VALÈNCIA. Las actas del proceso de elección de Alfred Costa como director general de À Punt evidencian la falta de justificación a la hora de otorgar muchas de las puntuaciones a los candidatos. En la valoración final, el proyecto suponía un 50 % y el currículum, junto con la entrevista, otro 50 %. Varios de los aspectos que se analizan, sin embargo, fueron despachados con una explicación de una sola línea por parte de la comisión de valoración, de acuerdo con la información a la que ha tenido acceso Valencia Plaza.
El Consell Rector de la Corporació Valenciana de Mitjans de Comunicació (CVMC) la remitió parcialmente a Pere Valenciano -uno de los aspirantes al cargo- el pasado 20 de octubre. El periodista envió la primera solicitud de acceso a los documentos del proceso en marzo, un mes después de que se propusiera oficialmente a Alfred Costa. La respuesta llegó en junio, cuando el Consell Rector le envió únicamente el currículum del nuevo director alegando confidencialidad.
A comienzos de octubre reiteró su petición tras la anulación del nombramiento de la anterior directora general, Empar Marco, por parte del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV) en septiembre. Su exigencia fue satisfecha, en parte, varios días después. Esta vez, se le facilitaron las actas con el total de candidatos pero con los nombres tachados, las calificaciones totales y parciales y las deliberaciones.
La corporación, de nuevo, argumenta que ofrecer la totalidad de datos podría vulnerar la garantía de confidencialidad recogida en la convocatoria del proceso de selección. Sin embargo, admite una evidencia inevitable: la decisión choca de lleno con la transparencia. "Estamos frente a un conflicto de derechos, el de transparencia y el de confidencialidad, que aconseja a la CVMC actuar de forma prudente, aunque el ordenamiento jurídico otorga al solicitante diversas vías para que sus derechos sean satisfechos", responde su presidente, Enrique Soriano.
De acuerdo con parte de las actas, el 2 de enero se constituyó la comisión de valoración, formada por Soriano, cuatro vocales (Mar Iglesias, Pepe Martínez, María Lozano y Marc Pallarés) y el secretario, Ferran Bargues, para la elección de la persona que iba a ocupar la dirección general de À Punt. A lo largo de casi siete horas estudiaron el currículum de un total de 10 aspirantes. Aunque no se concreta cuáles, los nueve nombres que trascendieron en su momento fueron Alfred Costa, Pau Vergara, Pepe Crespo, Paco Picó, Paco García Donet, Artur Balaguer, Pere Valenciano, Juli Esteve y Germà Arroyo. De los iniciales, uno fue descartado por no cumplir con el requisito de la titulación universitaria que recoge las bases -se apuntó a Juli Esteve- y otro renunció al proceso a mitad.
Las puntuaciones más altas en currículum, sobre 10, fueron un 5,7; un 5,6 (Pere Valenciano) y un 5,1. El resto se situaron por debajo del "aprobado". En cuanto a las justificaciones en cada uno de los apartados, la mayoría ocuparon una o dos líneas de argumentación. Algo lógico en criterios claros como los idiomas, pero llamativo en aspectos como el liderazgo, la capacidad de negociación y de comunicación o la experiencia en el cumplimiento de lugares de responsabilidad, teniendo en cuenta la subjetividad con la que se pueden abordar las calificaciones.
Precisamente respecto al conocimiento de lenguas, en esa misma reunión, la comisión estableció las puntuaciones concretas para cada nivel, tanto de idiomas extranjeros como para valenciano.
La siguiente reunión se celebró el 17 de enero. Entre las 10:20 y las 11:20 horas se valoraron los proyectos. Aquí, las puntuaciones más altas fueron un 6,7; un 6,1; y un 5,8. Cuatro de los aspirantes no superaron el "aprobado". En cuanto a la justificación, su extensión es un poco mayor a la del currículum, pero resulta genérica. La motivación para calificar los ítems de cada candidato se solventa en un cuadro de una página.
Dado que únicamente dos aspirantes obtuvieron una puntuación superior a 5 tanto en currículum como en proyecto, la comisión de evaluación acordó que los finalistas eran Alfred Costa y Paco García Donet. Ambos pasaron entonces a la fase de la entrevista.
Tras tener acceso a parte de los documentos, Pere Valenciano ya ha anunciado que interpondrá un recurso de reposición ante el Consell Rector contra el proceso. En caso de que no obtenga respuesta, acudirá a los tribunales como ocurrió con la elección de Empar Marco por lo que considera un "veto político".
En la sentencia del TSJCV que anuló este nombramiento, los magistrados, aparte de hacer especial hincapié en las incompatibilidades de dos miembros del Consell Rector y de la comisión de valoración, reprocharon la falta de transparencia en la elección. En ninguna de las fases del concurso y ni tan siquiera al responder al primer recurso de reposición planteado por Pere Valenciano, apuntaban, se explicaron las razones o la justificación de las puntuaciones otorgadas a los aspirantes por los méritos que se han presentado a pesar de la reiteración en su petición. "Este silencio no es aceptable desde la perspectiva evolutiva que ha experimentado la jurisprudencia en esta temática litigiosa", concluían.
La Sala sostenía, de este modo, que cualquier afectado por una determinada calificación tiene derecho a que le sea comunicada la motivación de la misma y de la puntuación que hayan sido aplicadas. Una manera de discernir si el juicio técnico está correctamente justificado. El tribunal recordaba, además, que pese a que el Consell Rector sea el órgano encargado de la selección, el proceso ha de cumplir con la legislación, con el Estatuto Básico del Empleado Público y con los principios de igualdad, publicidad, mérito y capacidad.
Argumentos, todos ellos, que se repiten en el caso de las peticiones de documentación respecto al nombramiento de Costa.