VALÈNCIA. 30 millones de euros. Esa es la cantidad que el empresario Antonio Calero, propietario del Marina Beach Club, va a invertir en València con la puesta en marcha de tres nuevos proyectos de ocio y restauración. Una nueva aventura que será posible tras quedarse el 100% de la empresa Recaba Inversiones Turísticas, titular no solo del complejo situado en la Marina de València, sino también del restaurante Panaroma.
Fundada en 2014, la compañía estaba formada por Calero, que ostentaba el 70% de la sociedad, junto a otros tres socios, Rafael Recuenco, Roberto Recuenco e Israel Baquero, con el 10% cada uno. Sin embargo, los tres se han desvinculado y ahora es Calero quien se ha quedado como único propietario de la empresa que se encuentra en plena expansión del negocio y cuenta con 400 empleados que espera ampliar a los 700 en dos años, una vez abiertos los nuevos establecimientos.
Fueron precisamente las diferencias sobre la proyección futura de la empresa lo que llevó finalmente a Calero a comprar las participaciones de sus socios, una adquisición que se materializó el pasado 31 de julio. "Ellos eran más conservadores y yo apostaba por un crecimiento y expansión de la compañía", explica Calero a Valencia Plaza. Dicho y hecho. Ahora mismo, Recaba tiene dos nuevos proyectos de restauración en marcha en la ciudad y está a la espera de conseguir la licencia municipal para su iniciativa más ambiciosa: la puesta en marcha del hotel que proyectó en el número 72 del Paseo Neptuno hace tres años y que había dejado aparcado.
Como ya contó este periódico, el empresario reclamaba al Ayuntamiento de València que le asegurase unos plazos para poner el proyecto en marcha dada la importancia de la inversión y desde el consistorio incidían en que debía presentar la documentación por registro de entrada, un trámite administrativo que ya ha iniciado.
Mientras tanto y para rentabilizar la inversión realizada en la compra de los terrenos, unos 10 millones de euros, había recurrido a un plan B: alquilar el bajo comercial a la firma low cost de regalos, complementos y decoración Ale-Hop por 200.000 euros anuales, con la que tiene apalabrada la finalización del contrato una vez se inicien las obras. La inversión total prevista para este complejo de cinco estrellas de lujo es de unos 20 millones de euros.
"Es el momento de València. Ser declarada capital mundial del diseño no solo repercute en los fabricantes y creativos, sino que también tiene que tener su reflejo en los locales. Ha llegado el momento de que la ciudad cuente con locales potentes que conjuguen buena gastronomía y diseño. Locales 360, es decir, que conjuguen comida, copas y baile", destaca el empresario, quien apunta a que el público es cada vez más exigente y no solo busca un buen servicio, sino establecimientos con calidades y bien montados. "Se trata de que estén a gusto", apostilla.
Y es precisamente ese 'apetito' por ofrecer una oferta diferente y variada en la ciudad lo que ha llevado a Antonio Calero a abrir dos restaurantes que a la vez, serán sitios para tomar copas por la noche con una programación especial de DJ. Como ya avanzó Valencia Plaza, se trata de La Diva y Teatro Aragón -la primera idea fue llamarlo River-, dos locales que aspiran a convertirse en un punto de referencia en València, son
Su apertura más próxima es La Diva, cuya apertura estaba prevista para octubre de este año, pero unos imprevistos de última hora han ralentizado las obras. Finalmente, abrirá al público en febrero del 2020 y las obras ya están a pleno rendimiento. Lo hará en pleno centro de la ciudad: el número 42 y 38 de la calle Sorní, un bajo que durante varios años ocupó el Gimnasio València.
El nuevo restaurante, que cuenta con 900 metros cuadrados de superficie, contará con una sala principal y a su alrededor mesas para reservados. El menú estará formado por una carta de comida internacional y por la noche se convertirá en un local de copas con una gran barra al final de la estancia que permanecerá abierta hasta las 3.30 horas de la mañana.
Su diseño mantendrá algunos de los elementos de la antigua nave con la vista puesta en crear "un concepto art déco-modernista" con amplios espacios y mucha vegetación. El proyecto llevará la firma del estudio de Proyecto Singular, un conocido estudio de arquitectura madrileño que ha realizado proyectos para más de una veintena de restaurantes de Madrid como Frida o Habanera. Entre la compra del inmueble y la reforma, la inversión ronda los cinco millones de euros.
El segundo en llegar a la ciudad será Teatro Aragón, ubicado en el número 1 de la Avenida del Puerto de València donde un día estuvieron los antiguos Cines Aragón. La previsión que maneja el empresario es que pueda abrir dentro algo más de un año, en noviembre de 2020.
Como el caso anterior, el concepto será el mismo: restaurante con oferta de ocio y comida internacional, una tendencia muy extendida en grandes ciudades como Madrid y Barcelona que, sin embargo, todavía no está muy desarrollada en el cap i casal. En este caso el artífice del diseño de este bajo, de 1.200 metros cuadrados de superficie y seis metros de altura, será el estudio de interiorismo Pablo Peyra que dará vida a esta nueva etapa de los minicines. Para acometer la obra del local, alquilado por 25 años con opción de compra, la inversión será de otros cinco millones de euros.
En total, el empresario desembolsa 30 millones de euros que se suman a los 10 millones que ya invirtió entre su buque insignia el Marina Beach y Panorama. "Valencia será en 2022 la capital Mundial del Diseño y debe reflejarse también en sus locales gastronómicos", asegura. "La ciudad los demanda y creo que está será la tendencia en el futuro: locales 360 donde se pueda comer y tener una oferta de ocio", apunta.
Aunque por el momento se encuentra inmerso en estos tres proyectos no descarta seguir expandiéndose. "Estamos mirando otros inmuebles", avanza. Si todo va bien se marca otro objetivo: otros 20 millones en tres años. El tiempo dirá.