La artista llega a La Rambleta este 25 de julio para presentar su próximo disco 'Marchita'
VALÈNCIA. La 'Chavela Vargas millennial', la artista 'viejoven' de la canción triste. Silvana Estrada se ha convertido con tan solo 24 años en una de las artistas con más proyección de su país, México. Empezó en la música sin más pretensión que la de sacar lo que tenía dentro. Jamás se habría esperado lo que vino a continuación, ni mucho menos lo que ocurrió el pasado martes por la noche en Madrid: la artista llenó el Palacio Real en lo que, según ella, fue el concierto más emblemático que ha celebrado hasta la fecha.
Su música tiene un poco de jazz y mucho del folclore y la tradición mexicana. No necesita más que su voz y un instrumento para transmitir sensaciones. Llegará a La Rambleta el próximo 25 de julio con su próximo disco, Marchita. En él canta sobre la tristeza y el duelo que sigue a una ruptura. No obstante, ahora cuenta a Culturplaza que ya no se identifica con aquellos sentimientos. Ahora se encuentra en un momento de paz y bienestar y, como indica, tratará de plasmarlo en sus próximos trabajos.
-Pronto verá la luz Marchita. En algunas entrevistas has dicho que ahora, un par de años después de escribir este álbum, ya no coincides con aquella visión del amor que tenías, “inocente” e “idealizado” en palabras tuyas.
-Creo que Marchita es un disco que retrata muy bien una época concreta de mi vida. Va pasando el tiempo y una cambia. Es normal dejar de identificarse con canciones que has escrito en el pasado. Es un disco que escribí tras una ruptura, así que la visión del amor que deposito en él es distinta a la que tengo ahora. Lo considero como un viaje personal que me llevó a poder entenderme a mí misma. Lo escribí de manera muy solitaria, en mi duelo. Es un disco muy triste, muy centrado en el dolor. Sin embargo, gracias a esa oscuridad, la luz se vuelve importantísima.
-Como dices, tu música abraza en gran medida la tristeza. También se aprecia en tus letras la nostalgia del pasado y, en cierta manera, la felicidad de poder vivir y sentir. Pero sobre todo, tristeza.
-Creo que la tristeza siempre está, como la alegría. Son sentimientos con un rango muy extenso a la hora de sentir inspiración. Me gusta hablar de la tristeza o desde la tristeza porque creo que tiene muchas posibilidades y combinaciones. Me gusta la música alegre, pero me gusta esa alegría nostálgica que te hace llorar. La tristeza ha sido mi lugar recurrente al que ir a la hora de escribir. Mi reto ahora es buscar otros momentos, espacios, metáforas... Al fin y al cabo ese es el trabajo de los cantautores. Exploramos dentro de nosotros. No voy a cambiar de identidad, pero poco a poco voy encontrando nuevos espacios emocionales donde crear. Un ejemplo es la paz y el bienestar. No es muy poético decir que estás muy bien, pero es un viaje, un reto al que me apetece enfrentarme.
-Con un puñado de canciones ya has conseguido posicionarte como una de las artistas con más proyección de tu país. ¿Cómo estás viviendo todo esto?
-Con mucha alegría. Cuando lo pienso es muy chocante. Ayer toqué en el Palacio Real de Madrid y se agotaron las entradas. La gente estaba muy feliz, cantando, llorando, sintiendo. Esta mañana, al despertarme, pensaba: ¡qué locura! Lo que más impacto me produce es mirar hacia atrás y pensar que hace cuatro años estaba en mi casa, componiendo y sin pretensiones más allá de sacar lo que tenía dentro. Es muy impactante ver que siendo honesta y trabajadora se consigue esto. Aunque también te digo, desde fuera parece todo lindo, pero ahora mismo estoy exhausta [ríe]. Hemos trabajado muchísimo.
-En lo que llevamos de año los feminicidios en México han aumentado un 7%. El pasado marzo lanzabas Si me matan, un tema que nacía para “calmar la herida que la violencia de género deja en México".
-Esta canción surge de la herida nacional que ha dejado en México el feminicidio y la violencia de género. Era muy importante para mí sacarla, porque representaba un momento de sororidad, de acompañamiento. En México, el miedo te arruina la vida. Esta canción nace de negarme a ese miedo. En mi país las mujeres tenemos que hablar el doble y trabajar el triple para que se nos escuche.
-En esa línea, en algunas ocasiones has denunciado esa fuerza y resistencia que se les exige a las mujeres, que en un mundo como el actual no pueden permitirse ser frágiles y vulnerables. ¿No tienes momentos de debilidad?
