidas, cuando ejerció de portavoz de políticas sociales en el grupo popular durante la gestión de Mónica Oltra al frente de la Conselleria en el mandato pasado.
Betoret y Contelles, han sido dirigentes del PP, ostentaron cargos en la provincia de Valencia y protagonizaron una dura batalla por el control del partido en plena pérdida de poder institucional de los populares una vez pasadas las elecciones de 2015. El congreso en el que debían enfrentarse nunca llegó a celebrarse y al final Vicente Mompó tomó las riendas en la provincia, por lo que el protagonismo de ambos, aunque lograron escaño en Les Corts quedó tocado.
Gascó, por su parte, ejerció una fuerte labor de oposición cuando Vicent Marzà y más tarde Raquel Tamarit gestionaron la Conselleria de Educación. Sin embargo, con el PP en el gobierno y José Antonio Rovira al frente de la Conselleria, su tono se ha rebajado y, con ello, sus intervenciones y protagonismo en la Cámara.
José Juan Zaplana, Verónica Marcos o Fernando Pastor también son rostros conocidos en el PP. Provienen de legislaturas anteriores donde se encargaron de materias trascendentales. Zaplana, por ejemplo, ganó enteros en el partido por ejercer una férrea oposición al Botànic en materia de Sanidad durante la pandemia de la covid-19 con Ana Barceló al frente de la Conselleria. Marcos también jugó un papel relevante durante la creación de la radiotelevisión pública valenciana; y Pastor en cuestiones de Turismo cuando Francesc Colomer era secretario autonómico.
A partir de ahí, y siendo que estos diputados ya son actores secundarios en la actualidad, el resto de perfiles tienen un grado de conocimiento entre la población todavía más limitado porque provienen de ayuntamientos o de la función pública. Salvador Aguilella es secretario general del PP de Castellón. Técnico de orientación laboral de profesión, fue alcalde de Onda de 2011 a 2015, y diputado provincial de Hacienda y Empleo de 2015 a 2019; José Aleixandre, técnico de comercio y marketing, fue alcalde de El Palmar de 2016 a 2020; Wenceslao Alós es alcalde de Moncofa; Candela Anglés es concejala en el Ayuntamiento de Càlig y presidenta del partido en dicho municipio; Paqui Bartual es alcaldesa de Xirivella, además de responsable de Fiestas en su localidad.
Noelia Císcar ha sido concejal del PP en Calpe; Eduardo Dolón fue alcalde de Torrevieja la legislatura pasada además de vicepresidente primero de la Diputación de Alicante de 2015 a 2019; Alejo Font de Mora, hijo del histórico diputado del PP Alejandro Font de Mora, ha sido tesorero del PP de Vila-real, concejal en el municipio de 2015 a 2019 y en la actualidad es Vicesecretario de planificación y estrategia del PP en esta localidad; José Forés, es presidente del PP de Llombai y alcalde de este municipio; María del Mar Galcerán, primera diputada con síndrome de Down, fue ordenanza interina en Presidencia de la Generalitat durante más de una década y es funcionaria de carrera desde 2010 en la Conselleria de Servicios Sociales;
Maria Luisa Gayo ha sido concejala en el Ayuntamiento de Alicante en sustitución de Asunción Sánchez Zaplana; Andrea Gigante, maestra de Primaria, es secretaria del área de Solidaridad del PP en València ciudad; José Domingo Giner es alcalde de San Rafael del Riu; María Gómez fue diputada en la Diputación de Alicante, donde gestionó el área de Administración General, Proyectos Europeos y Hacienda; Magdalena González es miembro de la Junta Directiva del PPCV, vicesecretaria general del PPCV y asesora en la VII y VIII legislatura en Presidencia de Les Corts durante la etapa de Milagrosa Martínez, Juan Cotino y Fontdemora.
José Ramón González de Zárate, segundo teniente de alcalde del Ayuntamiento de Benidorm ha ostentado distintos cargos orgánicos en el PP a nivel local y provincial; Javier Gutiérrez fue concejal en Xixona de 2015 a 2023 y diputado provincial en la legislatura pasada; Jesús Lecha, concejal del PP en Morella, trabajó en el gobierno valenciano desde 2003 y de 2011 a 2015 fue jefe de Gabinete de Alberto Fabra; Adoración Llop es secretaria de la Comisión de Sanidad de Les Corts; María del Carmen Martínez Clemor fue portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Villena y excandidata a la alcaldía de este municipio por este partido, si bien al inicio de su carrera política militó en el PP, fue concejala de Deportes entre 1999 y 2003 y diputada provincial con Julio de España; Luis Martínez ha sido teniente de alcalde en el Ayuntamiento de Almassora y diputado provincial; Maria Nieves Martínez, médico de familia, ya fue diputada en la VIII legislatura.
Dolores Peña llegó a Les Corts con la marcha de Macarena Montesinos a Madrid; Lucía Peral es vicesecretaria de Comunicación del PP de la provincia de Alicante desde abril del año pasado, fue concejala y portavoz de su partido en el Ayuntamiento de San Isidro; Manuel Fenoll, exalcalde de Benidorm, ha sido diputado en Les Corts Valencianes a lo largo de seis legislaturas: IV, V, VI, IX y X, además de la actual. Dolores Roch ha sido teniente de alcalde en el Ayuntamiento de Torrent y la legislatura pasada fue concejala en este consistorio; y José Salas ha sido vicesecretario de organización de la sección local de Elche del PPCV y fue elegido diputado autonómico en 2015 y más tarde en 2023.
En definitiva, un grupo parlamentario diseñado principalmente para una situación cómoda de gobierno aunque también con algunos diputados concretos con mordiente para la tarea de oposición si hubiera llegado el caso. No obstante, no se atisban excesivos perfiles consolidados y con la suficiente proyección para protagonizar una sucesión, excepto algunos de los mencionados al principio, por lo que quizá Catalá tendría que ser obligatoriamente la opción en el caso de que la situación fuera insostenible o, directamente, apostar por una dimisión acompañada de convocatoria electoral salvo que se apostara por un perfil de transición muy breve para llegar a las urnas.