VALÈNCIA. Era una de las protagonistas de la jornada en Les Corts. Desde que el PPCV confirmó que Isabel Bonig realizaría la pregunta de control al president de la Generalitat, Ximo Puig, este miércoles en el Parlamento tras su renuncia a revalidar el cargo que aún ostenta, el foco mediático se había posado en la líder de los populares. No en vano, desde hace días la dirigente guarda un profundo silencio sobre su futuro que tan solo decidió romper el lunes para trasladar a la prensa a través de un comunicado vía whatsapp que no se presentaría al próximo congreso regional para repetir como presidenta del partido en la Comunitat.
Un silencio que tampoco desapareció ayer y que parece que mantendrá hasta que la Junta Directiva Regional diseñe este jueves el próximo cónclave. Bonig llegó a Les Corts de forma sigilosa y no compareció ante la prensa antes de salir al hemiciclo, ni siquiera para valorar los resultados de las elecciones madrileñas -lo hizo en su lugar su 'número dos' Eva Ortiz-. Y mientras los periodistas aguardaban su llegada, la síndica del PP ya permanecía desde hacía un buen rato en su escaño; no se le vio llegar, de hecho.
Con el reloj marcando las 10:30 y el president de Les Corts, Enric Morera, dando comienzo a la sesión de control, Bonig subió a tribuna y en el Parlamento todos escuchaban atentamente su intervención a la espera de alguna pista en su discurso. Durante las horas previas se había especulado sobre si sus palabras sonarían a despedida y en la bancada del Botànic, incluso, algunos parlamentarios pensaban hacerle una pequeña "ovación" para respaldarla si anunciaba su retirada como diputada. A pesar de las diferencias ideológicas que separan a muchos de ellos de Bonig, la relación personal con representantes del PSPV y también de Compromís es buena y su situación ha despertado una fuerte empatía por parte de sus adversarios políticos.
Sin embargo, la intervención de la síndica del PPCV fue como la de cualquier otra sesión de control. El tono fue bronco y no concedió ningún tipo de tregua en una jornada en la que su marcha como portavoz flotaba en el ambiente. Acusó a Ximo Puig de perseguir la libertad empresarial, lingüística, educativa o judicial, entre otras muchas, para zanjar esta parte de su alocución reclamando "comunismo o libertad", en referencia al lema de la campaña que ha hecho Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid, vencedora de las elecciones.
La esperada despedida llegó en los apenas 15 segundos finales, cuando la líder de los populares comenzó a utilizar el pretérito anterior y el perfecto simple: "Mi obligación aquí es ponerle ante el espejo de la realidad y me hubiera gustado encontrar en usted una persona que hubiera aceptado la colaboración. Muchas veces sentí que lo que usted quería era la rendición del PP, y eso jamás. Pida a Sánchez lo que yo pedí a Rajoy", concluyó con voz por momentos entrecortada.
Su futuro sigue en el aire. "Todo depende de lo que ella quiera", resumen muchos miembros del PP. Y así es, en realidad. Fuentes del partido ven poco probable desde hace varios días que continúe como portavoz y creen, de hecho, que acabará dejado todos sus cargos, incluyendo el acta.
Pero las especulaciones sobre ofertas de salida planteadas por Génova siguen circulando. Mucho ha sonado la de que en las próximas elecciones generales vaya de cabeza de lista al Congreso por Castellón, y tampoco se ha descartado el Senado. También se apuntaba a que se le hubiera planteado algún puesto de gestión en un organismo público de Madrid que dependa de Ayuso o en el que el PP tenga que designar a alguien directamente por representación.
A todo ello, se ha sumado en las últimas horas el ofrecimiento de que pase a la Mesa de Les Corts, encargada de la organización, funcionamiento y las tramitaciones del Parlamento autonómico. Lo haría, en este caso, en sustitución de Jorge Bellver, que ocupa la vicepresidencia segunda.
Si finalmente aceptará algo o directamente dejará la política es un interrogante todavía. Como también lo es quién asumiría la portavocía del grupo. Las quinielas se sitúan entre Miguel Barrachina, María José Catalá, Elena Bastidas o Eva Ortiz (especialmente los dos primeros).