VALÈNCIA. El tercer almuerzo con los candidatos a la Alcaldía de València que está organizando Valencia Plaza tuvo como protagonista al actual alcalde de la ciudad y aspirante a revalidar el cargo por parte de Compromís, Joan Ribó. El novecentista Café Madrid ejerció de telón de fondo para que redactores y colaboradores pudieran plantear numerosas cuestiones al candidato, que según buena parte de los sondeos electorales se debatiría la vara de mando con el PSPV.
La coalición valencianista ha gobernado estos cuatro años con socialistas y València en Comú, matriz de Podem. No han sido pocas las discrepancias públicas entre las diferentes fuerzas. En ese sentido, Ribó opinó que el Govern de La Nau ha sido "mucho más transparente" que el Govern del Botànic, si bien quiso resaltar que ha sido el primer gobierno municipal de las grandes ciudades que ha aprobado sus presupuestos y que "siempre ha habido unidad en las votaciones". Asimismo, recordó que él, como alcalde, "siempre" ha intentado que estas discusiones se dieran entre portavoces para "mantener los equilibrios del Gobierno". "El PAI del Grao fue la única diferencia que he manifestado públicamente", recordó.
En cuanto a una nueva coalición de gobierno con PSPV y Podem, Ribó aseveró que Compromís "no va a poner líneas rojas" y emplazó a después de las elecciones a pensar sobre qué áreas prefiere gestionar cada fuerza. Preguntado por cuáles le gustaría dirigir, calificó de "muy importantes" la concejalía de Policía Local, la de Urbanismo, la de Deporte, o la de Vivienda, aunque recalcó que "eso no implica que las tengamos que llevar". Si se diera la reedición de La Nau, no cierra la puerta a un cambio del nombre del acuerdo, como se está replanteando a nivel autonómico, "siempre que sea un nombre razonable de la ciudad".
Las negociaciones de 2015 estuvieron presentes en el almuerzo y el alcalde admitió que su equipo fue "generoso" con sus socios de gobierno porque es "muy importante que los grupos que no son mayoritarios puedan tener peso". Aludió aquí a algunos ejemplos como la rotación de los partidos a la hora de dirigir los plenos, o a la visibilidad de PSPV y València en Comú en las ruedas de prensa posteriores a las Juntas de Gobierno. "Nos interesa que estos grupos tengan visibilidad; nos creemos mucho la coalición y por eso hemos estado cediendo", arguyó, para añadir que "gobernar una coalición no es fácil". "A mí no me preocupa haber cedido demasiado", concluyó.
Pese a contar con nueve concejales, "casi el doble", incidió, que los socialistas, han sido los segundos los que han dirigido áreas de calado como Hacienda, Urbanismo o Policía. Sobre esto, aclaró que "el jefe de Hacienda es Alcaldía" y que él mismo ha hecho un "seguimiento muy serio" mediante el edil en cuestión, Ramón Vilar, y los habilitados nacionales. En cuestiones urbanísticas, Ribó subrayó que la coalición que dirige no tiene el mismo planteamiento que el PSPV. "Nosotros queremos superar el antiguo concepto de PAI con una visión más participativa", explicó. Tampoco en asuntos turísticos coinciden, e hizo referencia a la tasa turística. "No es el mismo modelo porque no somos el mismo partido", concluyó a este respecto.
Preguntado por las rebajas fiscales propuestas por los partidos de derecha, el alcalde insistió en que la ciudad "tiene un nivel de impuestos adecuado" que no hay que modificar al alza, pero tampoco a la baja porque "hay muchísimas necesidades y por desgracia hay una deuda que hemos de seguir pagando y que no hemos generado nosotros". Eso sí, "hay que hacer pagar a todo el mundo", algo que se ha empezado a hacer este mandato. Además, quiso recordar que el Govern de La Nau ha bajado "todas las tasas". Pero el Ayuntamiento tiene unos 70 millones de superávit, se le planteó, ante lo que Ribó explicó que este superávit "se utiliza al año siguiente" especialmente en inversiones.
Ahora bien, el programa de Compromís sí recoge alguna rebaja fiscal para autónomos y para la industria con el objetivo de "incentivar" ambos sectores para que en un período de seis o siete años "vayan entrando en un sistema fiscal normal". Otro compromiso es el de rebajar la tasa Tamer, que se paga en la factura del agua por el tratamiento de residuos, si bien esto es competencia del Emshi, el organismo supramunicipal del que forman parte también otros consistorios.
