MADRID. En un escenario de tipos "más altos durante más tiempo" como dicen los analistas estadounidenses, o en el que se establezcan en estos niveles durante un periodo "suficientemente largo" como dijo la presidenta Lagarde el jueves pasado, los tipos deberían seguir moviéndose en el mismo rango de los últimos meses teniendo en cuenta las perspectivas macroeconómicas de la Eurozona. La curva podría permanecer invertida durante un tiempo y comenzar a empinarse cuando el BCE comience a evaluar que se acerca el momento en que será necesario reducir los tipos.
Si creemos que las correlaciones entre renta variable y renta fija volverán a la regularidad, y que la deuda pública promete volver a tener un buen comportamiento ante un posible periodo sin riesgo (risk-off) del mercado o un aumento de la volatilidad, añadir duración a las carteras puede ser una estrategia útil de diversificación.
Las curvas invertidas han permitido hasta ahora maximizar los rendimientos, sin tener demasiado riesgo de tipos de interés en la cartera. En otras palabras, todavía no es el momento de asumir una fuerte exposición a los tipos, pero podemos empezar a reducir el enfoque defensivo que caracterizaba las estrategias a principios de 2023.
En cuanto a las implicaciones de las próximas decisiones de política monetaria, por el momento el mercado espera mínimamente una subida de los tipos oficiales entre octubre y diciembre. Si en el último trimestre del año se confirma el estancamiento de la economía y la caída de la inflación, el mercado se centrará en cuánto tiempo podrá el BCE mantener los tipos estables.
De momento parece una discusión para la segunda mitad del año que viene pero, teniendo en cuenta la incertidumbre del escenario macro y sobre todo la dificultad de estimar los efectos a largo plazo del ciclo de subidas de tipos, no se puede descartar que la reversión del ciclo monetario se produzca antes de lo esperado.
Mauro Valle es responsable de Renta Fija de Generali Investments Partners