ALICANTE. La sociedad de valores independiente Diaphanum, con oficina en Alicante prácticamente desde que la fundó Rafael Gascó (ex consejero delegado de Andbank y alicantino), cuenta a mayo de 2023 con 2.500 millones de euros de patrimonio bajo gestión, lo que la ha convertido en la banca privada que más crece los dos últimos años. Su socio director, Hugo Aramburu, ha pasado esta semana por Alicante para reunirse con clientes y aprovechamos para conversar con él sobre la última gran apuesta de la firma, las inversiones ilíquidas, y de la marcha de la sociedad y de la economía en general.
"Estamos incorporando a las carteras de inversión lo que antes solo abordaban los inversores institucionales, que son los ilíquidos. Fundamentalmente cuatro productos: capital riesgo, deuda privada, infraestructuras e inmobiliario", explica Aramburu. "Esas inversiones se han popularizado en los últimos años por la banca privada de bancos clásicos, pero con un enfoque que nosotros consideramos erróneo, porque se ofrecían a sus clientes producto a producto; tiene más sentido hacer una cartera y balancearla con el resto de inversiones".
Diaphanum hace el camino al revés: primero traza el perfil inversor de su cliente, y una vez decidido el porcentaje de ilíquidos que quiere tener en su cartera, busca los proyectos idóneos. Y ahora mismo, con un peso para los ilíquidos en torno al 30%, están recomendando más las infraestructuras o la deuda privada que el capital riesgo. "El mercado no está todavía para invertir en capital riesgo tecnológico, pero si surge una operación de crédito directo, pues fenomenal: se puede obtener una rentabilidad del 11% por financiar a una empresa, al subir tanto el Euríbor".
"A día de hoy, apostamos por las infraestructuras", asegura Aramburu. ¿Por qué? "Estamos en un escenario de desaceleración; aunque los datos macro siguen siendo buenos, el efecto de las subidas de tipos suele observarse a seis o nueve meses", avanza. "En ese contexto, las infraestructuras como autopistas son un negocio más estable y previsible, aunque vemos oportunidades para el capital riesgo a finales de año o en 2024". Las infraestructuras son una buena opción en este momento porque "es un negocio ligado a la inflación, y por tanto está protegido". Algo que antes sucedía con la vivienda pero ya no, porque "ya no puedes aplicar el IPC a la renta".
La oficina de Alicante, dirigida por Héctor García y que gestiona también Murcia, fue la primera que abrió Diaphanum tras Madrid. Entre sus socios hay, de hecho, muchos alicantinos, lo que explica su interés por el arco mediterráneo. De momento siguen buscando abrir en València y también les interesa Cataluña, mientras Alicante ha alcanzado los 280 millones de euros bajo gestión, 250 de alicantinos y el resto de clientes murcianos. "Nuestro perfil de cliente es el de una persona formada e informada, que suele ser empresario, porque nos entendemos a la perfección, aunque también tenemos patrimonios familiares históricos". Un caso típico es el del empresario que acaba de vender su empresa, tiene mucha liquidez y ya no tiene empresa a la que ir a trabajar.
Alicante es un terreno que gusta en Diaphanum porque "hay mucho público del que se nos da bien", aquel que prefiere pagar explícitamente por el asesoramiento. "Si tu gestor de banca privada no te cobra, estás pagando demasiado", dice Aramburu, en alusión a las retrocesiones (cobrar una comisión a quien comercializa el producto, no a quien lo contrata), muy cuestionadas en las instituciones europeas. "Nosotros nunca cobramos del producto, tenemos 1.700 clientes a los que hemos facturado 10 millones de euros en comisiones explícitas". El valor añadido de Diaphanum, defiende, es que "no tenemos producto propio y por eso buscamos el mejor".
El cambio cultural de pagar por el asesoramiento en inversiones ha venido acompañado de otro de mayor calado, el de huir cada vez más de la inversión inmobiliaria, que parece la tendencia natural del empresario que vende. "El ladrillo ofrece hoy menos rentabilidad que las letras del Tesoro", resume Aramburu. Por otro lado, "la relocalización industrial de Alicante está generando mucha riqueza y abriendo un hueco importante para nosotros". ¿Y dónde están metiendo su dinero los empresarios que cierran sus sicavs? "Hacienda no ha ganado nada porque ha permitido reinvertir las plusvalías en fondos, así que casi todos han ido a carteras de sus bancos". Lo mejor de la inversión ilíquida, asegura, es que "las emociones pesan menos en las decisiones, y ayuda a nivelar".
