VALÈNCIA. La empresa Bbuho anunció hace unos meses que desplegaría su red de patinetes eléctricos en València a mediados de julio, pero finalmente ha decidido posponer la puesta en marcha del servicio al no estar todavía aprobada la normativa que regula la circulación de patinetes en la ciudad. Según explican fuentes de la compañía, esperaban que el ayuntamiento ya tuviera implementada la nueva regulación en estas fechas, pero de momento no ha sido así.
Desde la concejalía de Movilidad, liderada por Giuseppe Grezzi, señalaron en el mes de mayo que el borrador de la normativa estaría listo para su exposición al público este verano y todavía no ha llegado ese momento. Hasta ahora, la actual normativa prohíbe el uso de patinetes en la vía pública, a pesar de ser habitual el ver a personas recorrer las calles de la ciudad con este medio de transporte.
A la espera de la nueva regulación, la intención de Bbuho es la de desplegar 100 patinetes eléctricos en su lanzamiento repartidos por toda la ciudad de València que podrán alquilarse por minutos, pudiendo dejarse en uno de los 20 'puntos bbuho' que estarán disponibles en su arranque, como si de las bicicletas públicas se tratara. Como ya ocurre con las motos eléctricas, el servicio consistirá en pedir el patinete, usarlo y dejarlo, todo controlado desde el móvil. Es decir, bajo la modalidad de scooter sharing.
La empresa, fundada por Gustavo Santana y Javier Costa tras detectar la aceptación del scooter eléctrico en la vida diaria del usuario de calle, decidió implementar el modelo en València. No es algo nuevo y es que ya triunfa en ciudades como San Francisco con empresas como Bird, aunque en California los usuarios pueden dejar el patinete en cualquier punto de la ciudad. Sin embargo, ahora no descartan entrar antes en otras ciudades europeas si la aprobación de la nueva normativa se alarga.
Entre las dudas de la compañía está que aparezcan novedades en la regulación que no tenían contempladas, como ya ha ocurrido en Barcelona. Entre ellas la obligación de que, en el caso de que los patinetes eléctricos dependan de empresas de ocio o de turismo, tengan que usar de forma obligatoria el casco, algo que no ocurre con las bicis. Bbuho quería que València fuera su primer proyecto piloto, pero la intención es seguir expandiéndose por otras ciudades españolas. De hecho, en el caso de Barcelona están analizando jurídicamente cómo les afecta la obligatoriedad del uso de casco.
Mientras, las motos son las únicas que de momento han conseguido implementar el modelo de alquiler de vehículos a través del sharing en la ciudad. La llegada de Muving a València en octubre de 2017 tuvo una gran aceptación y ahora la empresa valenciana CitenGo ha decidido ser partícipe de este modelo, como señalaba este martes Valencia Plaza, y para ello tiene preparada una flota de alrededor de 200 motocicletas que desplegará en los próximos meses.
Hasta ahora la compañía se encontraba enfocada al alquiler de motocicletas, con dos puntos en la Estación del Norte y el Mercado Central, pero ha sido este mes de julio cuando ha puesto en marcha el servicio de sharing en periodo de prueba con un grupo de usuarios seleccionado previamente. El modelo sigue un patrón similar al de este tipo de servicios: permite localizarlos en la ciudad, reservarlos, utilizarlos por minutos y dejarlos en cualquier parte del perímetro autorizado por la empresa, todo controlado a través de una app.
Mientras, otras modalidades del sharing -al margen del scooter- se están haciendo esperar a pesar del interés de compañías por instalarse en la ciudad. Como ya publicaba Valencia Plaza, al Ayuntamiento de València no parece entusiasmarle la idea de contar en la ciudad con una plataforma de coches eléctricos de alquiler por minutos como las que operan en Madrid.
La empresa CarGreen, impulsora de una iniciativa de este tipo de capital 100% valenciano, asegura tener listo el proyecto para el despliegue inicial de 50 vehículos, pero ya lleva más de dos meses intentando reunirse sin éxito con el concejal de Movilidad, Giuseppe Grezzi. Para intentar ponerle fin a esta falta de información, estaba prevista una reunión con Joan Ribó y el edil esta misma semana.
Una de las grandes discusiones respecto a la expansión de este tipo de servicios en las ciudades es la de si deben pagar impuestos por el uso del espacio público. De hecho, la concejalía de Hacienda en la ciudad ha señalado en alguna ocasión que se contempla la creación de una tasa a estas firmas por el uso de la vía pública, pero no a corto plazo.