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la guerra en ucrania también hace peligrar su mercado hortofrutícola de 3 millones

Rusia vuelve a castigar a Anecoop: devuelve 11 contenedores de vino   

4/03/2022 - 

VALÈNCIA. La guerra en Ucrania por la invasión rusa ha provocado una verdadera crisis humanitaria con miles de refugiados huyendo de las bombas. Pero el conflicto armado también está convulsionando los mercados con una inflación disparada y el precio del petróleo en máximos desde 2013. Preocupación e incertidumbre se ciernen sobre la industria mundial y, especialmente sobre aquellas compañías con intereses en las regiones afectadas por el conflicto armado. 

Y este es el caso de la cooperativa agrícola valenciana Anecoop, que sigue con zozobra los acontecimientos en dos países en los que se juega 11 millones de euros en exportaciones. Pero, no solo la angustia se traslada al futuro de su negocio, sino también hacia los trabajadores y familiares de su filial en Polonia, gran parte de ellos ucranianos. Una circunstancia que les ha llevado a darles auxilio facilitando su traslado, lejos del horror de la guerra.

Desde hace años la cooperativa valenciana tiene negocios en Rusia y Ucrania, aunque lo cierto es que desde 2014 sus exportaciones al país de Vladimir Putin se habían resentido de forma drástica por el veto hacia los frescos como frutas y hortalizas. No obstante, todavía comercializaba vino en el país por valor de 8 millones de euros anuales, mientras que en Ucrania seguía vendiendo fruta, hortalizas y vinos con una facturación cercana a los 3 millones de euros. Unos productos que ahora están en jaque.

Tanto es así, que desde que estallara la guerra el pasado 24 de febrero, la compañía ha sufrido ya un nuevo castigo por parte del mercado ruso: 11 contenedores de vino han vuelto a València sin poder descargarse. Además, en estos momentos tiene otro cargamento llegando a destino vía marítima, pero desconocen si se podrá vender, mientras que otros pedidos ya se han paralizado.

Lo cierto es que hubo unos años en los que el mercado ruso fue estratégico para la compañía, donde incluso tenía una filial y llegó a vender más de 20.000 toneladas de producto. No obstante, aquel mercado se perdió después de la invasión de Crimea y las sanciones comerciales que se le impusieron a Rusia. El Kremlin contraatacó entonces impidiendo la importación de carnes, pescado, crustáceos y otros mariscos, verduras, frutas, frutos secos, leche y los productos lácteos desde EEUU, la Unión Europea, Australia, Canadá y Noruega. 

El director general de Anecoop, Joan Mir. Foto:KIKE TABERNER

Y uno de los sectores más castigados fue precisamente el hortofrutícola, que perdió el 100% del mercado y pasó de exportar 100 millones de euros anuales a cero euros. Aneecop pudo conservar su área de vinos en el país, pero dejó de vender 30 millones de euros al año. "En 2014 lo perdimos todo en Rusia y solo nos quedamos con el vino del que exportamos 8 millones al año", explica Joan Mir, director general de Anecoop. 

En estos momento, reconoce que hay mucha incertidumbre sobre el futuro y qué pasará con su negocio vinícola en el país y sus exportaciones a Ucrania. El efecto más inmediato ha sido el retorno de pedidos con destino Rusia. "El día anterior a que estallara la guerra salieron del Puerto de València once contenedores con 189.640 botellas de vino con etiqueta rusa y las autorizaciones gubernamentales necesarias, pero nos lo han devuelto", explica. 

Pero no es el único cargamento que está en juego. "En este momento tenemos otros 15 contenedores en un barco de camino a Rusia pero del que no sabemos si se llegará a comercializar. Vamos a tener pérdidas y eso lo tenemos asumido, pero en este momento es complicado estimar a cuánto ascenderán", puntualiza. Lo que sí es un hecho es la preocupación que existe entre las empresas, pero Mir subraya que "Anecoop es grande" y, este daño no les "hará tambalear". 

A este golpe se suma el que recibieron a principios de año cuando Bielorrusia cerró sus fronteras a la importación de frutas y hortalizas procedentes de la Unión Europea (UE), entre ellas las de España, como represalia a las sanciones que le impuso la Comisión Europea (CE) por sus ataques en la frontera con Polonia. Otro mercado vetado para el sector hortofrutícola valenciano, que le suponía otros 8 millones de euros de exportaciones. "Estábamos intentando asimilar el cierre de Bielorrusia para ver cómo absorber ese mercado y ahora nos viene este golpe al vino", lamenta Mir.

Solidaridad de su filial polaca

La cooperativa cuenta, además, con una filial en Polonia desde 1993, ubicada en la frontera que linda con Ucrania, y en la que trabajan cerca de 80 trabajadores, de los que 34 son precisamente ucranianos. Desde el primer momento se ha trabajado para acoger a sus familias. Hasta el momento, ya han conseguido dar cobijo a unos 11 parientes próximos de esos empleados, aunque no descartan que puedan ir llegando más. Todas esas gestiones están partiendo de la delegación polaca.

Pero la solidaridad va más allá. Según explica Mir, esa filial cuenta con un fondo anual que dedican a diferentes acciones sociales y por unanimidad los trabajadores han decidido destinarlo este año a la compra de provisiones y enseres para los miles de refugiados que están cruzando la frontera. Así, se ha adquirido ropa, edredones, mantas y equipamiento para suministrar a los albergues, escuelas y polideportivos que se están reconvirtiendo en alojamiento para los ucranianos que llegan a Polonia. 

"Están apoyando a las autoridades locales con productos de necesidad para lo que necesiten. La red de solidaridad está siendo tremenda", destaca el director general de la cooperativa valenciana, que pone en valor el apoyo que los trabajadores de su filial están ofreciendo a ONG de la zona y a la población que llega a Polonia buscando salvar sus vidas.

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