Acerca de la falta de personal manifiesta en el consistorio, el primer edil dijo que en la administración municipal "se están jubilando las primeras personas que entraron en la primera legislatura democrática"; y para suplir estas carencias, "se han abierto muchas bolsas de interinos". Al mismo tiempo, explicó, se están planteando oposiciones para "estabilizar al personal de una manera clara". Una de las quejas de la oposición a este respecto es que se está incrementando el capítulo 1 del presupuesto -el dedicado al personal-, si bien es "totalmente razonable" puesto que se sitúa en torno al 33% del total de las cuentas. La falta de personal en la Policía es "el caso más descarado", pero también será reseñable en las áreas de economía y hacienda.
El alcalde admitió que el consistorio trabaja con una "estructura vieja" que es necesario "modernizar en base a gerencias que controlen áreas interrelacionadas", lo que permitirá ahorrar en personal. Y es que, lamentó, se utilizan sistemas bastante "taifales" donde muchos servicios "van cada uno por su lado" y están "perdiendo tiempo en comunicaciones internas", algo que pretende mejorar en el próximo mandato.
Concretamente hablando del área cultural, repartida entre los socios de gobierno y entre diferentes ediles, explicó que "hay que cambiar la estructura del Ayuntamiento y por supuesto puede haber habido disparidades entre un sector de cultura y otro", por lo que su propuesta va encaminada a una única área de Cultura pero con un planteamiento gerencial. Además, abrió la puerta a una organización similar al primer Botànic basado en el mestizaje. "Tengo dudas, pero seguramente lo prefiero", y manifestó su intención de ponerlo sobre la mesa en la posible negociación de un nuevo gobierno de izquierdas.
En esa reforma de la arquitectura interna del consistorio, uno de los aspectos en los que pensaba el alcalde era en la agilización de la tramitación de las licencias de obras y actividades. La oposición ha hecho del atasco en su concesión, una campaña contra la gestión municipal. Para resolverlo, Ribó dijo que "hay que llegar a acuerdos con los colegios profesionales para trabajar de manera más rápida". "En algunos casos, ese método funciona mejor y en otros funciona peor", puntualizó.
¿Ha habido falta de comunicación por parte de la concejalía de Movilidad, dirigida por Giuseppe Grezzi, con algunos sectores de la ciudad? "En general, no", contestó el alcalde, que apeló al Plan de Movilidad Urbana Sostenible de 2013 y arguyó que con "los cambios en la movilidad, de alguna manera, estás beneficiando a un sector y estás perjudicando a otro" aunque insistió en que, con el tiempo, la ciudadanía se acostumbra a las políticas implementadas. Admitió que "es posible" que alguna queja no se haya atendido, pero aclaró que la voluntad es resolverlas. Hizo referencia, además, a la Mesa de Movilidad donde están representadas "gran cantidad de asociaciones" y donde "las cosas funcionan bien". Con todo, subrayó que "si alguna cosa objetivamente se puede mejorar, se mejora; no pasa absolutamente nada".
Otra de las puntas de lanza de la oposición ha sido la falta de construcción de vivienda pública. Sobre ello, el alcalde relató que, inicialmente el gobierno municipal se centró en los desahucios por impago de las hipotecas. "Ese tema lo hemos controlado, igual que hemos acordado con empresas de agua y de luz", pero actualmente "está adquiriendo importancia el alquiler". Por ello, la intención es crear un parque de vivienda público o semipúblico con el alquiler controlado, "ya que no lo hace el Gobierno de Pedro Sánchez". "¿Hemos reaccionado tarde? Sí", admitió el dirigente de Compromís, cuya propuesta es poner en marcha una empresa mixta para agilizar la construcción de 600 viviendas de alquiler asequible.
Adujo dos razones para optar por esta vía: será más veloz y permitirá hacerlo sin la necesidad de subir los impuestos. En esta sociedad, el consistorio cederá solares que tiene disponibles y la parte privada, mediante concurso público, se encargaría de las promociones. Se desconoce todavía si sería un único socio privado o diversos. "Si hay muchas empresas dispuestas, podemos contemplarlo"; es más, "ojalá podamos correr más". "Nos encantaría contar con el mundo cooperativo", adelantó. Eso sí, la condición es que se adopte un compromiso claro para controlar el alquiler.
