MADRID (EP). CAF se ha retirado del proceso de compra de la fábrica que Alstom tiene en Reichshoffen (Alsacia, Francia) y que las autoridades europeas le obligan a vender a cambio de dar vía libre a la adquisición del negocio ferroviario de Bombardier por 5.300 millones de euros, compra que se ejecutará el próximo 29 de enero. Este desinterés de la compañía vasca coincide con la adjudicación, el pasado 14 de enero, de un contrato valorado en 2.560 millones de euros para el suministro, junto con Bombardier, de 146 trenes de cercanías de París, un contrato que Alstom llevó a los tribunales sin éxito.
El 8 de enero, los sindicatos de la fábrica puesta en venta se reunieron con la dirección de Alstom para conocer los detalles del proceso de venta y la compañía les trasladó que CAF "ya no parece estar interesada" en la compra, puesto que no se ha vuelto a manifestar en el proceso. Las fuerzas sindicales ya habían mostrado su preferencia con anterioridad por la compañía española, frente a la checa Skoda, la otra empresa aspirante para ejercer la compra antes de la fecha límite para cerrar la transacción, julio de 2021, al considerar que el proyecto de CAF ofrecía mayor carga de trabajo en la comarca.
Sin embargo, tras el desinterés de CAF, Skoda se sitúa ahora como la única candidata a la compra, una opción por la que Alstom se decantaba, ya que, según los sindicatos franceses CGT, FO y CFE-CGC, la checa es una compañía más pequeña y con menos presencia en Francia que CAF, lo que le permitiría al gigante francés contar con una menor competencia en el país.
La intención de Alstom es vender al mismo comprador la fábrica que Bombardier tiene en Henningsdorf (Alemania), una operación a la que también le obligan las autoridades de Competencia de la UE, pero a la que Skoda posiblemente no podría hacer frente. Además, el contrato que la canadiense desarrolla en esa fábrica -300 trenes para el operador austriaco OBB- está sufriendo retrasos y podría cancelarse.
Por su parte, los sindicatos se reunieron el pasado 14 de enero con la dirección de Skoda, que les trasladó su interés de convertir la planta de Alsacia, donde trabajan 780 personas, en su principal centro de material rodante ferroviario. La compañía podría también transferir parte de la carga de trabajo que tiene en sus plantas de República Checa y Finlandia, que se encuentran saturadas.