-Muchísimos. Es verdad que cuesta mucho. En este mundo tan patriarcal y machista hay que estar exigiéndose todo el rato a una misma, demostrándose que seguimos adelante, que podemos con todo. Sin embargo, yo intento tener momentos de fragilidad. En el escenario, por ejemplo, suelo mostrarme frágil. Y creo que precisamente ahí está mi fuerza. El hecho de mostrar la debilidad con orgullo, respeto y amor es una manera muy sana de ver todo esto.
-Hablas mucho de la importancia del ‘poder de la canción’. Tus canciones son efectivas nada más que con tu voz y un instrumento. Hay mucha pulcritud y sinceridad en tu sonido. Estamos en un mundo en el que el éxito se lo llevan géneros como el trap y el reggaeton y en el que prima la comercialidad. ¿Qué postura tienes frente a todo esto?
-Intento pronunciarme lo menos posible sobre esto, porque es un tema muy controvertido. Una vez me citaron muy mal, dijeron que no me gustaba el reggaeton y es mentira, me gusta mucho. Es verdad que estamos momento muy extraño en la industria. No la entiendo, ni ella me entiende a mí. Mi música no encaja en ella. Creo que es muy necesaria la creatividad por parte de nosotros, los artistas. Depender de la industria puede ser muy perjudicial para un artista si tenemos en cuenta sus intereses evidentes.
La música va hacia un lugar demasiado común. Bajo mi punto de vista, las canciones que triunfan en radios internacionales suelen ser muy parecidas entre ellas. Me impresiona mucho el crecimiento vertiginoso de una sola estética, que además absorbe a muchas otras. Todo se va volviendo más homogéneo. Ganan los intereses y se va perdiendo el trabajo de la persona. Por lo general, la industria no impulsa a artistas comprometidos con su obra. Quizás están comprometidos con una narrativa o con un valor estético pasajero. Habría que entender que en una industria sana cabemos todo. El crecimiento vertiginoso de un solo género no es bueno.
-Tus canciones han pasado por momentos nostálgicos, de desamor, de crecimiento personal y sanación… ¿En qué punto te encuentras ahora?
-Ahora estoy en un momento de mucha paz y bienestar, estoy muy contenta. En la pandemia tuve mucho tiempo para reflexionar sobre mi vida. La música que viene ahora tiene más de humor. No va a ser chistosa, me refiero a la ligereza. Mis nuevas canciones son menos solemnes. Sigo hablando de amor, vida, sentimientos…, pero con un toque mucho menos introspectivo. Saldrá el próximo año.
-El otro día diste un concierto para el ciclo Jazz en el Palacio Real de Madrid. Es el concierto más importante que has hecho hasta ahora. La prensa ya lo está definiendo como un ‘crac’, un impulso definitivo a tu carrera. ¿Cómo fue?
-Fue maravilloso. Me cuesta explicarlo, pero sentí que todos entrábamos en un universo fuera de lo terrenal. Mi equipo y yo nos envolvimos en una especie de universo sonoro. Y creo que a partir de ahí, la gente se dejó conmover a través de la música.
-Tus padres son lauderos, se dedican a la fabricación de instrumentos. ¿Viene de ahí tu pasión por la música?
-Creo que sí. He crecido entre músicos. Ellos no se dedican a la música como tal, así que no conocí el universo super riguroso al que están acostumbrados los hijos de músicos. Sin embargo, yo siempre he vivido de la música emocional y espiritualmente. Siempre me ha alegrado la vida, desde mucho antes de que me dedicara a ella profesionalmente.
-Tu música tiene mucho de jazz y del folclore y la música tradicional mexicana. ¿Quiénes dirías que son tus referentes?
-Como voces femeninas diría Mercedes Sousa, Chavela Vargas, Toña la Negra y Violeta Parra. También aprendí mucho de Agustín Lara, de José Alfredo Jiménez y de Álvaro Carrillo.
-¿Cuáles son tus próximos proyectos?
-Primero, sacar Marchita en otoño. Terminaré la gira en España y luego empezaré la gira en Estados Unidos. Quisiera hacer un poco de pie en México y empezar a grabar música nueva. Quiero seguir sacando discos. El próximo ya lo tengo escrito, solo tenemos que grabarlo. Saldrá el próximo año
-¿Cómo te ves dentro de diez años?
-Quisiera verme feliz, contenta, plena, haciendo música y colaborando con gente que admiro. No siento tanto que tenga que crecer en número de seguidores. Me emociona la idea de ir creciendo e ir explorando mis posibilidades. Mi propia voz y mis canciones. La idea eventual de versionar otras músicas y aprender otros estilos me gusta. Creo que en diez años habré tenido la libertad de ponerme en esos lugares, de haber aprendido y crecido.