Una de las críticas a la figura del alcalde que se ha oído durante el mandato es "la baja intensidad de su agenda", según revelaba uno de los miembros de la mesa. Al respecto, Ribó dijo que "estaban un poco equivocados": "No todo lo que hago lo pongo en la agenda; cuando llego todos los días a primera hora me reúno con el responsable legal, y luego hablo con mucha más gente, pero eso no está en la agenda", especificó. "A veces, las cosas necesitan discreción, no es bueno por parte de Alcaldía dedicarse a la permanente ostentación". Recordó que "estamos en coalición" y que "todo el mundo ha de tener su luz y sus destellos". Una de las características necesarias para que un gobierno de coalición "no se atasque", dijo, es "la prudencia y la no ostentación excesiva". En caso contrario, "hay riesgos de que pueda descarrilar". En definitiva, que "la Alcaldía no es un sitio para lucirse".
'Parla amb Joan Ribó' fue una de las medidas puestas en marcha por el alcalde al llegar a su cargo, gracias al cual, reveló, entró en contacto con muchos casos serios con problemas de vivienda o de pobreza. "Aquí la desigualdad pesa mucho", lamentó; "tenemos un sistema económico que margina totalmente a una parte muy importante de la población", por lo que uno de los puntos de su programa es abrir tres centros de Servicios Sociales en el Cabanyal, el Parque Central y el barrio de Benicalap. Y la estrategia que se va a seguir este último caso, y que se quiere aplicar a otros barrios, es organizar los edificios municipales de forma multidisciplinar, que ofrezcan servicios culturales y asistenciales.
Se le planteó al candidato de Compromís si tenía en mente alguna vía para caminar hacia un desarrollo de València con el propósito de que se entendiese 'como un todo' para vivir, estudiar, e invertir; un concepto de ciudad ya impulsado en urbes como Londres, Amsterdam o Copenhage, que confiera importancia al desarrollo de su área metropolitana. Ribó resaltó uno de los proyectos en marcha: 'València, capital de la música'. "Es uno de los proyectos que estamos impulsando y no sólo a nivel público, sino manteniendo una estructura privada que será potente en un futuro", explicó el alcalde.
Además, incidió en que València "ha de ir hacia un planteamiento metropolitano" y apuntó, como "pequeño embrión", a la Autoridad de Transporte Metropolitano de Valencia (ATMV). También señaló que es necesario pensar en un "turismo metropolitano" y en campos como el agua y los residuos, como se está haciendo en el transporte. "Antes existía el Consell Metropolità de l'Horta y se lo cargó el Partido Popular", recordó el primer edil. Incidió también en los beneficios económicos que tiene pensar a nivel metropolitano: "si tenemos un consorcio, podemos acceder a financiación europea que ahora mismo perdemos por no tener una estructura adecuada".
"Compromís quiere que sean un centro de innovación", sentenció el alcalde acerca de Las Naves, pero pensado "con criterios sociales". "No es un centro solamente para hacer aplicaciones de móvil, sino que se vincule con la alimentación, la energía, el medio ambiente, y los temas sociológicos", matizó. Es decir, la intención es mantener su estructura actual, pese a que María Oliver, de Podem, había manifestado su voluntad de convertirlo en un centro cultural.
Al hilo del impulso de la innovación, el alcalde puso en valor La Marina como "buque insignia" donde ya existen "muchos elementos de innovación y algunos que nos vienen de antes", como el EDEM. Y por ello, Las Naves deberían acompañar esta estrategia y "funcionar como un segundo elemento que trabaje conjuntamente con aspectos que impulse el Ayuntamiento", "una innovación pegada a la realidad".
Preguntado por su ausencia en algunas celebraciones religiosas, Ribó dijo que según la Constitución, el Estado español es aconfesional y que "no es razonable ver a un alcalde presidiendo una procesión". "Mi mayor respeto por todas las personas creyentes, pero también hay que respetar a las que tienen otras creencias y a las que no tienen ninguna", resaltó. Ahora bien, por ejemplo, a la fiesta del Corpus admitió ir porque "tiene un componente cultural importante". Al hilo, añadió que "en este país, más que en muchos otros, es importante respetar este principio constitucional".
¿Es contradictoria su voluntad de gobernar para todos los valencianos y su ausencia en este tipo de actos, dado que buena parte de los valencianos son católicos e incluso los no creyentes asisten? La respuesta fue contundente: "He de reconocer que muchos aspectos religiosos a lo largo de los años se han ido transformando en culturales, pero una procesión es una procesión, un acto religioso, no nos engañemos". A juicio de Joan Ribó, el primer edil "no debe estar ahí, ni en una mezquita, ni en una logia masónica". "La manera de ser alcalde de todos es estar por encima de estas manifestaciones y respetarlas", sentenció.